Twenty Two

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Ya acomodados en la gran cama del menor, Hongjoong no pudo realmente evitar ojear el cuarto. Era bastante minimalista en cuanto a objetos, pero había varias cosas que probablemente Mingi consideraba de valor sentimental. Todo le llamaba tanto la atención, preguntándose cómo sería vivir solo en ese lugar. —¿No te da miedo a veces estar aquí?

Mingi quién solo jugaba con sus manos asintió levemente sonriendo. —Por eso los chicos parece que viven aquí la mayoría del tiempo —murmuró y la sonrisa desapareció.

—A lo de antes... —Hongjoong lo tomó por la cara cortando sus palabras—. No hace falta que me lo cuentes si no quieres —apoyó ambas frentes, creía entender lo que significaba esa frase y lo dura que podía ser, por lo que obviamente no quería presionarlo de ninguna manera. El menor lo atrajo a su pecho tumbándose y dejándolo sobre el.

—Creo que necesito dejarlo ir —suspiró—. Como ya sabrás soy famoso desde pequeño por muchas cosas y luego al convertirme en rapero solo logró que me apartara de la sociedad —dijo tan en bajo que era casi inaudible, como si se avergonzara. —La gente cuando me conocía en el colegio o en el instituto siempre me ponían la etiqueta de "Mingi el famoso", "Mingi el popular" y solo me buscaba por intereses. Sé que es la misma historia que se repite siempre con toda la gente que tiene fama, pero conmigo llegó a un nivel en el que inventaban cosas entre los propios profesores solo para su beneficio y sacar algo de provecho monetario.

Hongjoong frotó su nariz en su cuello y acarició su mano para ayudarle a que continuara.

—Se volvió un ambiente muy tóxico y tuve ansiedad por varios años, llegó un punto en el que no podía decir cómo me sentía porque todos lo desmentían y dejé de ir a clases —sonrió triste ante el recuerdo. —Ahí conocí a los que ahora son mis amigos, ellos al ver el panorama no se callaron y denunciaron todo lo que pasaba. También se lo dijeron a mis padres y me ayudaron a recuperarme —miró al muchacho que estaba en su pecho—. Pero aunque ya ha pasado mucho tiempo, sigo sintiéndome vacío. No como antes, pero las heridas no están sanadas, me cuesta mucho confiar y me cuesta simplemente a veces seguir adelante —terminó su relato y el reloj seguía sonando en el silencio que se hizo entre ambos—. Por eso odio que me prejuzguen sin saber esto y saquen conclusiones precipitadas.

Hongjoong intentaba buscar las palabras correctas para hacer saber a Mingi que lo entendía, pero la tristeza en su corazón no lo dejaba hablar, por lo que lo único que pudo hacer fue posar sus labios en los ajenos y acariciar sus mejillas mientras lo besaba.

—Lo siento mucho por lo que te pasó, pero lo siento muchísimo más por lo que te he dicho —dijo al separarse con cuidado sin soltar sus mejillas—. Repito, no dudaba de ti, ni dudo de ti. Pero es que soy una persona algo aburrida o es lo que me dice la gente que me rodea. Por eso decía que mereces algo mejor.

Sintió un tirón en su ropa quedando bajo el más alto. —Kim Hongjoong, como vuelvas a decir eso... —Dijo con su voz llena de molestia—, no eres aburrido y realmente si me lo permites, tú eres todo lo que merezco —apoyó ambas frentes cerrando los ojos—. Eres increíble fresita.

—Tú sí que eres increíble —murmuró con los ojos brillantes—, eres fuerte, aunque no lo veas y sobre todo mereces el mundo —sonrió dulcemente—. Y aunque no lo tenga en mis manos, me voy a encargar de dártelo —le dio un pico.

Un tanto coqueto Mingi murmuró divertido, —bueno, el mundo ahora mismo lo tengo en mis brazos —con eso se ganó unas cuantas risas y un golpe en el pecho.

—Eres tonto, Mango —el contrario mordió levemente su labio riendo. Y de repente se puso un poco serio sentándose y tirando de Hongjoong hacia él.

—Sé que no es el momento más bonito, ni la situación que esperabas pero, ¿quieres ser mi mundo? —Hongjoong parpadeó varias veces sorprendido.

—¿Quieres decir...? —Susurró con una vocecita—. ¿Aunque antes haya sido un tonto? —Mingi lo subió en su regazo y acarició su nuca.

—Hongjoong, quiero que seas mi novio porque sé que nos entendemos y porque mi corazón me dice que quiere a un pitufo como tú —susurró suavemente.

—Repíteme por qué debería aceptar... —El menor puchereó y le hizo reír—. Es broma Mango, yo también te quiero mucho y me encantaría ser tuyo —metió su cabeza en el cuello del más alto para que no viera su sonrojo—. Deja de ponerme así de tonto Song Mingi, no puedo funcionar como persona a tu lado.

El nombrado, con una sonrisa estúpida, acariciaba con mucha delicadeza la cintura contraria acercándolo más. Hongjoong rodeó con sus piernas su cadera y rozó ambas narices con mucho cariño dándole un besito de esquimal. —Te quiero mucho Mingi, no sabes como me has ayudado en general y espero que me permitas que yo te ayude —cerró los ojos y lo besó suavemente.

La sensación era tan bonita y abrumadora que realmente les mostraba que estaban hechos para estar juntos. Al separarse Mingi no dejó de repartir besos en la cara de Hongjoong acostándolo bajo él.

—Me haces cosquillas —las risitas y el movimiento tan gracioso que hacía Hongjoong para escaparse lo dejó parado por un momento procesando todo lo que estaba pasando. No pudo pensarlo mucho porque el mayor había cambiado papeles y durante un largo rato torturándolo entre risas acabaron exhaustos en la cama recuperando sus respiraciones. El diseñador apoyó su cabeza en el vientre contrario quedando de forma horizontal al rapero.

—¿Te acuerdas de la libreta del otro día? —Mingi tenía un recuerdo muy vago de ella pero sabía que tenía cosas profundas que le dieron curiosidad. Hizo un sonidito para que continuara. —Ahí puedes encontrar todas las maneras en las que me has ayudado, aunque es un poco difícil de entender porque no solo uso tus canciones —suspiro—. De verdad, Mingi, te admiro un montón y con lo que me has dicho antes solo me hace apreciarte mucho más —cerró sus ojos algo cansado—. Voy a cuidar de ti —murmuró antes de quedarse dormido.

Mingi miró hacia el techo con una sonrisa que no podía quitarse y con cuidado acomodó al muchacho a su lado para ponerle la manta sobre él. Todo en Hongjoong le sorprendía y le asustaba lo mucho que su cuerpo le pedía estar con él. Con mucho cuidado se acurrucó hacia el cuerpecito y antes de quedarse dormido besó su hombro suavemente.

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Mingi es precioso y está chiquito❤️

Quiero guardar este capítulo como el que subí por el cumple de Hongjoong.

Hey honey, we're made of stardust -MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora