El Hilo Rojo

Como Pasa el Tiempo.

Luke.

  Han pasado dos meses, han pasado muy rápido, aunque en mis tardes con Katte veías las horas lentas y no porque no me guste pasar tiempo con ella, al contrario, si por mi fuera no la dejaría ni respirar.

Se que suena raro, pero así me siento con ella hace tanto no me sentía de tal manera, el querer que ella este bien, que se sienta cómoda, pero sobre todo segura. Quizás solo sea cariño entre amigos, se nota que aún no supera a su ex, y bueno yo tampoco es que haya superado del todo Lou, sigue incrustada en gran parte de mi corazón.

Quisiera invitarla a salir, quizás como una cita o como amigos, pero si mal interpreta todo no me gustaría perder su amistad, que se aleje, me ha costado mucho que se abra a todos en este viaje, y lo ha hecho su semblante es otro, sus ojos brillan un poco más que al principio, y sonríe, sonríe sinceramente. Le queda jodidamente bella esa sonrisa en su rostro.

Espero que acepte mi invitación, Laila y sus amigos se la pasan invitándola a cada rato a salir y casi no le da tiempo ni de escribirme, aunque le hace bien quiero ser yo quien la ayude a sanar, por supuesto como su amigo. 

     Katte.

  Estos meses han sido maravillosos, pasado mañana iremos a nuestro próximo destino, y pensar que al principio pensé que este viaje no me ayudaría para nada, pero aquí estoy frente al mar, con Luke y los chicos a mi lado, tomándonos unas margaritas, riendo como si no hubiera un mañana, pero sobre todo feliz, feliz como hace tres meses no lo estaba.

No diré que he superado a Matt solo han pasado cuatro meses desde nuestra ruptura, pero ya no duele tanto como al principio, se lo debo a estos desconocidos, aunque al principio me molesto que supieran por qué estaba aquí, al final me sirvió, pues me han ayudado a salir de mi "depresión" por así decirlo, y a ver el mundo desde otro punto de vista, a ser más llevadero el dolor, y a disfrutar un poco más la vida y los regalos que nos da esta.

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  Solo nos quedaba esta hermosa tarde para disfrutar del sol, el mar y la arena puesto que mañana ya tendríamos que estar abrigados hasta la medula por el hermoso frio de Canadá. Igual no me quejaba, se a la perfección que disfrutare de la experiencia, con Laila y los pequeños la diversión es más que segura, claro sin dejar por fuera a Luke, con el será maravilloso, espero que las tardes sean iguales o mejores que las que tuvimos aquí...

Nos encontrábamos en mi piso, Luke se empeñó en acompañarme y yo pues no me negué.

-que planeas hacer? - me pregunto con una sonrisa en los labios.

-creo que dormiré, mañana toca viajar y no me veo para nada atractiva con ojeras. - solté una pequeña carcajada.

-cómo puedes decir eso? Te ves incluso más linda de lo normal con ojeras. -

Sentí como mis mejillas se colocaban caliente, eso sonó tan lindo y a al mismo tiempo algo incomodó.

-mm bueno, te dejo. - hablo Luke.-descansa- me guiño el ojo.

-igualmente, descansa Luke.-

Entre a mi habitación, parecía adolescente con las hormonas alborotadas pero que puedo decir Luke me hacía comportarme de esa manera, claro no frente a él pero con lo que me había dicho, fue tan lindo, hacía tiempo que nadie me decía algo así.

Luego de salir de la ducha, oí mi celular con el tono de llamada, me apresuré a contestar sin siquiera fijarme en ver quien era.

-bueno? -

-hola, preciosa. ¿Te nos unes acá en el bar? -

-pequeño, - solté un pequeño grito. -obvio sí, me arreglo y salgo para allá.-

Sin esperar respuesta alguna colgué la llamada y me apresure a vestirme.

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Solo llegar al bar, busque con mi mirada a tres personitas, a las que estuvieran mas alocadas. Pero tal fue mi sorpresa al encontrarlos muy tranquilos, me les acerque.

  -pero que ven mis ojos- coloque cara de tragedia- los tres reyes del alcohol, mas sobrios que un cura.- bromee un poco.

  Los tres me miraron, lo se no soy buena con los chistes y eso es lo único que a ellos les causa gracia, el hecho de que mis chistes sean tan malos como la película de La naranja Mecánica.

  -por dios, cállate - hablo Laila - me dañas los oídos con esos chistesitos.-

 Ahí si se soltaron a reirse, ja ni gracia me causo.

 -entonces, que hacen acá? -

-no lo se, comprando medicinas - ese fue Ellie

  Luego de varios tragos, nos encontrábamos en la pista de baile, no sabia cuantas horas habian pasado. 

    Todo me daba vueltas, subí a mi habitación antes que Laila y los chicos, mañana debíamos viajar y con tanto alcohol en mi sistema sabia que la pasaría mal durante largas horas de viaje. Me encontraba frente a la puerta de mi habitación buscando mis llaves cuando siento la presencia de alguien a mi lado, gire mi rostro lentamente y respire profundo al darme cuenta de quien era.

  -Me has dado buen susto.- reí como loca.

  -Estas ebria?. - pregunto sonriéndome.

  -Para nada, ¿por que lo dices?.-

  -Tienes un buen rato buscando la llave de la habitación en tu bolsa, y no te diste cuenta que se te ha caído y la he cogido hace diez minutos.- sonrió alzando la ceja derecha.

  Lo observe, era tan guapo toda esa amabilidad, esa humildad y toda su actitud. No podia estar pensando esas cosas de mi amigo, lo sabia pero, quizás era el alcohol en mi cuerpo haciendo efecto, debía decirle que se fuera de aquí y lo haría, mañana estaría sobria y seguiría viéndolo como el lindo amigo que es.

   -Puedo pasar?.- Pregunto mirándome con ojitos de borrego.

  -Por supuesto que si, pasa.- 

   Como negarme cuando alguien me mira así...

  Entramos a mi habitación e inmediatamente abrí una botella de vodka que allí había. Nos sentamos en el sofá, le serví un trago a el y uno para mi, hablamos de cosas triviales, de arte, del cine, de constelaciones,  cosas que le gustaban a el y cosas que me gustaban a mi.

   Mi lengua se trababa en ocasiones por causa del alcohol, hasta que todo se volvió borroso y vi a Luke muy cerca de mi, tan cerca que sentía su respiración en mis labios, cerré mis ojos hasta que la alarma me despertó. Hora del largo viaje...