Lexa despertó en una habitación que no era la suya. Miró a su alrededor y no se sorprendió al ver a la chica que había conocido la noche anterior a su lado dormida y desnuda. Recordaba instantes con ella pero poco más. ¿Qué hora era? Miró el reloj que estaba en la mesa de noche y leyó, las 21:00, 2 de agosto. ¿2 de agosto? Boquiabierta, se rascó la cabeza. Lo último que recordaba era la tarde del 30 de julio cuando llegaron a Las Vegas. ¿Cómo podía ser día 2? Con curiosidad, paseó la mirada por la lujosa suite y se sorprendió al ver un piano en un lateral. Levantándose desnuda y con una brtual resaca caminó hacia una puerta que debía ser el baño. Pero se quedó sin habla al abrir y ver unas columnas acompañadas por esculturas y en el centro una pequeña piscina. ¿Pero dónde estoy? pensó mirando alrededor. Cerrando la puerta, se fijó en la televisión junto a la chimenea, una fuente y los sillones de cuero.
- ¡Qué fuerte! Una fuente en medio del salón. Cuando se lo cuente a mi familia van a alucinar- murmuró divertida.
Sin poder quedarse quieta buscó a sus amigas. ¿Dónde estaban? Al abrir una puerta las encontró tendidas en una cama enorme, junto a las otras chicas. Todas estaban desnudas, y rápidamente comprobó que faltaba la Xini. ¿Dónde se habría metido? Sin poder evitarlo miro a su amiga Quinn, y le vio dormida sobre el pecho de una de las chicas.
- Joder... Dije que le iba a controlar- susurró agobiada. Cerró la puerta. ¿Qué había ocurrido allí? Llevándose una mano a la cara pensó en su amiga. Cuando se despertara y viera el percal maldeciría al pensar en su querida Rachel. Aquello le iba a martirizar. Si alguien quería con locura a su novia, sin duda, era Quinn.
Confundida y en busca de una explicación para todo, se pasó la mano por su largo y castaño pelo cuando sintió que algo frío le rozaba la frente. Sin perder un segundo se miró la mano y de pronto gritó.
-No...no..¡NOOOOOOO!
La joven, que hasta el momento había estado durmiendo, al oír aquel grito se incorporó de un salto. La cabeza le dolía y todo le daba vueltas, pero lo primero que vio fue a la castaña que había conocido supuestamente el día anterior. Aquella con quien había compartido, diversión, besos y al verse desnuda en aquella cama, imaginó que algo más.
- Dime que esto no es cierto. Dime que no nos hemos casado- gritó Lexa enseñándole el anillo con dos dados que llevaba en la mano.
Miriam, al escuchar aquello, miró rápidamente su mano. Al ver una alianza igual en su dedo, se levantó de un salto, sin importarle lo más mínimo el estar desnuda.
- No puede ser... ¡esto no me puede estar pasando!
- ¿Nos hemos casado?- vociferó Lexa. A Miriam le iba el corazón a mil por hora.
- No lo sé... no lo sé.
Acojonada, Lexa buscó su ropa interior y se la puso mientras Miriam hacía lo mismo. Necesitaban despertase, despejarse y aclarar las ideas. Lexa era una chica a la que sus padres le habían enseñado a controlar su vida y aquello de pronto se le escapaba por todos los lados. Miriam fue a coger su sujetador que estaba en el suelo, cuando vio un sobre. Lo abrió, y se quedó sin respiración al ver una licencia de matrimonio con sus nombres y una foto de Lexa y ella besándose: ella con un ridículo velo de novia, y Lexa con un horroroso chaqué junto a un Juez.
-Dios mío, es cierto. ¡Nos hemos casado!-gritó horrorizada. Dando dos zancadas, Lexa llegó hasta ella. Le quitó la foto de un tirón y al mirarla maldijo. Pero cuando leyó lo que ponía en la licencia la miró con el ceño fruncido y gritó.
-¡Joder...joder...!¿Me he casado contigo?
Molesta por como Lexa la miraba, gritó fuera de sí. -¡A ver si te crees que yo estoy encantada de que tú estés casada conmigo!
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Adaptación YATQTI
FanfictionMiriam Rodríguez es una famosa cantante. En la promoción de uno de sus discos, por casualidades de la vida, se reencuentra con Alex Ferrer, una joven a la que conoció hace años en Las Vegas. Alex, más conocida como Lexa, es actualmente una de las po...