APARIENCIAS

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—Eso no te queda bien— La sombra que de siempre te acompañaba comienza a tomar forma frente al espejo, una criatura sin rostro y de voz gruesa, como si de tu creador se tratase, te juzga cada mínimo detalle, leyendo en tu rostro esa inseguridad y fragilidad por fallar.

—Pero, mi amiga dijo que me veo hermosa con este vestido.— La mueca de una sonrisa crees que ayudará, pero tras un segundo vistazo has dejado de confiar; no eres como la modelo que presentaba ese hermoso vestido, no tienes curvas y la altura no es la adecuada, el degradado de los tonos morados, las líneas y esa falta de mangas, ahora crees que deja demasiada piel descubierta, ahora crees que eres tú la que ha convertido ese hermoso vestido de tartán en un simple y vulgar pedazo de tela.

—Eso te dijo, porque sin importar que uses te seguirás viendo gorda— La sombra sin rostro deja ver una sonrisa podrida, y al voltear de nuevo al espejo, ahí estás, mas deforme que otros días, tiene razón, tu cuerpo es el error. 
—no es cierto, yo no estoy gorda— Palabras vacías de auto convencimiento, quizás si lo dices demasiado alto, algo llegue a cambiar ¿no?
—No te sigas engañando, tan solo ¡mírate! esas mejillas regordetas, tus brazos con ese vestido se mueven tras cada movimiento, ¿acaso tienes cuello? y tu cintura ¿sabes en que parte de todo ese desastre se perdió?Eres grasa y no lo puedes ocultar—
—Cállate, no es cierto, yo soy bonita, no veo nada de lo que me describes— Intentos fallidos de que tus palabras lleguen a tu emociones, de que las palabras convenzan a tus ojos de lo que aturdidos contemplan.
—Ah,¿no?, observa mas de cerca, quizás la grasa que escapa de tus párpados te impide ver bien, eres gorda, tu cabello grasoso y repulsivo se nota a la distancia, usar maquillaje no oculta tu cara pálida y demacrada, eres fea, gorda y desagradable ¿y no quieres aceptarlo?
—No, no, no. Nada de lo que dices es verdad, soy bonita, muy bonita, bonita, bonita— Vas perdiendo credibilidad y poco a poco los buenos pensamientos se desvanecen, te sientas en el piso derrotada, te arrepientes de haber desperdiciado tu dinero, te arrepientes de haber nacido así.

Y últimamente el escenario se repite, al final del día cual cobarde y miedosa presa, te arrinconas en aquella parte de tu habitación donde la luz no se hace presente, quizás así las voces se callen, quizás así puedas sentirte mejor.

Por las noches no has descansado y es que al salir por las calles los rostros los ves deformados, la sombra de la tortura se posa en los demás y sientes que te juzgarán, nace la incertidumbre y preocupación, temes no ser suficiente para cualquiera con quien llegues a platicar. Le temes a fallar en agradar, a dar un paso en falso que te elimine del círculo social.

Claro que has intentado volver al espejo, pero una vez que te observas con detenimiento, a detalle, tras unos minutos, tu rostro se deforma, no te gusta nada de lo que ves, te das asco y es que sin darte cuenta, las apariencias te importan mas de lo que crees, y un mechón mas de tu cabello se ve afectado, al tirar de él con mas fuerza, por el miedo a no ser suficiente ni siquiera para ti.

Una chica con intentos fracasados de mejorar la imagen que el espejo le devuelve, no te aceptas, te frustra no ser perfecta, o al menos común. "Ser alguien mas, sería mejor", te encuentras comparándote con tu amiga, con alguna compañera, con cualquier chica que te encuentras, siempre el pensamiento: ella se ve mejor, si yo fuera ella, sería mucho mas felíz.

Te auto lesionas, de manera tan discreta que ni siquiera tú lo has notado; tu cabello empieza a desaparecer, ¡¿y esos arañazos en el cuello?! no creerás que por arte de magia aparecieron, ¿y las hendiduras en tu estómago? Es claro que tus uñas en ella se hundieron, en intentos fracasados de "moldear tu cuerpo". 

Marcas de auxilio, marcas de una adolescente torturándose mentalmente.

Existencia vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora