Adaptación YATQTI

Parte 5

Madrid, Noviembre 2026

El famoso hotel ME Reina Victoria situado en la plaza Santa Ana de Madrid, se rindió a los pies de los cantantes de la industria que allí se alojaban para después acudir a la prestigiosa gala de premios de los 40. Tener a parte de los principales cantantes y, en especial, a los afamados Pablo López y Miriam Rodríguez era uno de los lujos de los que el hotel podía presumir.

Y, precisamente, en una de sus preciosas suites se encontraba Miriam con su amigo Rafa

- Por cierto lady, ha llamado el pretty man de Pablo, dice que cuando regresemos quiere cenar contigo. ¡Qué suerte tienes Queen! Ya me gustaría que me llamara a mí ese macho-man.

- ¡Genial! Le llamaré- respondió con desgana mientras miraba por la ventana de su habitación.

-También ha llamado, tatachannnnn, Dani Martínez. El actor al que casi envenenaste, lo recuerdas?

- Sí, Rafa...cómo voy a haberlo olvidado.

Sonrió al recordar. Aquel chico que se empeñó en invitarla a cenar en su casa y ella intentó ayudarle a preparar la cena. El resultado fue desastroso. Y eso que no era tan mala cocinera.

- ¿Sabes lo que me ha dicho el muy ladrón? Que está deseando probar otro de tus guisos. ¿A qué es salado?

- Yo lo catalogaría más como masoquista- susurró tocándose la cabeza.

- ¿Qué te pasa my love?

- Creo que he cogido frío y estoy algo destemplada protestó Miriam sentándose en la cama.

Sin esperar un segundo más Rafa, al ver el mal aspecto que tenía, se acercó al neceser de medicinas.

- Oh, my God. Tómate esto y verás que pronto se te pasa. ¿Pero qué te pasa últimamente que solo tienes males?

- Creo que es agotamiento, Rafa. No te preocupes, se me pasará. Su amigo suspiró. Aquello le pasaba siempre que empezaba con las promociones. Demasiados viajes. Demasiadas entrevistas y poco descanso. Todo eso mataba a Miriam.

Con cariño le besó en la mejilla y le recogió su precioso cabello rizado tras la oreja.

- Ahora descansa un poquito, my life. Yo me voy a mi habitación. Si quieres algo llama y vendré rápidamente.

- Vale, no te preocupes. Con una sonrisa, ella cogió la pastillita blanca que le ofrecía y tras llenarse un vaso con agua se lo bebió mientras le veía abandonar la habitación. Diez minutos después se encontraba peor. Intentó cerrar los ojos para relajarse y, cuando parecía que empezaba a conseguirlo, alguien llamó a la puerta. Se levantó con esfuerzo y suspiró al ver quién era.

- ¿Qué te pasa? Tienes mal aspecto- dijo su actual ligue.

- Estoy fatal, Pablo-murmuró mientras se metía de nuevo en la cama. Incrédulo, miró el reloj. En apenas hora y media tenían que estar en la gala de premios y dar numerosas entrevistas pero ella estaba aún sin arreglar.

- Miriam, deberías levantarte de la cama, ducharte y...

- Estoy muerta...creo que algo me sentó mal ayer.

-Seguro que cenaste en exceso en esa taberna flamenca donde estuvimos-. Al volverse vio sobre la mesita una caja de bombones. – Si te comes esto parecerás una vaca en los escenarios.

Deseo agarrarle del cuello y ahogarle. Necesitaba mimos y arrumacos y él no demostraba ni un ápice de humanidad.

- Pablo, por qué no te vas y dejas que me reponga.