En la habitación se formó el silencio entre la oscuridad, tenía a ambos lados las estufas humanas y no encontraba la postura, si me movía un poco acababa pegada a alguno de ellos y recta me es imposible dormirme.
Me giro por cuarta vez ya y un peso se apoya en mi cadera y me atrae inmovilizándome en unos brazos.
-Puedes quedarte quieta? Te decimos que nos estamos controlando y lo que haces es no parar de moverte.- La voz ronca de Damien sonó en un intento de susurro detrás de mi cabeza.
-No puedo dormir- susurré tímidamente. Me atrajo aún más hacia su cuerpo, sintiendo su pecho en mi espalda y poniendo su brazo bajo mi cabeza.
-cierra los ojos y duerme.-así lo hice y casi inconsciente nuevamente me di la vuelta pero para acurrucarme hacia la fuente de calor, con mi cabeza contra su duro pecho escuche el sonido de su corazón con uno de sus brazos atrajo una de mis piernas para ponerla encima de la suya y poco a poco caí en el sueño.
Una sensación de frío fue lo que me despertó. Me hice un ovillo intentando darme calor a mí misma. Al no conseguirlo abrí mis ojos dándome cuenta de lo sucedido el día anterior y donde me encontraba en estos instantes.
La gran cama aún siendo extremadamente cómoda se siente solitaria, me levanto lentamente, me dirijo al baño donde hice mis necesidades y me lavo la cara para despertarme completamente. Salí por la puerta por la que el día anterior ellos habían entrado a la habitación, está daba a un pasillo. Al parecer no había nadie en el lugar por lo que quise buscar mi ropa para marcharme. Volví a la habitación y busqué la ropa del día anterior y mi mochila con mis pertenencias, el intento fue en vano ya que no lss conseguí encontrar. En la mochila llevaba mi cartera con mis tarjetas y las identificaciones, mi móvil y las llaves de mi apartamento. No podía irme sin ella.
Decidí explorar el lugar;
Empecé por la habitación donde desperté, ya sabía dónde daban dos de las cuatro puertas, abrí la de la derecha dando a otro dormitorio, al contrario del anterior que era blanco este tenía lo detalles en negro. Algo de lo que no me dí cuenta es que la puerta tiene cerradura, para bloquear la puerta, supongo que para dar intimidad.
Este dormitorio tenía 2 puertas, una daba a un baño idéntico al que ya había estado y la otra nuevamente escondía otra habitación pero esta vez en azul, con una puerta al pasillo.
Volví al inicio y fui a la otra puerta, que se encontraba cerrada.
Salgo por la puerta al pasillo, había otra puerta con un baño. Sigo hacia delante por el pasillo, me encuentro con un descansillo de una escalera y una puerta, está tenía cerradura pero por lo que vi a través de las rejas de esta daba a una azotea que no pude ver muy bien.
Bajo la escalera a la planta inferior con un salón enorme, diviso una cocina y antes de que pueda ir a ella escucho una voz masculina hablando lo que creo que es ruso.
Me quedo estática en el sitio, aparece Daniell en el salón. Me mira pero sigue hablando con su teléfono en la oreja. No entiendo nada de lo que estaba diciendo. Sus ojos recorrieron todo mi cuerpo desde mis pelos alborotados, la camisa que me dió, mis piernas desnudas y mis pies descalzos. Da media vuelta y a los segundos vuelve con unas zapatillas, se acerca a mí y las deja a mis pies.
Poco después corta la llamada y me mira. Yo sigo estática en el sitio.
- ¿Estás bien?- interroga con preocupación.
-Dónde está mi ropa y mi mochila?- la pregunta que rondaba mi mente fue lo único que mi boca pudo soltar.
- Lo siento pero por mucho que quieras irte en estos momentos no puedes.- contestó serio.
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Trois
FantasyLa ciencia no siempre es buena, existe el lado oscuro y siniestro donde se han realizado maldades incluso con los humanos, unas de estas maldades se podría decir que son mis esposos. Si, esposos, son Tres.