Para creer lo que voy a contarte tienes que hacer algo primero, tienes que creer en lo imposible, ¿puedes hacerlo? Bien. Mi nombre es Madeline West, pero pueden llamarme Maddie, y esta es mi historia, Bueno mía y del hombre más veloz que existe.
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Para creer lo que voy a contarte tienes que hacer algo primero, tienes que creer en lo imposible, ¿puedes hacerlo? Bien. Mi nombre es Madeline West, pero pueden llamarme Maddie, y esta es mi historia, Bueno mía y del hombre más veloz que existe.
Flashback - 16 años antes
Una pequeña Maddie de 7 años iba caminando por los pasillos de su nueva escuela. Su familia había muerto, pero un amigable detective llamado Joe West la había adoptado y llevado a su nuevo hogar junto a la que sería su hermana Iris West, así convirtiéndose ella en Maddie West.
Se sentía rara en su nueva vida, los demás cuchichean a su alrededor y la señalaban no tan sutilmente.
Iba tarde para su clase, los pasillos se habían dispersado y ella estaba totalmente perdida. Para su mala suerte Iris era 2 años mayor que ella y tenía su propio grupo de amigas, ademas ya había hecho suficiente por ella y no quería ser un estorbo.
A lo lejos en la punta del pasillo veía a unos niños hablando, así que reunió valor y se acercó a ellos para preguntar la ubicación de su salón.
-Disculpen, ¿me podrían decir dónde está el salón 201?-dijo la pequeña Maddie con voz muy baja
-Miren pero si es la nueva... Madeline la huerfanita- dijo el más alto de todos dando unos pasos a Maddie, cabe destacar que él y sus amigos eran mayores que ella y por lo tanto casi el doble de su tamaño
-No me llames así, solo soy Madeline y ya indícame dónde está el salón para que pueda irme- dijo Maddie intentando hacerse ver valiente pero se notaba que estaba asustada.
-Chicos, vamos a darle la bienvenida y de paso a enseñarle quien manda aquí-dijo el niño acercándose cada vez más a Maddie mientras ella retrocedía
Decir que tenía miedo era poco, estaba aterrada, ¿que diría Joe cuando llegue con golpes a la casa? ¿Y si la mandaba a un horfanato por causar tantos problemas?. Con la muerte de su familia estaba más apartada, callada y estaba siempre triste, ademas todavía no había hablado bien ni con Joe ni con Iris, cada vez que le hablaban era lo más cortante posible , seguía lastimada y ellos lo comprendían así que le daban su espacio.
Salió de sus pensamientos cuando chocó con los casilleros detrás de ella, la tenían acorralada, ella solo cerró los ojos y se hizo chiquita esperando el golpe, pero antes de que el puño del niño llegara a ella escuchó una voz interrumpiendo el momento.
Por otro lado, un Barry Allen de 9 años, como siempre estaba llegando tarde a clases, iba corriendo por los pasillos pero se detuvo al ver tal escena frente a él.
Unos niños que eran los bravucones de la escuela habían acorralado a una pequeña niña en contra de los casilleros, no reconoció su rostro por lo que suponía era nueva, sin pensárselo mucho al ver a la niña temblando de miedo se acercó a ellos gritando.
-Hey! Déjenla en paz, no la molesten!, Metanse con alguien de su tamaño!
-Oh, miren el tonto Barry creyéndose un héroe, pero como hoy estoy de buen humor voy a cumplir con tu petición, ahora tú vas a recibir la bienvenida en nombre de ella - dijo burlonamente acercándose a Barry con sus dos amigos detrás de él.
Barry corrió hacia afuera, pero no llegó muy lejos ya que poco después estaba siendo golpeado por los 3 niños, mientras Maddie se encontraba hecha una bolita al lado de los casilleros temblando de miedo y con lágrimas corriendo por sus mejillas. Se quedó ahí un buen tiempo sin saber que hacer y con la cabeza escondida entre sus rodillas y sus brazos abrazando sus piernas.
-Hey, ¿estás bien? - escuchó y cuando alzó la mirada vio a ese niño de ojos verdes que la había salvado, solo que estaba con un par de golpes por la cara.
-Yo debería estarte preguntando eso ¿no?, por cierto gracias- dijo embozando por primera vez en mucho tiempo una sonrisa
-No te preocupes, mucho gusto me llamo Barry Allen ¿y tú?- dijo el pequeño Barry extendiendo su mano hacia la pequeña niña pelirroja.
-Madeline West, pero puedes decirme Maddie, un gusto Barry- contesto Maddie dándole una sonrisa de oreja a oreja a Barry
-El gusto es mío Maddie- hablo el niño copiando la sonrisa de Maddie.
Quien diría que ese día nacería una unión entre los dos que nadie ni nada podrían romper.