Al día siguiente fuí emocionado a la escuela.
No sé cómo y por qué, pero, de cierta manera te habías llevado mi corazón.
Y no que me haya enamorado. Creo.
Sino que, eras tan dulce, aunque apenas te conocía.
Llegué a mi salón, dejé mis cosas, y fuí a buscarte.
Estabas en la cafetería, leyendo antes de clases. Sola.
Yo también me dedicaba a hacer lo mismo antes de clase. En vez de divertirme.
Es que no tengo amigos.
Creo que tú eras la primer "conocida" que tenía.
Y la primer chica con la que entablaba una conversación.
Fuí hasta la mesa donde te encontrabas.— ¡Hola TN! Soy Beomgyu, el chico de ayer. —te saludé desde atrás.
Te volteaste, y me sonreíste.
Era la sonrisa más bonita que había visto.
— Hola Beomgyu. ¿Cómo estás? —sonreías mientras movias tus manitas.
— Bien, ¿y tú? ¿Qué lees? —estaba curioso, en saber qué te gustaba, qué hacías. Todo sobre ti.
— Bien. Se llama "Everless". Vine a leer sola porque... Me molestan. —hiciste una pausa antes de seguir: — Al ser muda, dicen que el diablo cortó mi lengua y mis cuerdas vocales. Además, no tengo ningún amigo. —intentaste sonreír un poco, pero no pudiste.
Apreté mis labios, enojado y triste por ti.
— Yo... —me interrumpiste.
— Beomgyu, si sólo quieres que yo te dé pena, solo vete. No quiero ser parte de chismes o dar pena. Por favor. —tu gesto era otro ahora.
— No, TN. Yo te quiero ayudar. Yo no tengo amigos desde hace 6 años. Odio los chismes. Y quien sea que te diga eso... A ellos les falta la lengua, por hablar cosas así. El diablo les cortará la lengua a ellos. —te dije firmemente.
Pensaste un rato, y te decidiste.
— ¿En serio? Yo... Gracias. Pensé que harías chismes. Tal vez podamos ser amigos. —uniste tus manos, y te sonrojaste.
— Seamos amigos. —tomé tu mano y la acaricié amistosamente.
Mostraste una sonrisa que enseñaba tus hermosas y rosas encías.
Tus mejillas estaban rosaditas, adorablemente.
Mi primer amiga... Te cuidaría siempre, y expresaría por ti lo que tú no podías.
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tears × smile [choi beomgyu one shot]
RomanceElla no tenía la mejor manera de expresarse. Creo que solamente yo la entendía. La amaba, a pesar de lo que tenía. Hubiese querido ser como ella, para que no sufra sola... O eso pensaba antes. Pero, en realidad, cada lágrima silenciosa suya, es r...