capitulo 4

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Luego del desayuno le pedí a nana que le dijera a León, el chofer, que nos llevara a la plaza, porque tanto Chris como yo queríamos ir a esa librería antes de que empezaran las clases el lunes, puesto que era sábado y los domingos estaba cerrada no le quedó otra opción mas que acceder y llevarnos, al llegar a la plaza Chris me preguntó si quería ir primero al arcade, me encantaban ese tipo de cosa, pero sabía que él no era del todo amante de esos lugares, lo miré y pregunté "¿Estás seguro?"  Sin decir nada solo me tomó del brazo y nos desviamos.

Nana nos observaba de lejos, como una buena madre, el lugar no estaba muy lleno a pesar de ser sábado de vacacione, supongo que algunas personas ya en aquel entonces preferían jugar en casa, lo primero a lo que nos acercamos fue un hockey de aire, era de mis cosas favoritas del arcade. Y ambos nos estábamos divirtiendo, sobre todo yo porque le estaba pateando el trasero a mi amigo, entonces un tipo un poco mayor se acercó a nosotros y le dijo a Chris que nos fuéramos en ese momento "o le daría tantas ostias que se volvería cura", en lo personal odie su chiste y le dije a Chris que lo dejásemos, pero él no quería verse humillado y le dijo al tipo "las ostias las tendrá alguien más, bruto" y el tipo lo empujo notablemente fuerte, a lo que él respondió con una llave al brazo, dejándolo de rodillas, el chico gimió y nana se acercó a ver por qué había tal alboroto donde estábamos, yo estaba atónita, entonces ella se dirigió a él muy furiosa.

- Suelta inmediatamente a ese niño, jovencito – le dijo severa tomando su oreja.
- Pero mamá, que él me ha provocado... - replicó él.
- He dicho que lo sueltes – dijo, esta vez tirando de su oreja y dirigiéndose hacia mi más suave – Lo siento nena, pero debemos irnos.
Estaba tan asustada que la seguí sin decir nada. Ya fuera del local soltó la oreja de su hijo.
- Sabes perfectamente que no te deje estudiar artes marciales para que hagas este tipo de cosas jovencito...
- Pero venga mamá, que te lo he dicho antes, él nos amenazó – dijo volviéndose a mi - ¿A que si Emma?
Yo me encogí de hombros y asentí
- Si no lo hubiera tumbado ellos nos habrían hecho daño.
Entonces nana se inclinó un poco para hablarle de frente
- Me enorgullece tu caballerosidad, pero estabas en un local, pudiste decirle a algún empleado, hazlo así la próxima vez ¿Vale?
- Vale – respondió él – no peleare nunca más.
- A menos que sea tu única salida – replico nana.

Después del incidente caminamos por un largo rato en silencio, hasta que Chris se acercó a mi.
- Oye, dicen que en la librería nueva hay un café también.
- Pero yo no bebo café. - respondí tímidamente.
- Eso lo sé, pero hay también comidas rápidas.
- Entonces es un restaurante.
- Es un café - dijo entonces enfadado y con énfasis.
- Pero si venden comida es un restaurante - repliqué en el mismo tono.
- Como quieras, no me importa tu opinión. - concluyó, entonces nana, quien había escuchado todo se acercó y se puso de pie entre nosotros, inclinándose un poco.
- Ya, ya, venga nenes ¿No puede ser entonces un café / restaurante?
No hay por qué pelear, vosotros sois amigos ¿a qué si?
- Si... - dijimos ambos molestos al unísono.
- ¿Lo veis? Hasta hacéis coros y todo - entonces nana se echó a reír e hizo qué el ambiente hostil qué había entre nosotros cambiara al instante, al parecer tenía una risa sanadora.
Entonces ambos nos abalanzamos sobre ella para abrazarla, al soltarnos nos miró con mucha ternura.
- No peléis de nuevo entre vosotros - añadió - recordad qué debéis estar juntos y en paz siempre, mi pobre y viejo corazón se rompería en mil trozos si dejáis de ser amigos por una tontería ¿Vale?
Ambos asentimos y continuamos nuestro camino, hacia lo que ahora llamábamos librería /café /restaurante.

Llegados al sitio nana tomó asiento en de las mesas de la cafetería que estaba justo en la entrada, el local era totalmente fascinante, constaba de dos pisos, en una esquina para subir al segundo piso había una escalera de caracol cuyos peldaños parecían una pila de libros apilados en desorden, las paredes eran de color mármol, pero los estantes eran de colores diferentes y los pasillos eran un poco temáticos, dado que el lugar era grande resultaba en un espectáculo increíble, el pasillo de astronomía parecía un callejón porque no tenía una salida como tal, ya que había una pared al final de esta donde se proyectaban imágenes del sistema solar y algunas otras maravillas del universo.

En la entrada al pasillo de cuentos había un principito, me refiero a una estatua de este personaje, mi yo de nueve años tomo a Chris por el brazo frenéticamente diciendo "¡Mira ahí! ¡Hay un principito!¡Vaaamos!" A lo que él me puso las manos sobre los hombro e hizo una señal de silencio con su mano, dijo que en esos sitios la gente prefería el silencio, por lo cual me calme.

Pasamos a elegir unos cuantos libros y luego nos fuimos al segundo piso, nana le pidió a Chris que no se separase de mi en ese lugar fuera de su vista. Allí había un mostrador bastante bonito donde vendían muchos tipos de separadores diferentes, también se podían obtener comprando una membresía, según nos dijo el chico encargado de este. Así que nos hizo una tarjeta llamada "Membership kids"
Y luego de terminado eso nos pidió elegir nuestro separador; habían de tantos estilos que no sabía que elegir. Desde cartoncillo, bordados, con naturaleza en ellos, dios, eran demasiados.

Chris eligió bordado para ambos, en tela roja e hilo dorado, entonces el chico sonriente corto los trozos de tela, trazo en ellos las letras, luego los llevo a una especie de máquina de coser, a la cual le puso el color elegido y empezó el trabajo, luego los pego en un cartoncito para darle firmeza a la tela, nos preguntó si queríamos laminado para que este no se ensuciara y dijimos que si, cuando los entrego eran muy lindos, en caligrafía escritos nuestros apellidos, Rockbell y Rivera, se veían demasiado perfectos, agradecimos al chico y fuimos con nana, yo estaba saltando de felicidad de lo hermoso que había sido ir allí con Chris, nana acaricio mi cabeza y dijo: "Me alegra tanto que te hayas divertido, pequeña"
Entonces tomó los libros y dijo que iría a pagar, le dije que yo quería pagar los libros de Chris con el dinero que mi papa me había dado pero se negó, lo cual me hizo sentir un poco triste.


Entonces Chris me tomó la mano y dijo:
- La próxima vez paga tú, mi madre es un poquito obstinada para esas cosas.
- Esta bien, y llevaremos muchos más libros luego. 
- Vale, vale, ahora venga, veamos que podemos comer. -Dijo llevándome a la mesa.
- Si. – respondí siguiéndole


Sunsets. (titulo provisional, no definitivo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora