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—Kenma.
—Mn. — respondió mientras devoraba su trozo de pie de manzana.
Ambos estaban esperando a sus dos amigos fuera de la facultad. Julius, el padre de Hinata llegaría a París esa misma tarde y esperaban ir al mercado a comprar algo para la cena.
—Akaashi. — apretó sus puños inconsciente, Kozume se percató de eso pero no dijo nada — ¿Tú crees que está mal...
—¿El sexo? — limpió la comisura de su boca con una servilleta — No, pero...— se rascó la nuca para tratar de buscar las palabras correctas — Son unos idiotas. — hizo el intento.
—¿Y eso por qué?
—Shouyo. — suspiró, honestamente estaba tratando de evitar esta conversación por la salud mental de todos — Tienen que hablar, sueles hacer lo que quieres y Akaashi siempre te salva...
—¿El trasero? — ambos soltaron una carcajada — Creo que nunca salgo libre de ello.
—¡Estoy hablando en serio! — tratando de contener la risa le lanzó su tenedor por la cabeza.
—¡Hey! Me dolió.
—Te lo ganaste. — optó por mirarlo, tal vez así lograría que él mismo reconociera un par de cosas — Habla con él, va a llegar un día en que no va a soportarlo más y ambos sufrirán.
—Lo sé.
El tema de conversación quedó ahí. Hinata no quería seguir debatiendo en su corazón lo que era correcto. Tomó su bolso para encontrase con su libreta, por algún motivo la llevó con él ese día. Solo había una imagen en su mente y esa misma se hizo presente minutos después.
—¿Hinata?
"Maldición, ¿Puedes dejar de mirarle así?". Pensó para si mismo al toparse con sus ojos azules y negó inconscientemente con su cabeza.
—Akaashi.
—¿Qué sucede? — preguntó confundido y agotado de su comportamiento.
—Mucho. — susurró y se puso de pie con la excusa de ir al baño.
Keiji no le creyó. Pareciera como si estuviera portando una enfermedad mortal, ya que llevaba una semana envitandolo.
Sugawara llegó casi media hora después. El ambiente era algo extraño para él ya que Kenma se veía arrinconado ya que sus otros dos amigos no se miraban; en realidad Shouyo no quería cruzar sus ojos con los de Keiji.
Los cuatro fueron al mercado cercano y se abastecieron de todo. Hinata hace meses que no veía a su padre ya que él solía viajar mucho, en una de sus últimas cartas le había comentado que le llevaría un obsequio.
