Que culpable se sintió, fue una tonta, una egoísta en creer que podía permitirse sentir otras cosas.
Era tarde para volver sobre sus pasos,, ya lo había echado a perder todo.
El estaba herido ella creía que no se lo perdonaría nunca, no sabía si estaba en lo cierto. Pero rogaba a Dios que si lo hiciera,, para sentirse menos terrible.
Ella pudo sentir en el momento justo que se partió su corazón, y fue el momento exacto en que decidió dejarlo ir...
