SIN DEJAR HUELLA

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—Estaré bien— Alcanzas a contestarle al buen hombre que solo te devuelve una sonrisa, se baja y en un segundo ya lo has perdido de vista. 

El autobús continúa avanzando por un buen tiempo, el coro de alguna banda de rock resuena por todo tu alrededor, no es como lo imaginabas pero de alguna manera disfrutas estar ahí: en ese momento. 

Se detiene el transporte, pagas y aunque sabes que no hay nadie mas, te detienes a mirar atrás; todo el camino recorrido y los momentos pasados, todo quedará en el olvido.

Comienzas a andar por la costa, con la arenilla molestando tus pies y el frio introduciéndose a tu débil cuerpo. Tus pies están cansados, sobre tus hombros el peso de la culpa se libera. Ahora si que te duele, pero tratas de ignorarlo, divisas a lo lejos aquel puente que creías era tu destino, no hay nadie, te tomas tu tiempo mientras la brisa golpea tu cara y poco a poco llegas a sentarte al borde dejando que tus pies floten en el viento que va y viene sin parar.Uno de esos pequeños momentos de tranquilidad, justo lo que buscabas: con una brisa suave y la soledad de las calles, así que te pones a pensar ¿Qué harás de tu vida? No tienes metas, no tienes habilidades, ni belleza, ni mucho menos dinero. 

Tu existencia es un desperdicio, no tienes propósitos, no sientes la chispa de la vida.

¿Por que nos empeñamos en postergar nuestra muerte? Estudio, entretenimiento, ciencia y arte, tantas actividades para mantener contenta a la mente y al final, no queda nada. Satisfacción personal o riquezas, trabajo o pasión, son tantas las palabras que definen las metas de miles de personas. Personas que no tiemblan ante sus inseguridades, que las superan para "ser alguien en la vida" o en su defecto "cumplir sus sueños". Tú no lo ves de esa manera, estás dudando, no quieres ser una más del millón.


—No lo entiendo, no quiero ni espero nada, no me gusta esto ¿Por qué me trajiste aquí?— Le hablas a aquel ser inexistente que algunos llamarían creador, le gritas a la nada mientras el mar solo te devuelve un rugir entre sus olas, tratas de ver mas allá del horizonte buscando una respuesta que jamás encontrarás.— ¡¿Por qué?! ¿Por qué he llegado hasta aquí?— El sol se ha ocultado y el ambiente se vuelve mas pesado, claro que no obtienes una respuesta, pero lo interpretas como una señal, una señal de tu próximo actuar.


Llega el momento y te mentalizas:"Nadie me conoce, solo saben aspectos superficiales de mi.Nadie sabe por lo que he pasado, nadie se molestaría en ayudarme."(No lo reconoces pero ojalá alguien te detuviera, ojalá fueses tan importarte como para importarle al menos a una persona)—Soy torpe, no tengo oportunidad alguna en esta vida, mi familia esta fragmentada, soy insignificante, no tengo motivos para existir, mi muerte a nadie afecta. Unos cuantos lloraran, pero el mundo no va a cambiar."No soy feliz." Lo has notado.Y es entonces cuando vuelves a esa insignificante pero dolorosa verdad: si el sentido de la vida es encontrar la felicidad y tu no eres feliz, ¿Qué haces aquí?.Te levantas con cuidado y observas a tu alrededor; es una tarde normal, no hay nada espectacular, tal como tú, no hay nada que destacar; el mar se mueve con tranquilidad y las luces a los lejos comienzan a encenderse, las calles se mantienen en silencio, las aves comienzan a descender y todo en quietud pareciese que va a desfallecer.


Lloras, te gustaría detener el tiempo y que alguien viniera en tu ayuda. Te sientes miserable por seguir queriendo depender de alguien.


El viento sopla constantemente mientras el agua debajo se mueve reclamando su territorio.La brisa comienza a ser aún mas helada, respiras pero sigue sin satisfacerte, no tienes mucho que pensar, retrocedes unos pasos y corres, corres consumiendo todas tus energías y saltas. Saltas con los brazos abiertos y los ojos cerrados, en el aire sostienes tus rodillas y vas descendiendo en cámara lenta, respiras por última vez y te sumerges en el agua en picada; imaginas, que maravilloso poder, creas tu último recuerdo volando a un mundo que te otorgará aquella felicidad que tanto anhelaste en esta vida fugaz. Lo último que alcanzas a observar es la oscuridad que te devuelve el horizonte frente al mar. Tu cuerpo solo crea un leve sonido al impactar con el agua, te liberas del peso y comienzas a descender, la falta de aire te exige respirar y no lo haces, aún hay vuelta atrás, aún podrías salir y sobrevivir, tener esto como una experiencia de reflexión pero te niegas a volver. Para cuando abres los ojos y la boca debajo del agua, ya no eres consciente de nada. Al cabo de poco tiempo tu cuerpo flota inerte en la soledad y silencio que imaginabas, nada cambia pero al final te liberas, conseguiste tu felicidad.

Existencia vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora