- no te vayas Suga... -le rogó la chica con lagrimas en los ojos- por favor quedate conmigo
- ¿y por que quieres que me quede Valery? -Le preguntó él, dándole la espalda- yo jamás seré como el resto, no voy a quedarme quieto hasta realizar mi venga...
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Décimo piso, un elegante y demaciado costoso sofá de cuero color borgoña, una alfombra grisácea sobre sus pies, y un inmenso y perfectamente limpio ventanal frente a sus ojos. JaeJoong se encontraba en un enorme y lujoso edificio en la ciudad de Daejeon, esperando a ser atendido por el millonario más joven en toda Corea del sur.
¿Que hacía en ese lugar?. Trataba de ayudar a su nuevo alumno de cabellos verdes quien supuestamente era Min Yoongi, heredero de la sumamente inmensa fortuna de los Min, la familia más importante e influyente del país.
Cómo es que confiaba en un muchachito que apenas había llegado al país y no tenía más que solo su palabra como pruebas. Pues en realidad no lo hacía, no confiaba del todo, no estaba 100% convencido ni seguro de que Suga estuviera diciendo la verdad, es por eso que iba averiguarlo.
Pero ¿porque lo hacía? Ni él mismo lo sabía. Quizás solamente por curiosidad, o tal vez era que ese muchacho de caballo menta le recordaba a él a su edad. Y es que el profesor Kim JaeJoong era una persona refinada, con una familia amorosa y acomodada. Pero lo que muy pocos sabían es que era adoptado, y años atrás, él también se había propuesto tener respuestas sobre su verdadera familia, algo en lo cual no había tenido éxito.
— puede pasar, el joven Min lo atenderá ahora... —le indicó una muchacha de labios rojos, falda corta, y cabello castaño perfectamente peinado. Una joven bastante guapa que cualquier hombre desearía tener como su asistente.
JaeJoong al escuchar a la mujer, se levantó del sofá, acomodó un poco su vestimenta, y caminó a la oficina de Min Yoongi, entrando por una puerta de cristal borrosa que impedía ver el interior con claridad.
— Kim JaeJoong ¿qué te trae por aquí? —Escuchó el castaño, dirigiendo su mirada a la dirección de la voz.
Y ahí estaba el famoso Min Yoongi sentado tras un lujoso escritorio de madera que seguramente era de roble, en una silla de cuero acolchada. JaeJoong enseguida notó que toda la oficina estaba llena de lujos con muebles caros y finos. Eran los lujos que podía darse un millonario.
El joven profesor de literatura sonrió e hizo una reverencia como saludo, para después ver más detalladamente a su antiguo compañero de preparatoria.
Su rostro ahora era más adulto, además tenía una imagen profesional y elegante. Portaba un traje color gris brillante con una camisa blanca y una corbata roja. Su cabello estaba pintado de color rubio muy claro, casi blanco, y peinado hacia atrás mostrando su frente.
Todo un joven millonario de pies a cabeza.
JaeJoong se adentró más a la oficina, y sin esperar invitación tomó asiento en un pequeño sofá de terciopelo verde esmeralda frente al escritorio.
— me da gusto saludarte amigo —habló el castaño con una tierna sonrisa— hace mucho que no nos vemos
— si, hace bastante, desde la graduación de hecho —afirmó el millonario— y a decir verdad tu visita me parece un tanto extraña
