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sixteen. if it wasn't for the nights
LA PEOR PARTE DE TODO ERA ESPERAR.
En el auto mientras su madre hacia las compras, esperando en una línea para subirse a una atracción en la feria, a Hope cuando no había terminado de hacer su maquillaje, en la la línea para pedir esas malteadas de fresa que vendían en la calle principal (Jura que se enamoro cuando bebió una por la primera vez). La peor parte de todo era esperar—quizás porque ella era impaciente—y River esperando a Daniel para por fin hablar con él también lo era. (Salven a la pobre)
La muchacha miró a Hope de reojo, quien no dejaba de tararear la melodía de Radio Gaga(Grandiosa canción, acá se ama y se respeta Queen) a su lado. Ella había insistido en esperarla en una esquina para apoyarla y asegurarse de que no saliera corriendo. Lo cual no haría (Mentira. Penso en hacerlo). Rivervolvió a apretarse los nudillos hasta que tronaran, inquieta. No estaba nerviosa, antes de que piensen que si (¡Otra mentira! Si que lo estaba, por eso mismo se mentía a si misma). Solo que no quería esto—lo que sea que esto significara—que ambos tenían.
—Si te suenas un dedo una vez más ire yo personalmente a romperterlos—exclamó Hope, mirándola desafiante hasta que algo más llamó su atención—. ¡Mira, ahí esta tu Romeo! Medio cojo, ¡Pero ahí esta!
River se giro a ver hacia donde su amiga apuntaba para, efectivamente, ver a Daniel (Quien también las miraba gracias a Hope, quien es bastante ruidosa). Se giro sobre sus talones luego de un largo suspiro y empezo a caminar hacia él. Ella podía con esto. Le encantaba hablar, ¡Era su momento de brillar!
River se detuvo frente a él, no diciendo nada y sin mirarlo. Genial, no puede hacerlo. Daniel hace una mueca cuando pasan unos minutos callados. Huh, él no creía que iba a extrañar a River hablar a diestra y siniestra tan pronto. La muchacha se aclara la garganta.
—No puedo creer que ganaste. Digo, si, lo creo. Desde ayer, pero, ¿En la condición que estabas? Fue asombroso—River se ríe ante la broma (o capaz son los nervios) que va a soltar—. Creo que me quedé medio ronca de tanto gritar, entonces estas de suerte hoy.
—Si con suerte te refieres a tener una pierna rota, entonces sí—ironizó Daniel.
River asiente notando el evidente sarcasmo, y no del bueno, en su voz. Oh, como odiaba el karma. El sol es cálido, la hierba verde. Suspiro luego de unos segundos.
—Lo siento.
—¿Por?—pregunta Daniel al ver que River no iba a continuar. Por lo menos por los momentos.
