Capítulo único: Lejos de mi alcance

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Nada es lo que parece.

Eso lo aprendí durante el año de mi internado en el hospital de Ciudad Satán, yo nunca fui alguien a quién le interesara esa estupidez del amor y esas mierdas cursis, en cambio mi objetivo era algo menos tonto, yo he querido estudiar medicina desde niña y ser la mejor médico que hubiera en este maldito planeta ¡Era mi mayor ilusión!

Hasta que apareció "él".

Todo pudo haber ido bien de no haber sido por ése estúpido cabeza de chorlito, pude haber terminado mi carrera sin mayor inconveniente pero no, tenía que llegar ése idiota a mi vida, sigo maldiciendo el día que lo conocí.

(...)

- El R3 de medicina interna quiere que pases visita con los 38 pacientes de la sala para la media noche.

La joven apenas y podía mantenerse despierta cuándo sintio que era rociada con agua por otra persona, quedando empapada y asustada por la repentina acción.

- ¡MALDITA SEA KYABE! ¿¡CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE NO ME ROCÍES!?

Le reclamó completamente enojada al enfermero, él suspiró pesado.

- Si te descubren dormida en medio de la guardia te meterás en problemas con Vegeta, otra vez.

Vegeta era el jefe de medicina interna, un hombre que parecía jamás sonreír y a quién Kyabe le debía gran parte de su actitud, según las malas lenguas el chico se metió tantas veces en problemas que su carácter cambió de uno bastante suave y amable a uno mucho más indiferente.

- A veces me pregunto cómo sigues aquí, supongo que el que te lleves bien con los demás residentes afecta mucho.

Caulifla gruñó y le lanzó un estetoscopio al enfermero, él la esquivó y le miró con ciertos tintes de burla.

- ¡Imbécil!

- Si eres así de agresiva conmigo no me imagino cómo tratas a los pacientes.

El chico salió corriendo de la sala antes de recibir algún otro instrumento médico, dejando sola a la interna.

Luego de pasar visita a todos los pacientes Caulifla se encontraba revisando las tablas de indicaciones cuándo escuchó la puerta abrirse.

- Kyabe, si vienes a disculparte no tengo tiempo para tus estupideces así que lárgate pedazo de-

La chica no terminó su insulto al percatarse de quién había entrado, era el famoso R4 de medicina interna por el que todo el mundo babeaba, Son Goku.

- ¡D-disculpe! Yo...

Intentó excusarse de alguna manera ante el mayor, qué vergüenza ser vista de esa forma por ése residente en específico.

- Entiendo que no le agrade Kyabe, es un poco mezquino con los internos, sobretodo si uno de ellos casi ocasiona que lo echen del hospital.

Caulifla se sonrojó a más no poder, era cierto, siempre se le olvidaba el pequeño detalle de que todo el mundo suele enterarse de problemas así en el hospital.

- D-doctor yo realmente no tenía la intención de que ese accidente le pasara al enfermero.

La simple presencia de ése hombre la ponía muy nerviosa, seguía sin entender bien la razón pero no era algo especialmente desagradable, al contrario, deseaba sentirse así por más tiempo, realmente lo deseaba.

✐ᝰLejos de mi alcanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora