COVER YOUR EYES, I HAVE A SURPRISE.

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Ya estaba acostumbrado a pasar sus cumpleaños únicamente en compañía de sus hermanos. No tenía muchos amigos y eso no le importaba mucho pues prefería estar solo a soportar las tonterías de los demás. Podía considerar que sus únicos amigos eran sus dos hermanos, pues con ellos se permitía ser menos hostil y más abierto con las muestras de cariño. Así que celebrar con ellos estaba bien, sin embargo para ese año, su muy molesto hermano, Wei Ying, le había convencido de hacer una fiesta en forma.

No estaba convencido de que fuera buena idea, pero Jiang Yanli también se unió para persuadirlo. Tenía pocos conocidos, solo un par de compañeros de universidad con los que intercambiaba un par de palabras, así que accedió a regañadientes, no muy atraído por lo que se venía pero ya no podía echarse atrás.

Ese día, cuando los invitados comenzaron a llegar, entendió y no le sorprendió la insistencia de sus hermanos en hacer una fiesta pues entre ellos no solo había un par de amigos, sino también sus respectivos novios. No es que le cayeran mal pero era extraño estar rodeado de invitados de los cuales a duras penas conocía sus nombres o había intercambiado un par de palabras. Lo que realmente le sorprendió fue que Lan Zhan iba acompañado de su hermano mayor, Lan Huan, y que fue precisamente él quien le diera un regalo. Ya en muchas otras ocasiones habían convivido, de hecho era más fácil hablar con él que con su cuñado. Tenía una conversación interesante y hasta le divertía escucharlo, era muy amable y considerado, sin embargo siempre se ponía algo nervioso frente a él, porque su manera de verlo le inquietaba y no precisamente de mala manera.

—¡Feliz cumpleaños, Jiang Cheng! —gritaron los asistentes para luego entonar la canción de "feliz cumpleaños". Jamás se había sentido tan incómodo en una celebración. ¿Qué se supone que el festejado tenía que hacer mientras los demás cantaban? ¿Aplaudir? ¿Cantar también? ¿Sonreír como idiota? Era realmente embarazoso ese momento y espero inexpresivo a que terminaran.

Luego de apagar las velas y escuchar otro par de vítores, todos comenzaron a comer los bocadillos preparados por su hermana y bebieron animados. Al parecer los invitados estaban disfrutando de su fiesta porque más de uno reía estrepitosamente –entre ellos su hermano–, cantaban a todo pulmón la canción en turno, incluso hubo un par que ya estaban más alegres de lo habitual. Algo aturdido por el ambiente, buscó su chaqueta y una manta, tomó un par de cervezas y salió del lugar. Subió los escalones del edificio hasta llegar a la azotea, buscó un buen lugar donde poder pasar el rato mientras veía al cielo.

Afortunadamente ese día estaba despejado y se podían contemplar algunas estrellas, además la temperatura fresca era bastante agradable. La soledad y silencio de ese sitio era mucho más su idea de festejar su cumpleaños, pero no quería que sus hermanos se sintieran mal porque él no estaba disfrutando de la fiesta, así que apartarse por un momento estaba bien.

Se sentó sobre la manta y sonrió cuando el aire fresco le pegó en el rostro. Mientras bebía la primera lata de cerveza, cayó en cuenta que habría sido mejor llevar algunos bocadillos y un trozo de pastel. Imposible siquiera considerar volver porque no quería ser visto por nadie y así obligarse a permanecer dentro del departamento.

Estaba dando un sorbo más a su cerveza cuando escuchó la puerta abrirse. Se tensó, pensando que se trataba de Wei Ying o de Yanli, pero al ver que era Lan Huan se relajó aunque no mucho.

—¿Todo bien? —preguntó Lan Huan—. Te estuve buscando y no es que el departamento sea tan grande como para no encontrarte. ¿Puedo sentarme?

Jiang Cheng asintió mientras se recorría hacia un lado. Solo cuando Lan Huan se había sentado se dio cuenta que traía una canasta que dejó en medio de los dos.

Vidas paralelas en una galaxia far, far away (One-shots Xicheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora