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A un mes de la presentación de Seokjin como líder absoluto del clan, las cosas parecían ir bastante tranquilas.

Tanto, que incluso daba un poco de miedo.

Para Jungkook, lo más impresionante eran las pocas veces que había cruzado palabra con su padre, pues ahora estaba ocupándose de ciertas cuestiones del clan que lo mantenían tan ocupado como al líder, y su padre estaba dirigiendo al otro lado del territorio la tropa que mantiene la seguridad con los vampiros hambrientos allá afuera junto al padre de Seokjin.

Ser la mano derecha de Seokjin junto a Jimin, definitivamente no era tarea fácil. 

Y ni siquiera por la cantidad de deberes que hacer, sino porque el nuevo líder era un maniaco del control y habían muchas situaciones que desconocía pues durante el gobierno del líder Jeon se mantuvieron confidenciales.

Aunque el clan se había mantenido calmado y haciendo sus ocupaciones habituales, la tensión en el aquelarre era casi palpable. 

El incidente en la presentación de su difunto hermano había sido solo el pico del iceberg, pues en un mes habían ocurrido más cosas que en los últimos años con Jeon Hyun representando al aquelarre, siguiendo a la tan sonada visita del menor de los Jeon a territorio ajeno y, después, la visita del alfa Kim ahora en su propio territorio.

Pero después de ese mes en donde todo estuvo fuera de control, siguió otro en donde todos los días parecían repetirse una y otra vez.

Jungkook estaba un poco harto, para ser honesto.

Sus actividades se resumían en pasar el día encerrado en la sala de juntas organizando papeles mientras Seokjin trazaba nuevas rutas en un mapa del territorio hecho con papel y Jimin reorganizando las formaciones de batalla, por las noches, cada tercer día salía a cazar, cuando sus instintos se hacían presentes y sus ojos empezaban a verse más rubíes que cafés, y de vez en cuando salía a dar una caminata nocturna con el pretexto de estudiar las constelaciones.

Esto una y otra vez.

A veces perdía la noción de los días, y se percataba de la cantidad de horas que llevaba sentado leyendo cuando veía la luz del día de nuevo apenas atravesar las pesadas y gruesas cortinas que cubrían el ventanal de la sala.

"¿Qué es esto?" Seokjin al otro lado de la sala y de pie frente al estante de libros, sujetaba un sobre claramente ya abierto.

"Todavía no puedo ver a través del papel, te sugiero que lo abras"

Ah, Jimin

Tan insolente como siempre, por algo sería mejor amigo de Jungkook, ¿no?

Seokjin no tuvo que esforzarse mucho y sacó una hoja de papel bastante vieja, llena de pequeñas manchas debido al tiempo que había estado guardada.

"Es el certificado de Jungkook"

Seokjin le tendió el papel al menor, quien jamás había observado un documento con su nombre en él pues su padre siempre había mantenido incluso su propia vida tan privada como se podía.

En el estaba la huella del pequeño piecito de Jungkook marcada con lo que creía que era sangre por el color rojo en él y debajo estaba escrito "Jeon Jungkook, XX" seguido de la firma de Jeon Hyun y Jeon Suji, sus padres marcaron sus pulgares con sangre de igual manera.

La importancia de éste papel radicaba en que solo las clases más altas tenían derecho a poseer un certificado como éste, reconociéndolos ante cualquier autoridad como vampiros sangre pura y claro, como los más fuertes en cuanto a habilidades. Además de darles el derecho al lugar que cada uno tenía en el clan.

EVEN IF I DIE - KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora