Sé eterna

80 10 1
                                    


Se encontraba surcando los cielos con un objetivo en particular.

Llevaba con él a su hijo mayor, para que con su magia los ayudara a camuflarse, pues ya no estaban en la época en la que podían andar libremente con sus verdaderas apariencias.

A lo lejos, divisaron un castillo oculto entre las nubes

— ¿Es ahí? —Preguntó el joven

— Así es.

Lo último que quería era pisar ese lugar, pero no le había quedado de otra. Se había tardado 505 años en hacerlo, esperando que ocurriera algo, tal vez un milagro. Pero no había sucedido, y el tiempo comenzaba a estar en su contra.

En cuanto sus pies tocaron el suelo, se internó en el palacio, seguido de su hijo y se dirigió a la sala del trono. Y ahí sentada, se encontraba una mujer muy parecida a él, mirando a ambos con su rostro impasible.

—Oh— expresó sin ninguna emoción en su voz- Así que después de quinientos años, te dignas a ver a tu madre. Qué malo eres, Sesshomaru.

— Este Sesshomaru no viene a una visita de cortesía, madre. Viene porque necesita tu ayuda.

— Oh. Así que mi orgulloso hijo viene a pedir ayuda — Fijo su mirada en el joven que lo acompañaba – Y si este pequeño te acompaña, tu madre cree ya saber por qué ayuda vienes.

— Así es.

— Tu madre te lo dijo aquella vez ¿Lo recuerdas Sesshomaru? La vida tiene un límite. Aunque esa sacerdotisa que elegiste como compañera haya permanecido igual durante 500 años, eso sólo se debió a que su tiempo estaba detenido por su elección de vivir en una época anterior a la que le correspondía. Pero ahora que su tiempo ha vuelto a correr, su cuerpo envejecerá y morirá como el de cualquier ser humano. Sesshomaru, ¿Acaso sigues creyendo que eres un dios? ¿Qué puedes evitar la muerte de aquellos a los que amas?

El Taiyoukai se quedó en silencio ante las palabras de su madre. De nuevo ocurría, de nuevo sentía ese dolor y miedo, de nuevo se sentía impotente; pero esta vez esos sentimientos se intensificaron millones de veces, superando totalmente a los de cuando vio partir definitivamente a Rin de este mundo. Su hijo lo miro lo tristeza, pues él había sido testigo del amor tan grande que había nacido entre sus padres.

Y la mujer también lo notó. A pesar de su frialdad, era su madre y sabía perfectamente cuánto amaba su hijo a esa mujer. Pero él tenía que aprender que las decisiones traían consecuencias a veces muy duras. Por lo que se levantó y avanzó hasta estar frente a ellos. Y ahí volvió a hablar—: Por supuesto que, hay una manera para que ella viva lo mismo que tú, porque nosotros tampoco somos inmortales. Pero a cambio tendrás que entregar algo muy valioso. Y ella también tendrá que estar de acuerdo y aceptar lo que le espera, pues verá morir a sus amigos, familiares y a cada persona que conozca y ame, incluyendo a las tres hijas hanyou que procrearon juntos, que no serán tan longevas como ustedes. — Y mirando fijamente a su hijo preguntó—: Dime, Sesshomaru, ¿Estás dispuesto a hacerla pasar por ese dolor con tal de que esté a tu lado para siempre?


Este drabble participa en el #retosesshomenov

Autor de la serie: Rumiko Takahashi


Notas de la Autora:  Y con esto me pongo al día. Decidí dejarlo ahí porque será a criterio de cada quien la decisión que ambos tomen, ya que no será una decisión fácil. Me pasé en palabras, fueron 540, aunque creo que en este se podían llegar a las 800. Total, me gustó tal como quedó.

Me basé en el capítulo 9 de Kanketsu-hen para esta historia, como habrán podido notar.

Sé que sobra decirlo, pero el hijo que lo acompaña es Shippo.

Y sus tres hijas son Moroha, Towa y Setsuna. En mi canon, ellas son trillizas.

Y Cuando Irasue dice que tendrá que entregar algo muy valioso, se refiere a su gran poder como Taiyoukai y su herencia como lord del oeste: será un Youkai normal. Me basé en el concepto de la alquimia de que para obtener algo, debes entregar algo de igual valor. Como no puede entregar su larga vida, entonces sería su poder y territorio. Falta ver que Kagome acepte eso.

Ya luego publicaré mi idea de cómo pudieron haber acabado juntos, aunque no esté precisamente relacionada con este fic.

Y nos vemos en la próxima.

¡Dios los bendiga! ¡Saiop!

Cuentos de un Lord y una SacerdotisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora