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Eran alrededor de las 2 de la mañana y no podías dormir. Suspirando te levantaste de tu cama y saliste de tu habitación, caminaste silenciosamente por el pasillo. Tratando de no hacer mucho ruido que pudiera despertarlos. Bajaste hasta la cocina, buscando una taza para poder beber algo.

—¿También comes a mitad de la noche? —Alguien preguntó detrás de ti haciéndote saltar, te diste la vuelta y viste a un tipo con el pelo rubio-plateado.

—No he podido dormir y bajé a... —Empezaste a disculparte, parecías bastante nerviosa y asustada.

—Vaya, tranquila, no voy a hacerte nada. Nadie en esta casa tiene esa intención, puedes moverte por la casa como quieras. Tienes acceso a todas las habitaciones de esta casa excepto a la oficina de Sangyeon hyung, a menos que tengas permiso. La única área prohibida en esta casa es el sótano, así que nunca bajes ahí sin importar lo que pase.

—¿Qué hay en el sótano?.

—Nada que te concierna, nunca entres ahí y no habrá ningún problema. ¿Entendido? —Dijo, su tono un poco frío hacia ti. Tu asentiste y su expresión cambió inmediatamente.


—Genial, soy Eric por cierto —Dijo con una sonrisa- Lo siento si soné demasiado serio, así somos.

—Está bien, soy ________.

—Lo sé, todos te conocemos —Hizo una pausa— Espera, eso sonó demasiado espeluznante.

—Un poquito —Te burlaste y él se dio vuelta para mirarte, dándote una sonrisa vergonzosa.

—¿Quieres ramen? Voy a hacer un poco. Se supone que no debo comer comida chatarra, los hyungs no me dejan. Así que me escabullo por la noche para hacerlo, la ventaja de vivir en una casa grande es que nadie oye lo que pasa en la cocina.

Querías volver a tu habitación pero la verdad es que no habías comido nada y tenías hambre, así que aceptaste su invitación.

—Claro, gracias.

—Muy bien —Sonrió ampliamente cuando aceptaste, aplaudiendo y moviéndose para conseguir todo lo necesario para cocinar el ramen.

—Pareces muy joven —Tú comentaste.

—En realidad soy el más joven aquí.

—Si no te importa que pregunte ¿Cómo es que terminaste aquí a tan temprana edad?.

Estaba cocinando, sus ojos se centraron en lo que estaba haciendo. Su espalda mirando hacia ti, así que no podías ver su reacción o las expresiones de su cara, lo que te hacía sentir un poco insegura al preguntar tales cosas pero parecía amistoso así que lo hiciste de todas formas.

—¿Quieres decir en la mafia? Bueno, en realidad es una larga historia, pero puedo asegurarte que no es tan mala como parece.

—¿Pero no te pones en peligro?.

—Es complicado, no sé si puedo explicártelo. Pero debes saber que no somos como otras mafias —Dijo mientras servía el ramen en dos platos, agregando un último toque antes de entregarte uno.

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora