Capítulo 5:

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- Nos vemos Izuku.- Se despidió él ojos ámbar para luego caminar a otra dirección.

Izuku caminaba recto para poder llegar al edificio donde vivía; ansiaba llegar cuanto antes para tomarse un largo y placentero baño.

Pero algo estaba por arruinar sus planes; Sus pensamientos.

Después de encontrar la carta se contuvo de leerla, no quería que se enterara kiminari, estaba seguro que le dirían a sus demás amigos y ahí tendria una ola de preguntas y muchas respuestas vergonzosas.

Pero hablando aparte de eso...

No quería enterarse que las pocas esperanzas que tenia con Katsuki se hayan desvanecido con alguna patética terapia.

Por qué, aunque se escuchara egoísta y enfermizo; él quería que Kacchan se quedara para siempre con esa monstruosa obsesión; quería quedarse con kacchan, quería que nunca se apartara de él, que nunca conozca a chicas, que no le guste ninguna de ellas, que nunca sepa que existe otro mundo aparte que Izuku, quería que a Izuku le perteneciera sus pensamientos, sentimientos y acciones; No quería compartir a Bakugo Katsuki, tan solo con pensar en eso le daba celos y cólera; pero eso lo sentia por que temia que lo lastimará el mundo o eso se esforsaba en pensar.

No quería que volviera ese Katsuki insensible que lo golpeaba por ser débil, por ser algo que no merese la atención de Bakugo, no quería volverse un inservible, no quería que no sea necesario en él mundo de su mejor amigo, no quería apartarse y menos ahora que tenia esos sentimientos cálidos dirigidos al cenizo, no quería que lo tratara como basura, quería ser siempre esa parte esencial para el de orbes escarlatas, no queria por ser ese tonto que merece ese alias "Deku".

Y temía que esa carta éste hecha por él mismo Bakugo, que él con sus tajantes palabras le diga que aquella llama artificial de cariño que tenia se extinguió por completo, tenía que le dijiera esa palabras de la forma mas cruel e inhumana que existiera.

No quería encararse con la verdad.

Tenia miedo de Bakugo.

- ¡Mira por donde caminas!.- Exclamo molesto un chico que montaba una bicicleta; sacando al pelíverde del mar de pensamientos.

- ¡L-lo siento!.- Apenas contestó pero el chico ya se había desaparecido entre el parque que se posaba enfrente.

- ¿Ah?.- Miro al rededor percató que estaba enfrente del edificio donde estaba su departamento.- No me había dado cuenta que ya llegue.

Camino hacia ella tomando por las correas de la mochila que llevaba.

Tomo él ascensor, y subió.

Llego a su departamento sin ninguna demora.

Abrió la puerta, y vio que su departamento estaba desordenado; Sonrió y entro cerrando la puerta detras de él.

Camino hasta la ventana, la abrió y dejo entrar él aroma del cerezo que abundó tan rápido como él agua a tu piel al entrar a la pisina; cuando por fin en cada cuarto olía ese exquisito aroma empezo a limpiar cada rincón de su departamento.

[°°°]

La noche había llegado y junto a eso un Midoriya sumamente cansado.

Después de terminar la limpieza, callo rendido en él sofá, Apunto de dormir.

Él ruido de su estomago hambriento abundó en todo él area.

— Creo que es hora de comer.— Decia mientras sobaba su estómago.

Se levanto con pereza y fue al teléfono de casa que se encontraba en la casina y pidió pizza.

Eres Mio. Así lo deses o no. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora