Capítulo 4

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Estoy en estado de shock, nose que pasa, me enfado mucho y voy llorando a mi habitación.
Allí, en mi pequeño lugar privado, estaban mis tres "pequeños" bullterriers.
Me tiro en mi cama a llorar y empiezo a escuchar las colas de mis chicos, movian la cola alegremente, me ven, ¡ellos me ven! nunca me abandonan, siempre estan a mi lado, sabia que no me darían de lado.

-¡MIS CHICOS!- grito
*El pequeños mio viene corriendo el primero*
*Y mis chicas son  mas timidas y vienen unos instantes después de mi chico*
Con lágrimas en mis ojos y a la vez feliz digo:-Os quiero mucho chicos-.

Cuando voy al salón estan todos comiendo, no quería sentarme con ellos, me daba algo de cosa, después de todo lo que abia pasado, y no me hecharían la bronca por que ni me ven ni me oyen, a si que cojo las correas, las llaves del coche de papá (por alguna razón no estaba mi coche) y me voy con mis chicos a la playa.

En la playa suelto a los perros y me siento en la arena a pensar sobre lo que pasaba.
Lo último que recuerdo como persona era quedarme dormida al volante aquella noche de fiesta. Entonces llame a los perros y los metí en el coche de camino a casa.
En casa me ducho me cambio y voy hacia el lugar del que recuerdo.

Allí veo un frenazo importante, y la valla de la carretera tirada, antes de bajar prefiero llamar a Charlotte.

*Conversacion telefónica*

-Buenas Charlotte mi amor
-Buenas Siria, disculpame lo de antes, nose que tiene mi madre.
-No pasa nada, ahora te cuento algo. ¿Puedes venir al sitio donde salimos anoche de fiesta?
-Sin problemas, estoy hay en nada
-Estoy por la pista mas o menos, de camino a allí me verás en la carretera, al lado de un frenazo.
-Okey guapa, cojeré el bus
-Okey cielo
-Ya voy...

Cuando Charlotte llega me saluda y bajamos lenta y cuidadosamente hacia las marcas que el coche dejó en los arbustos, estaba algo oscuro, ya eran las 8:12 de la tarde.
-¿Que habrá allá abajo?- preguntó Charlotte miedosa.
-Algo que posiblemente no te guste, ni a ti, ni a mi- contesté
-Oye, tengo miedo- dijo
-Yo también, pero tu solo agárrame la mano fuerte y ven conmigo- contesté
-Okey.

Al bajar vimos mi coche hecho añicos. Y algo más que como dije, no nos gustó, muertas de miedo hechamos a correr metros hacia arriba (el coche estaba muy arriba) nos metimos en el coche y salimos pitando de hay, en el coche no hubo ni una palabra de camino a casa, dejé a Charlotte y me fui a casa sin decir una nada...

El Camino Hacia La VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora