Capítulo 2. Kuchisake-Onna. Parte 1

5 0 0
                                    

Eran casi la once de la noche, todo estaba oscuro. La humedad del ambiente combinada con la baja temperatura creaba el entorno ideal para una película de terror. Por las calles se podía oír claramente el sonido de unas pasos apresurados. Al poco rato se podía apreciar a un jopen, de unos 25 años, corriendo por la calle en dirección a una de las calles más concurridas de Tokio. 

-Tengo que darme prisa- decía la persona. Y razón no le faltaba, pues si Shinosuke Ronsaku no se daba prisa llegaría tarde a casa. Pues había aprovechado que su madre se había ido de viaje para ir de fiesta en lugar de estudiar para los exámenes de la universidad. Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que estaba a punto de chocar con alguien.

Pumm

-Agghhh mira por donde vas- dijo la otra persona.

-Lo siento, yo estaba pensando en mis cosas y... espera ¿eres tú Takeshi?- Dijo Shinosuke sorprendido. Pues no lo veía desde la secundaria.

-Sí soy yo pero.... espera, si eres Shinosuke. Que alegría verte amigo- Dijo Takeshi entusiasmado.

-¿Qué haces aquí en Tokio? Creí que te habías ido a trabajar a Hiroshima- Contesto nuestro protagonista. Pues si en verdad se alegraba de ver a su amigo de la secundaria, también le sorprendía verlo en la ciudad.

 -He pedido el traslado aquí a Tokio. Así puedo estar más cerca de mis familia- Dijo Takeshi. El comentario hizo sonreír a Shinosuke. Si había algo que caracterizaba a Takeshi era el gran amor que profesaba a su familia, en especial a sus padres.

-Y tú Shinosuke ¿Sigues estudiando el master en la universidad?- preguntó Takeshi con curiosidad.

- Sí, estoy a punto de terminar- Dijo algo agobiado -Takeshi me gustaría seguir hablando pero tengo que llegar a mi casa cuanto antes. ¿Te apetece quedar mañana para comer?- Preguntó Shinosuke a su amigo. Quería aprovechar para ponerse al día con él.

Takeshi se quedó impresionado con la respuesta. Pues no esperaba una bienvenida tan cálida de Shinosuke. El amigo que él recordaba de secundaria era muy callado y casi nunca tenía ganas de quedar. Por lo que aceptó encantado la invitación. Acordaron comer en un restaurante que había cerca de donde estaban ahora Y, una vez concretada la hora, cada uno se fue por su lado.

Continuará....

Japón negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora