¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.
Prólogo.
...
La oscuridad en la que intentaba hundirme cada que el sol se escondía poco a poco se veía interrumpida por mi mente atormentada. Veía pequeños halos de luz, pero nada más lejos que eso, ni siquiera los rayos del astro rey incendiando mis pupilas lograban perturbarme tanto como aquella sensación de estar despierto, pero no poder mover ni un solo músculo. Siempre parecía vivir en una pesadilla constante. Finalmente pude abrir los ojos en ese intento desesperado de que el oxígeno volviera a mis pulmones, tomé una bocana de aire que pareció devolverme la vida.
Por unos momentos me quedé inmóvil, intentando reconocer mi alrededor, totalmente opacado, que ni siquiera el resplandor de la luna podía iluminar. Encarcelado en mi propia mente y cuerpo no era suficiente que también tenía que estar encarcelado entre estas cuatro paredes. Respiré hondo y me incorporé lentamente, tenía que relajarme si quería volver a conciliar el sueño. Desenredé un poco mis largos cabellos pelirrojos que, al parecer, ahora era lo único que me hacía especial junto al color de mis ojos, lo único especial... Observé la palma de mi mano con desdén, varios cabellos sueltos sobre esta se deslizaban entre mis dedos. Ahora resulta que también me iba a quedar calvo del estrés. Todo esto no pasaría si...
Necesitaba tomar el aire así que alargué el brazo hacia mi mesa de noche y agarré uno de los tantos paquetes de cigarrillos que, por supuesto, siempre lograba conseguir gracias a mis manipulaciones. Aquí ni respirar te dejan. Recorrí los pocos pasos que separaban mi cama del balcón que conectaba con la habitación en penumbras. Descansé mis brazos sobre la barandilla del balcón y también los nervios del cuerpo con el agradable y contaminado humo del cigarrillo. Levanté la vista al cielo, la noche era espesa por lo que no pude calcular que hora sería exactamente, pero quería que el tiempo pasara rápido y amaneciera cuanto antes. Con la última calada ya sentía mi mente más adormilada, pero todavía no era el momento de volver a la cama.
Apreté el puño y lo abrí, mi vista fija en la palma de mi mano, concentré todos mis sentidos, toda mi energía en mis manos, tenía la esperanza de que al menos una pequeña chispa; vaho, humo, lo que fuera, apareciera dándome esperanzas, pero... como todas las noches, nada, no había nada. No había rastro de mis poderes. Esto ya se había convertido en una rutina nocturna; despertaba con pesadez, salía al balcón y después de un rato hacía un esfuerzo monumental en buscar algo diferente en lo que ahora eran las cenizas de mi sobrenaturalidad. Quería comprobar mis poderes de fuego, pero ni siquiera sentía algún tipo de calor recorrer mi cuerpo, apretaba la barandilla intentado doblarla aunque fuera un poco, pero ni siquiera utilizando hasta el límite de mis fuerzas era capaz de moverla, intentaba agudizar el oído para escuchar los pájaros del horizonte y solo había silencio, también intentaba forzar la mirada para ver más allá de los árboles y con suerte me daba dolor de cabeza, ni siquiera podía levantarme un centímetro del suelo para alzar el vuelo... pero de qué me quejaba, prácticamente ya estaba acostumbrado a aquello. Al principio me molestaba tanto que mi iría me hacía perder los papales, pero con el tiempo solo sentía decepción y un eterno rencor en mi interior.
Eché un último vistazo al jardín de flores debajo del suelo que pisaba mis pies. Al otro lado de estas altas paredes de ladrillo solo había naturaleza, solo te esperaba un inquietante bosque en las montañas, una eterna sierra que utilizaban como excusa para asustar a los niños y que estos no pensaran ni por un segundo en salir al exterior, contándole estúpidas historias de miedo que a mí por supuesto, ni me causaban zozobra. ¿A cuántos kilómetros estaríamos de Townsville? No lo sabía con exactitud, pero probablemente serían tantos que hasta volando a toda rapidez tardaría horas en llegar, y, aun así, no veía el momento de irme corriendo de aquí.
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Condenados por el Pasado
Random𝗣𝗣𝗚 𝘅 𝗥𝗥𝗕 • Todo vuelve a su cauce una vez que la tormenta pasó, pero los años no perdonan a nadie y ellos ya están cansados de esperar a que eso suceda. Después de estar tanto tiempo alejados de su verdadero yo, es la hora de volver a esa ci...