Parte 4

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Ciudad del RM CF, noviembre de 2026

Un grupo de fuertes y jóvenes mujeres corría sin descanso por el campo de entrenamiento al atardecer. Pisaban el suelo con seguridad mientras el aliento de sus respiraciones se acompasaba al esfuerzo del momento. Se preparaban para ser las mejores de la liga. El selecto grupo del RM femenino que con su dedicación estaban dispuestas a llegar a lo mas alto de la tabla y clasificarse para la Champions League.

Tras pasarse más de 3 horas entrenando hasta la extenuación y realizar un partido de entreno final, regresaban sudorosas pero a la vez felices y satisfechas a los vestuarios.

- Id a descansar. Os lo merecéis-dijo Alex Ferrer, Lexa para los amigos, capitana del equipo.

Las futbolistas, agotadas, se dirigieron hacia las duchas. Cuando Lexa se dirigió a su taquilla, se encontró a Quinn Fabray, defensa central, segunda capina del equipo y su mejor amiga. Juntas habían superado las difíciles y extenuantes pruebas para entrar en el equipo y lo habían conseguido hasta el punto en el que ahora eran piezas claves del equipo. Quitándose la sudada camiseta de entrenamiento dio al play del altavoz del vestuario y la música de Aerosmith inundó la estancia. Necesitaba una ducha antes de que sus músculos se agarrotaran por el esfuerzo hecho.

Diez minutos después, ya más relajada, salió de la ducha enrollada en una toalla blanca. Su amiga Quinn sonrió al verle fuera de las duchas. Aquella visión hubiera levantado murmullos de admiración entre las amigas de su mujer, Rachel. Lexa era del tipo de mujeres que levanta pasiones entre el sexo femenino y masculino. Algo que Lexa no parecía tener muy en cuenta. En todos los años que hacía que se conocían, solo había visto a su amiga prestar atención a alguna mujer en dos ocasiones. En cuanto las mujeres empezaban a agobiarle, cortaba la relación. La futbolista Ferrer de 29 años no quería compromisos. Quería vivir su vida, disfrutar del sexo y seguir con su trabajo, que le apasionaba.

- He recibido un mensaje al móvil de mi churri. Nos propone un plan para esta noche para celebrar tu cumpleaños-dijo Quinn observando el tatuaje que su amiga se había hecho años atrás en el brazo. Lexa sonrió. Era cierto. Era su cumpleaños.

Mientras se secaba su oscuro pelo largo con una toalla preguntó:

- ¿Qué ha planeado la casamentera de tu mujercita?

Ambas sonrieron. Rachel era una chica magnifica pero se había empeñado en buscarle una compañera ideal. Algo imposible. Ninguna le gustaba lo suficiente como para tener más de dos ditas con ellas. Lexa era una chica imponente. Alta, deportista, atractiva y sexy. Su constante entrenamiento le había hecho labrar un cuerpo imponente. Era todo músculo y fibra. Fuerza y sensualidad. Y si a eso le unías unos ojos oscuros seductores y una sonrisa que utilizaba en contadas ocasiones, pero que cuando la mostraba dejaba sin habla, tenías el cóctel perfecto para hacer babear a cualquiera.

Durante años, Rachel había intentado emparejarle con todas y cada una de sus amigas solteras. Algo que a ella le resultaba gracioso, así que la dejaba hacer. Rachel era de las pocas mujeres en el mundo que no le aburría. Era divertida e ingeniosa, a pesar de su continua intención de buscarle pareja.

Una ver secó su largo pelo, se sentó junto a una sonriente Quinn que le dijo:

-Quiere que vayamos al concierto que organiza los 40. Creo que van varios cantantes.

Al oír aquello último Lexa se tensó. Justo ese plan. Pero Quinn sin darle tiempo a hablar continuó:

-Vale. Sé lo que piensas sobre ese tipo de conciertos, pero le han dicho a mi churri que está muy bien y ya sabes lo mucho que le gusta a mi mujercita el imbécil de Pablo López y la leona...Miriam Rodríguez. Y si encima esta Malú también ¡ya ni te cuento!

-Paso- cortó aquello-. No me apetece nada ese tipo de conciertos. Ya sabes que no soy mucho de ese tipo de música. Quinn le entendió pero no se dio por vencida y volvió al ataque.

-No me puedes decir que no o Rachel me dará la noche. Por favor, di que sí.

-Lo siento pero no, churri- se mofó-. Dile lo que quieras a Rachel pero he dicho que no-respondió.

-No me jodas, tía- protestó Quinn-. Mañana es nuestro día de descanso y es tu cumpl...

-He dicho que no. ¿Qué parte de ti no procesa eso? Quinn sonrió y en un tono divertido insistió.

-Será una cena cortita y te prometo que cuando acabe el concierto no dejaré que Rachel diga eso de <Lexa...acompaña a Paula a su casa>

-¿Paula? Hablas de...

- Sí-cortó sonriendo. Sabía que aquella mujer le atraía-. La que trabaja en el Hotel.

- Definitivamente no.

- Venga. Sé que Paula te gusta...no digas que no.

- No, no me gusta. Pero reconozco que nos lo pasamos muy bien en la cama.-

- Entonces ¿a qué esperas para decir que sí, cabrona? Ya sabes que ella no busca en ti nada serio. Solo busca lo mismo que tú, diversión. Morbete.

Aquel comentario le hizo sonreír. La verdad era que gracias a la mujer de Quinn, tenía buena vida sexual. Por ello, y consciente de que no le vendría mal un poco de sexo con aquella explosiva mujer respondió:

-De acuerdo. Pero que te quede claro que es la última vez que acepto las encerronas de Rachel, aunque sean con el pibon de su amiga Paula, ¿entendido?

- Alto y claro- asintió Quinn consciente de la cantidad de veces que había oído aquello. Y sin darle tiempo a retractarse dijo-:He quedado con ellas en la puerta del concierto a las siete. Cenaremos algo, luego iremos al concierto y después puedes celebrar tu cumpleaños con Paula ¿de acuerdo?

Clavando su mirada en ella mientras se ataba sus zapatillas, finalmente asintió.

-Que sí pesada. Iremos a ese dichoso concierto. Pero dile a tu churri que deje de organizarme la vida o al final tendré que enfadarme.

Quinn suspiró aliviada y agarrándole del cuello con el brazo dijo atrayendo a su amiga hacia ella:

-Perfecto, bien hecho.

Lexa sonrió. Aunque no le apeteciese parte del plan, el sexo con Paula sería divertido.

Adaptación YATQTIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora