Capítulo 4

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Después de un largo rato viendo más cosas en la oficina, fui a mi casa, un escalofrío recorrió mi espalda cuando recordé que debería ver a Hyuna al volver.
Llegué a mi casa, abrí la puerta, Estaba SinB sentada en el sillón, y Hyuna estaba a su lado dormida.

— Hola SinB.— Dije sentándome a su lado, dando un largo suspiro.
— Hola Hyo.
— ¿Qué le sucedió a Hyuna?.— Pregunté.
— Se durmió llorando diciéndome que la odiabas, y que ella no hizo nada.
— Wow, ¿Y tú? ¿Qué hiciste? ¿Le diste un sedante?
— No, se durmió sola, no hizo falta que le diga nada.
— Oh genial, ya te puedes ir de mi casa.
— Ajá, adiós.
— Adiós.

Agarré a Hyuna en brazos, la llevé a la habitación, y la recosté en mi cama.
La tapé con una manta, y luego bajé de nuevo a el comedor, me senté en el sillón, abrazé un almohadón, y comenzé a llorar, sin razón aparente, pero lo hice.
Me levanté, fui al baño y me tomé una ducha, subí y me cambié, después de todo, Hyuna estaba dormida.
Luego salí al balcón de la habitación, respiré hondo.
Escuché los pasos de Hyuna, viniendo hacía mí, pronto sentí su respiración agitada chocar contra mi cabello.

— Pensé que estabas dormida, Hyuna.— Dije algo nerviosa.
— Lo estába, pero haré algo primero, antes de volver.

Sentí un ruido metálico, luego sentí como había clavado un cuchillo en mi estómago, y la sangre no paraba de salir.
Caí al suelo, tenía los ojos abiertos medianamente, dejó un beso en mi frente, para luego decir...

— Ahora sí, buenas noches Hyo.

Sentí como nuevamente se acostó en mi cama, para después dejar una respiración salir de su boca.

Traté de pararme como pude, así poder ir a la cama para hacer algo.
Me movía muy lento, mi estómago dolía, mucho.
No es algo que considerará raro, me acababa de clavar un cuchillo, no es como si no doliera.
Cerré los ojos durante unos segundos y la vi frente a mí.
Sentí como caí al piso, y me desvanecí.

Al despertar, sentía que tenía las manos sujetadas con una soga, al igual que las piernas, parecía estar sentada en un silla, no cualquiera, sino en la que ayer me puse a pensar en Hyuna, mi silla principal del comedor.
Mi cabeza dolía, y mi estómago sangraba.
Las luces estaban apagadas, no se veía nada más en una radio de dos metros.
Pero aún que no viera a Hyuna, sentía su respiración más cerca de lo planeado, intenté gritar, pero no tenía voz.
Intenté hacer algo, pero estaba atada.
Sentí unos pasos venir, no era alguien más que ella.

— ¿Qué sientes?

Me miró con cara de maldad, para luego sacarme la cinta adhesiva que tenía en la boca.

— ¿Por qué haces esto?
— Porqué me divierte, tómalo de una manera, yo soy una pintora, tu eres el lienzo, y mi cuchillo es el pincel.
— ¿Porqué yo?
— Quiero saber de que color es tu sangre.
— Wow, no vaya a ser que tenga la sangre azul, no seas idiota.
— Mejor, háblame mejor.
— ¿Por qué debería hacerlo?
— Si es que no quieres terminar como Eric, es lo recomendable. ¿No creés?
— ¿Por qué lo haces? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo harás?
— ¿Por qué no hacerlo?
— ¿Por qué hacerlo?
— ¿Por qué dormir? ¿Por qué no dormir? Son cosas que nadie sabe.
— Estás mal.
— Tú lo dijiste.
— Ajá.

No contestó.

— ¿Qué es lo que planeas hacerme?
— Aún no lo sé. Pero estoy segura que de aquí no saldrás viva.
— Si planeas matarme, hazlo rápido, yo tampoco quiero seguir viviendo, mi vida en una mierda, yo soy una mierda de persona, no hay necesidad para seguir aquí.
— Tú lo pediste.

Se acercó a mí, y entonces...

%𝘈𝘎𝘌𝘕𝘛𝘌 𝘈𝘏𝘕Where stories live. Discover now