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Luego de una extensa jornada de entrenamiento en la UA, los jóvenes estudiantes se dirigieron a los camarines para darse una ducha y cambiarse de ropa. Kirishima iba detrás de Kaminari, que iba molestando como es habitual a Bakugou. Pensativo, iba sin mucho ánimo hacia las duchas. Llevaba un tiempo pensando sobre algo, importante para él pero sin mayor importancia para otros; sus recientes sentimientos por Bakugou. Dudaba de lo que sentía porque nunca había sentido nada así, creía que era solo un sentimiento de amistad y admiración, pero a veces parecía ser otra cosa. Había escuchado a las chicas de su clase conversando sobre eso, "amor" fue la palabra que le hizo ruido y le hizo replantearse todo. Debido a esta situación su relación con Bakugou se había vuelto algo incómoda y en ocasiones no sabía muy bien cómo tratarlo, primero era fundamental ordenar sus pensamientos y entenderlos. Tras un rato de caminar sin ni siquiera mirar hacia adelante, chocó con la puerta de entrada a los camarines, todos los chicos se rieron de su torpeza y Bakugou solo le dedicó una mirada juzgándolo por dejarse ver tan tonto frente a los demás. Con vergüenza, Kirishima entró tratando de ignorar que su frente se había vuelto igual de roja que su cabello. "Parezco un idiota" pensó mirándose en el espejo y lavando su cara. Luego de eso se metió de los últimos a las duchas, demorándose más de la cuenta al estar  pensando las cosas, ¿qué podía decir o hacer? ¿significaba esto entonces que estaba enamorado? ¿O solo está confundido? Ciertamente no estaba seguro, pero si sabía algo, cada vez que miraba a Bakugou sentía una extraña emoción, algo en su estómago se revolvía y también quería que bakugo lo admirara tanto como él. Finalmente, terminó de ducharse y salió para ponerse su ropa de diario, ya era tarde así que solo tenían que cenar e irse a dormir. Mientras se cambiaba Bakugou llegó y se le quedó mirando.
–¿Qué demonios te pasa? Hace días que estás distraído –espetó. bruscamente.
–¿Distraído? –preguntó haciéndose el tonto.– no... Sólo estoy cansado, el entrenamiento es duro, hombre...
–Hm –Bakugo lo miró con recelo, no convencido.– como sea, deberías apresurarte.
Tras decir eso, se dió la vuelta y comenzó a caminar sin ganas, con lentitud, esperándolo. Kirishima, entendió las palabras de Bakugou, por lo que se vistió rápidamente y corrió para estar a su lado, intentando despejar su mente de todos esos pensamientos de su mente.

Sin embargo, era mucho más fácil decirlo que hacerlo, aún ignorando sus sentimientos, podía sentir la tensión entre ambos y peor aún, cada situación en la que estaban solos y juntos se volvía muy incomoda. Ignorar a Bakugou no era una opción, porque él no tenía la culpa. Durante los días siguientes intentó actuar lo más normal posible, hablando con Sero y Kaminari de cosas triviales, entrenando con los demás, defendiendo a Bakugou de los que criticaban su mala actitud, entre otras cosas. De cierto modo parecía que todo iba bien, pero algo le molestaba a Bakugou.

Bakugou notó que cada vez que le dirigía la palabra a Kirishima, este miraba incomoda hacia al lado sin mantener contacto visual. Un par de veces repitió la misma acción, mirándolo fijamente a los ojos para ver su reacción y siempre fue lo mismo: lo evitaba. Esto estaba sacándolo de quicio, ya que no entendía qué era lo que le pasaba. ¿Acaso se había enojado con él? ¿Por qué? Él mismo sabía que no era fácil de tratar y por lo mismo agradecía la personalidad de Kirishima, pero también tenía miedo de que este lo rechazara por ello. En uno de los recesos, incluso lo había evitado en el pasillo fingiendo que no lo había visto, esto último le agotó la paciencia y decidió enfrentarlo en los dormitorios. Kirishima sin falta se levantaba todas las noches por un vaso de agua y fue allí donde lo interceptó. En medio del pasillo a mitad de la noche, Bakugou lo acorraló en la entrada de su habitación, mirándolo fijamente y notando el obvio nerviosismo del pelirrojo, fue directamente al grano.
–¿Se puede saber porque llevas días ignorándome?
Kirishima sin mirarlo a la cara y tratando de no sonrojarse por esa extraña situación de película romántica le respondió.
–¿Ignorandote? –rió con nerviosismo.– no seas tonto, ¿Por qué razón te ignoraría?
–No sé, tu dime –dijo mirándolo implorando una respuesta sincera.– ¿Hice... Algo que te molestara?
Al escuchar el tono afligido en la voz de Bakugou, el pelirrojo por fin lo miró, notó en sus ojos una expresión de angustia y su corazón se derritió.
–¡No! ¡Por supuesto que que! Yo solo... –no supo cómo terminar la oración sin decir algo de lo que podría arrepentirse.
–¿Entonces? –cuestionó Bakugou.– ¿Qué es lo que pasa?
–Tengo... Muchas cosas con las que lidiar, mi cabeza está llena de cosas... Lo lamento, no quería hacerte pensar que te evitaba.
Bakugo pensó rápidamente, evidentemente era algo más que eso, algo más profundo y no sabía qué, sin embargo no insistió, si no quería contarle entonces estaba bien, no podía obligarlo aunque quisiera o lo intentara, no sabía por qué, pero aquel chico frente a él era su debilidad.
–Bien... –dijo mientras se apartaba de su camino.– como sea, me iré a dormir.

–Si... –respondió Kirishima sin ánimo.– que descanses Bakugou...
Una punzada de dolor le dió en el pecho, se sentía herido, pero también sentía que había herido a su mejor amigo al no decirle lo que pasaba. Kirishima suspiró y fue a su habitación para dormir. Sin embargo, terminó dando vueltas en la cama por muchas horas y finalmente sin darse cuenta, se durmió.

A la mañana siguiente, un pensamiento pasó por la mente de Kirishima, "siento que he dormido demasiado" se dijo a sí mismo entre sueños, cuando abrió los ojos y vio la luz del sol entrando por su ventana se dió cuenta de que se había quedado dormido. Rápidamente se vistió para irse a clases, sin desayunar claro, pero si corría podía llegar antes que el maestro Aizawa. Milagrosamente, entró unos pocos minutos antes al salón y se salvó de ser castigado. Enojado con sus compañeros por no haber sido advertido en la mañana, bromeó. El día transcurrió como siempre y aunque aún había algo de tensión entre él y Bakugou, las cosas parecían marchar bien. En medio del almuerzo, no estaba prestándole demasiada atención a la conversación cuando Mineta con mirada pícara lo sacó de sus pensamientos.
–¿Qué opinas tú, Kirishima? –preguntó sonriendo.
–¿Sobre qué...? –preguntó de vuelta sin ganas.
–¡Sobre las chicas! –respondió Kaminari.– Opinamos quien de ellas es la más guapa, yo pienso que Uraraka es muy linda.
–¡Por favor! –exclamó Mineta con desesperación.– ¿Es que no has visto a Yaoyorozu? ¡Sólo mira sus...!
No pudo terminar la oración debido a que Sero, que también estaba formando parte de la conversación, le propinó un golpecito en la cabeza.
– Oye... No seas grosero, ella está ahí mismo... –Comentó el pelinegro, disgustado.
– De todas maneras... –Mineta aclaró al garganta.– ¿Qué opinas tú, Kirishima?
– No estoy realmente interesado –rió el aludido con evidente incomodidad, ciertamente no podía decir que realmente no encontraba a ninguna chica linda, pero si creía que su amigo era bastante guapo.
En ese momento Bakugou, que se encontraba también allí pero los estaba ignorando, alzó una ceja.
–¡Qué aburrido! ¡Sólo piensas en entrenar! –soltó Mineta con desprecio.– Vaya vaya... ¿Y tú, Bakugou? ¿Vas por Uraraka?
–¿Uh? ¿Uraraka? –dijó Bakugou como preguntándose cuál era Uraraka.
–¡¿U-Uraraka?! –gritó Kirishima casi al mismo tiempo, dándose cuenta de su exaltación, nervioso y sin saber por qué estaba sobre reaccionando, continuó.– Este... ¿Por qué... Por qué sería Uraraka? –rió desviando la mirada y esperando que cualquier deidad lo salvara de esa situación incómoda, se sentía extraño, y algo en su pecho le molestaba al imaginarse a su mejor amigo y a aquella chica juntos como una pareja.
Así fue como en segundos, cuál ángel que cayó del cielo, Mina con su sonrisa puso todo su peso sobre el pelirrojo riendo.
–¡Kirishima tiene razón! ¿Bakugou interesado en una chica? –exclamó la joven con una carcajada.– ¡Que tontería!
–Es hombre, le gustan las chicas –intentó justificar Mineta.– alguna de ustedes debe parecerle linda.
–¿Qué? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? –preguntó Mina molesta.– ¡Pueden gustarle los chicos también! ¿Verdad... Kirishima?
El pelirrojo se sobresaltó, ¿acaso su compañera sospechaba algo? En cualquier caso, sentía que quería morirse. Ahora es cuando quería tener un quirk de invisibilidad para que nadie viera que su cara estaba igual de roja que su cabello. Mineta y Kaminari rieron fuertemente.
– ¡Claro! –exclamó Kaminari entre risas.– ¡Bakugou es gay y yo soy el primer lugar del salón!
– Oye... –dijo Sero intentando salvar la situación mientras observaba a Bakugou a punto de explotar.– realmente no tiene nada de malo si lo fuera, lo que es malo es que se rían de la orientación sexual de las personas...
Kaminari se avergonzó por bromear por algo así, mientras que Mineta continuó riéndose. Bakugou salió del salón bufando e insultando a Mineta, pensando en lo estúpido que era el enano.
Kirishima por su parte suspiró, Mina mientras le regalaba una sonrisa comprensiva se despidió.
–Terminamos hablando de cosas muy raras... –finalizó Kaminari que no había terminado aún de procesar todo lo que había sucedido.
– Tienes razón... –comentó Kirishima mientras miraba por la ventana, contemplando las nubes que se movían con lentitud en el cielo.

Tras esa charla incomoda, los chicos terminaron su jornada escolar y volvieron a los dormitorios, agotados, cada uno hacia lo suyo antes de irse a dormir.
Kirishima decidió salir a correr para despejar su mente. Habían pasado muchas cosas durante el día, Bakugou no negó nada de lo que dijeron sus amigos, pero tampoco lo aceptó. A veces no terminaba de entenderlo, al final terminaba terriblemente frustrado intentando saber qué pensaba Bakugou.
Mientras corría, Kirishima divagaba sobre sus sentimientos, ¿Bakugou realmente le gustaba? ¿Lo que sintió durante el almuerzo al pensar en Bakugo junto a Uraraka fueron celos? ¿Tenía si quiera derecho a estar celoso?
Finalmente, terminó correr con un solo pensamiento en su cabeza: sí, le gustaba su mejor amigo, y no podía hacer nada para evitarlo.

Queriéndote // KiriBaku [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora