❛𝗚𝗮𝗺𝗲 𝗼𝘃𝗲𝗿❜ - 【Kenma Kozume】

14.

Eran las 7:30 de la noche cuando finalmente ambos chicos habían salido de la pista y tomaron camino a la estación de trenes para que la menor volviera a casa, ambos se mantenían en su habitual silencio cómodo y su paso no era apresurado, ambos querían pasar más tiempo juntos y agradecían que la estación estuviera a unos 20 minutos caminando, algo era algo, sin importar que tan tarde llegaban a casa o no.

Tanto teñido como castaña rozaban sus manos apropósito, sintiendo un pequeño escalofrío cuando estás se encontraban, la chica sin esperar más, tomo el primer paso como usualmente lo hacía y entre su mano, agarro la impropia, sonriendo de forma tonta e inconsciente cuando el mayor entrelazo de a poco y con cuidado sus dedos, creando un agarre fuerte que se balanceaba por el viento.

-En serio, muchas gracias por todo lodo lo de hoy, Kenma-kun.- Dijo mirando finalmente al chico en toda la caminata que llevaban.

-No deberías de usar honoríficos ahora conmigo.. yo no los usaré contigo. - Murmuro algo avergonzado, eran muy contadas las veces en el que la llamaba sin el "chan". La chica solo se limitó asentir, llevando su mirada para al frente y encontrarse con la estación de trenes en ese momento, perdiendo un poco de su emoción en el día por culpa de que ya fuera hora de terminarlo, maldición, ¿Cómo era que las horas pasaban tan rápido?

-Bueno, creo que ahora es cuando nos separamos.- Nombró con una voz melancólica a lo que el solo asintió con su cabeza. Separaron sus manos y ahora la castaña saco finalmente lo que llevaba en ese bolsa que mantuvo con cuidado a su lado en toda la cita. -Ten, lo hice con ayuda de Sho-kun ayer, espero que te guste.- Dijo alzando la caja que dejaba a la vista el pie de manzana, tomando con sorpresa al más alto, aún así su mirada mostraba emoción y ternura, alegrando los sentimientos de ella.

-No era necesario que hicieras algo así, pero gracias.- Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios, tomando con cuidado la caja entre sus manos, sin duda cuando llegar a casa se lo comería con total gusto.

-En realidad, mi idea era confesarme a través de una carta que venía con ello, muy cobarde ¿no? Eres muy valiente Kenma.- Confesó soltando una suave risa por ello, entregándole su carta de igual maneras, aún quería que el supiera como se sentía realmente. -Gracias por todo lo de hoy, la pase increíblemente genial.- Afirmó mientras que se comenzaba a quitar la chaqueta de su ahora novio gatuno, puesto que en el lugar hacía demasiado frío para su gusto, él no tuvo de otra que entregarle está por su bienestar. 

Finalmente la chica se acerco al cuerpo adverso y lo abrazo con fuerza como era de costumbre, separándose con un corto beso sobre su mejilla. Ahora se despidieron para cada uno irse a su respectivo hogar.

En cuanto el teñido con raíces negras llegó a su casa, lo primero que hizo fue tomar un cubierto de la cocina y subir a su habitación para abrir aquel postre que le había entregado su ahora novia, tomando el primer bocado para quedar realmente encantado, podía jurar que era uno de los mejores pies que habías probado y ahora se sentía realmente emocionado. Se sentó en el suelo frente a su mesa de estudio y ahora abrió la carta para comenzar a leerla, sintiendo como sus mejillas subían de un rosa suave a un rojo intenso por cada palabra que leía.

Querido Kenma, bueno, en realidad estoy muy nerviosa mientras que escribo esto y no estoy para nada segura de como debería de decirlo.

Hace casi medio año nos conocimos gracias a los videojuegos y por mis constantes partidas ganadas contra ti, fuiste el primero en hacerte mi amigo y compañero de juegos, ese día no podía estar más emocionada, era quizás uno de los mejores días en mi vida, no solo había conseguido un nuevo amigo si no que, a largo plazo, esté mismo se fue volviendo cada vez más y más importante para mi vida, quizás pensaras que como un mejor amigo o algo por el estilo pero, es mucho más que eso, no te quiero igual a como quiero a Sho-kun, tampoco como quiero a Kuroo, me gustas gatito, me gustas de una manera tan inmensa que ni siquiera sabría como describirlo con las palabras correctas.

Aún no comprendo como fue que paso, de un día para el otro un mensaje tuyo me bastaba para sonreír como idiota, dormir de repente era difícil cuando no podía escuchar tu linda voz a través de una llamada, dormir ya no era una prioridad si cuando jugar algo contigo se trataba, de repente el miedo de que algún día dejara de recibir tus mensajes había aparecido y es que Dios, me haces tanto bien Kenma, de verdad, no podría dejarte ir nunca. Podrían llegar un sin fin de chicos a los cual conozca y ninguno sería igual que tú, realmente al único que necesito a mi lado en mi día a día eres tú y nadie más que tú. 

Creo que me puse muy cursi ¿no es así?, lo siento, cuando me expreso creo que no puedo parar o poner atención a lo que digo, es por eso que cada palabra escrita en este papel vino totalmente desde mi corazón, y aunque quisiera decirte un sin fin de cosas, no lo haré porque tengo miedo de asustarte con mis sentimientos, perdón, nunca me había llegado a sentir así por alguien más, creo... que eso era todo lo que tenía que decir, no es necesario que respondas esto, realmente no quiero obligarte a nada.

-___, tú gran compañera y rival en los videojuegos.

La sonrisa en el rostro del teñido no podía quitársela nadie, tal vez el no podía ser romántico y no tenía idea de como expresarse bien, pero cuando la chica lo hacía, un vacío en su interior se llenaba completamente y lo hacía sentir inmensamente bien, tal como el hacía sentir a la castaña según sus palabras.