"I'm not one to stick around
One strike and you're out, baby
Don't care if I sound crazy
But you never let me down, no, no
That's why when the sun's up, I'm stayin'
Still layin' in your bed, singin'"
Desde que habíamos hecho la primer parte de las pases y desde que supimos que estaríamos encerrados por un tiempo indefinido, el ambiente que se respiraba era totalmente diferente.
A veces él preparaba el desayuno mientras yo servía café para los dos, a veces yo la comida y él ponía la mesa pero siempre nos tomaba más de una hora decidir que íbamos a cenar.
Un mes había pasado ya desde que el mundo se había puesto patas arriba dejándonos sólos en la misma casa que era testigo de cuanto nos queríamos.
Los silencios volvían a ser tan cómodos como antes, las bromas y las risas no faltaban. Tampoco faltaban las "discusiones" porqué Dante prefería dormir conmigo y no con Lando.
Mi parte favorita de la mañana era sentarme en la terraza con una taza de café a aprender idiomas mientras lo veía hacer ejercicio.
También lo había convencido de volver a hacer streams.
Su hermana estaba convencida que Lando había recuperado una parte del brillo de su alma gracias a mi, yo solo estaba tratando de no volver a hacerle daño, no me perdonaría volver a hacerlo sufrir por mi cobardía.
Más de una vez habíamos estado a punto de besarnos de nuevo, tan nerviosos e indecisos como la primera vez, retomábamos la postura haciendo como que no pasaba nada.
Pero podía quedarme cerca de él sin besarlo, simplemente admirándolo por el resto de mis días y no tendría un solo problema.
George, Alex e Isabel me habían seguido en mis redes sociales otra vez, menos Carlos, él y yo seguíamos teniendo resentimientos. Se notaban cuándo Lando hablaba con él por videollamada y me veía pasar quedándose callado.
No era que me importara ser su amiga, pero tampoco quería que interfiriera entre él y Lando o entre Lando y yo en algún momento.
—Vamos a comprar provisiones.-irrumpió en la habitación.
—¿Vamos? No podemos salir los dos.
—Me esperas en el coche.
—¿Y pretendes entrar tú a comprar comida para todo el mes?
—Sí.-dijo obvio.
—No.
—¿Por qué no?
—Porqué comes bastante mal, lo sé y lo noté desde que te conocí... Ni siquiera sé como conservas ese cuerpo a base de coca cola y comida chatarra.
—Mentira cochina.-se hizo el ofendido.
—Verdad acertada.
—Bueno, venga, has tú las compras...
—Esa es la idea.-me levanté para ponerme zapatos decentes.
—Haces tú la compra con una condición.-me detuvo.
—¿Cuál?
—Tú compras lo que a ti te parezca adecuado pero a partir de mañana entrenas conmigo.-me sonrió.
—No.
—¿Por qué no?
—Porqué estoy agradecidamente bendecida con mi genética, no voy a entrenar nunca.
—Entonces comeremos papas y beberemos coca cola el resto del mes...
—Esta bien, tú ganas, pero no prometo nada.
—¿Trato?
—Bastante injusto, pero es un trato–me ofreció su dedo meñique–¿Qué?
—Alguien me enseñó que las promesas por el dedo meñique son sagradas.
—Estas utilizando mis métodos en mi contra.
—Sí, ahora prometelo–resignada entrelace mi dedo con el suyo–genial, te espero abajo.
No me acostumbraba a usar cubre bocas, era demasiado incómodo.
—¿Algo que quieras encargar?–negó–¿Seguro?
—Papas sabor barbacoa.-pidió como niño pequeño.
—¿Solamente eso?
—Y donas de chocolate.-sonrió complacido.
Entré al supermercado que lucía desierto dándome un poco de miedo.
Compré todo lo necesario para sobrevivir un mes más, parecía que iba a alimentar un país entero.
Mientras pagaba las compras, recibí un mensaje de Edmund.
*llamaron de la prisión*
*ya se enteraron que usas hacks en el fortnite?*
*No y no uso hacks 🙄*
*entonces?*
*era Frank, al parecer por fin lo dejaron comunicarse con el exterior, preguntó por ti*
