🌹• 018 •🌹

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Pov's T/N....

Jean me abrazó a su cuerpo unos segundos, después se levantó con una sábana rodeando su cintura.

— Vamos a desayunar. — Dijo.

Él al ver qué yo me quedé acostada, se agachó y me cargó, yo me aferré a las sábanas pero finalmente me alzó en sus brazos.

Coloqué mis manos en sus hombros y el en mi cintura, mientras que mis piernas estaban en su cadera.

Me dió un beso en el cuello y me cargó hasta el baño, quitó la sábana que cubría nuestros cuerpos y nos metió a la ducha, me bajó suavemente y me recargó en la pared del baño, la cuál estaba algo fría. Jean abrió la llave de la ducha y está estaba tibia.

El dió besos en mi cuello y me levantó recargandome completamente en la pared del baño, bajó hasta mi clavícula y subió a mis labios.

Hace menos de 4 horas tuvimos sexo.

Sin embargo luego me bajó de sus brazos y comenzó con leves caricias en mi cuerpo, una de sus manos se posó nuevamente en mi cuello, mientras la otra acarició mi pecho derecho, su mano la rodeó y dió un ligero apretón. Seguía con sus besos y su mal bajó un poco más, a mi vientre y bajó un poco más a mi vulva.

Su mano recorrió un poco mi parte íntima, su dedo pulgar fue a mi clítoris, Gemí fuertemente en sus labios, metió uno de sus dedos en mi interior provocando gemidos más fuertes, su pulgar aún se movía en mi clítoris.

Sin decir nada más, se detuvo y comenzó a enjugar mi cuerpo.

— Te dije que no se me olvidaría tan pronto lo que hiciste. — Susurró.

[...]

Después del baño, me coloqué una playera de Jean, que me llegaba a poco más abajo de mis rodillas.

Jean bajó a hacer el desayuno con únicamente unos pans grises.

( Ejem 🌚)

Desenredé mi cabello y me coloqué un poco de perfume y un pans gris como el de Jean.

Bajé y el desayuno estaba en la sala, Jean estaba sentado en uno de los sillones.

Me acerqué y me senté a horcajadas en sus piernas.

Jean sonrió y tomó un pedazo de sandía picada que estaba en la mesita al costado de el sillón.

Lo pasó por mis labios.

— Abre. — Ordenó.

Abrí ligeramente mis labios y Jean metió la fruta en mi boca, chupé su dedo índice y mastiqué la sandía.

Jean colocó sus manos en mis caderas y dió un ligero apretón.

En esa mañana había un especial silencio, no era incómodo, era más,  cómodo y agradable.

Miré a Jean y el correspondió mi mirada, su mirada de cierta forma era tierna, pero al mismo tiempo traviesa y curiosa.

Se acercó un poco más a mis labios y tiró de mi labio inferior.

Ese maldito cosquilleo en mi vientre bajo volvió.

— Hoy saldré nuevamente con los chicos. — Anunció y antes de nada completó. — Y vendrás conmigo. —

Yo resoplé y me abracé a su pecho.

— Puedo quedarme aquí... — Susurré.

El rió con ironía.

— No. — Soltó.

[...]

Íbamos camino a la plaza, en el auto negro de Jean.

• 𝑴𝒊 𝑵𝒊𝒏̃𝒆𝒓𝒐 • 𝑱𝒆𝒂𝒏 𝑪𝒂𝒓𝒍𝒐 𝒚 𝒕𝒖 • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora