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fourteen. friendship rocks, cluelessness sucks!
POR MUCHO QUE NO LO PARECIERA—ya que actualmente estaba esperando calladamente a que le abriesen la puerta de la casa—, River estaba en un estado de pánico. Son en momentos como el de anoche en donde ella se siente demasiado lenta y distraída. Y aunque a veces le gusta bromear de ello, es terrible cuando en verdad le ocurre—todo le pega en la cara de repente y ya es muy tarde como para tratar de hacer algo. Y detestaba sobre todo detesta cuando su cerebro se iba en blanco y termine haciendo cosas estúpidas. Como plantar a alguien en su propia casa y salir huyendo. De acuerdo, eso sonó mejor en su cabeza. Y, sí, aún seguía en modo crisis por eso. Pero, ¿Pueden juzgarla?
Para cuando ella va a volver a tocar el timbre, la puerta se abre de repente, dejando ver al padre de Hope mirándola sorprendido. Lo cual ella no juzgaba, ya que eran las nueve de la mañana en un domingo.
—River, ¡Que bueno ver...!—el hombre quiso saludar. Sin embargo, River lo corto por entrar apresuradamente y subir las escaleras.
Después de tantas veces de ir ahí (Casi ocho años de amistad, para ser exactos), River ya tenía memorizado donde estaba todo en la casa Sage. Entro a la habitación de Hope, cerrando la puerta tras ella en un portazo.
—Primero que todo, buenos días—la castaña murmura adormilada—: Ahora, si vamos a hablar a esta hora, ¿Podríamos por lo menos hacerlo acostadas?
River quiso sonreír ante la broma, pero lo único que salió de su cara fue una mueca. Se lanzó en la cama a su lado, hundiendo su cara en la almohada.
—¿Estas bien? ¿Necesitas que busque el bate? ¿Destruir a alguien emocionalmente?
River traga y mira a Hope. Sus expresiones faciales siendo totalmente diferentes a las palabras que salieron de su boca. Mirándola pacientemente a que hablara, con el ceño levemente fruncido en preocupación. La pelinegra suelta el aire.
—Ayer me dijo que le gusto—River suelta sin más—. Daniel, él es el que...¡Creo que ya lo conoces!
Las cejas de Hope se levantan (tanto así que casi llegan a la línea del cabello), y parpadea unas cuantas veces. En silencio. Y eso le molesta a River. La está haciendo sentir peor ahora que oye las palabras salir de su boca. Necesita más que nunca que Hope le empiece a gritar: "¡Viste que te lo dije! ¡Tienes que hacerme caso, como siempre te digo!"
—Espera, ¿Le gustas?—Hope pregunta, sentándose como si no se estaba durmiendo hace cinco segundos—¿Estilo Garfield con su lasaña? ¿Thomas O'Malley con Duquesa? ¿Gómez Addams con Morticia?
Ella asiente, aún no sintiéndose mejor por las comparaciones. La castaña chasquea la lengua.
—Mierda, digo, tenía una corazonada, pero da igual. ¿Y qué con eso? Tienes cara de que oliste mierda.
