》Capítulo 22《

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"Pensamientos"
Posturas
—Habla—
Narra
Recuerdos

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Narrador Pov:

—La familia... El padre tiene su papel, la madre tiene otro. Los padres protegen a los hijos y los hermanos mayores protegen a los menores, pase lo que pase. ¿Quiéres saber cuál es tu papel?— preguntó viendo a Rubius— Tu papel es darme a tu hermano y desaparecer, si no puedes hacerlo, morirás, porque no puedes ganar.

—"Con razón es tan fuerte, era uno con conexión directa"— Rubius tomó su espada del suelo con el único brazo bueno que tenía— "No será fácil cortar esos hilos con un arma rota. Si su cuello llega a ser más resistente que sus propios hilo, estaré cagado".

—No me gusta que me miren así— dijo al sentir la mirada de sus dos acompañantes— Eres un necio. ¿Acaso crees que puedes vencerme?— al extender su brazo, controló unos hilos que ocultó a medida que su conversación con los hermanos avanzaba y, atrajo a Luzu al tener conectado dichos elementos en su espalda. Rubius apenas tuvo el tiempo para ver como se llevaban a su hermano frente a sus propias narices— Ya lo tengo— encarceló a Luzu con uno de sus brazos mientras el otro seguía extendido hacia Rubius— ¿Comprendes ahora tu papel?.

—¡Suéltalo!.

—Y eso que dije que te perdonaría la vida si me obedecías.

—¡Sueltame zorra!— Luzu rasguñaba el brazo que lo atrapaba con sus uñas, pero no parecia hacerle ni cosquillas al demonio. Al tener una gran diferencia de estatura, el castaño debía de estar arrodillado en el suelo, volviendo la tarea de escapar aún más difícil— ¡No!— el demonio finalmente aprovechó el estado de Rubius y lanzó unos cuantos hilos con intención de matarlo. Afortunadamente él se percató del ataque e, impulsándose contra el tronco del árbol en el que estaba, lo esquivó con éxito. En ese período de tiempo, Luzu sintió como era aprisionado con, esta vez, hilos y levantado desde el suelo hasta estar a unos metros de él.

En el caso de Rubius, este estaba confundido, cuando había levantado su vista nuevamente a su oponente pudo ver como ya no tenía más a su hermano. Trató de hallarlo por los alrededores, sin logro alguno, hasta que divisó algo extraño cerca del demonio, un charco de sangre que caía del cielo. Guio su mirada hacia arriba, encontrándose con la peor escena que pudo haberse imaginado: Luzu enredado en los hilos del demonio mientras estos cortaban milímetro por milímetro su piel a medida que realizaba el mínimo movimiento. El castaño no decía ni una sola palabra por el simple hecho se sentir el dolor de los hilos enterándose en su piel.

—No morirá por tan poca cosa. Es un demonio. Pero necesita aprender la lección. Que se desangre un rato, si no aprende, lo dejaré ahí hasta que amanezca.

—¡Suelta a Luzu!— ni Rubius supo de dónde sacó la fuerza para levantarse, pero lo hizo, y fue directamente hacia el demonio listo para atacarlo. Este solo lanzó sus hilos haciendo que tropiece con uno de ellos cayendo al suelo. Sin darle tiempo a levantarse, el demonio le dio una patada en su cara mandándolo a volar hasta chocar contra un árbol; al sentir el impacto contra el árbol, no pudo evitar escupir un chorro de sangre. Pero eso no habia acabado ahí. En un abrir y cerrar de ojos, el demonio fue hacia Rubius dándole un puñetazo en su estomago mandandolo hacia un costado del árbol en donde estaba.

—Espero equivocarme, pero crees que podras cortarme el cuello si te me acercar, ¿no?— Rubius solo respiraba agitadamente— Muy bien. Inténtalo.

Rubius alzó su "espada" tratando de cortar la cabeza del demonio, pero este fue más rápido que y esquivo el ataque fácilmente para luego darle dos golpes más haciendo que retroceda. Así estuvieron un largo tiempo. Golpes iban, golpes venían, siempre al mismo objetivo: el cazador. Parecía que los dioses querían probar su fuerza y fortaleza, y sí se los iba a demostrar. Cuando estuvo lo suficientemente cerca del demonio, puso firme su arma e incrustó la única parte filosa de ella en el cuello.

El Cazador de las nieves (Ruwigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora