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El que no ayuda de gratis.

By: No one.


El pelirrojo extendió su pie tan pronto estuvo frente a la entrada bajo el cartel que ponía <Enfermería> para, haciendo presión con la punta de su zapato en la madera, empujar hacia la izquierda la puerta corrediza. Todo con la muy avergonzada Nayeon todavía en sus brazos escondiendo su cara bajo el manto de lana.

Emprendió de nuevo la caminata al interior de la habitación y, una vez pasado el umbral que dividía las estancias hizo uso de la misma técnica para cerrar la puerta detrás de su cuerpo.

Recibió la reacción que esperaba, por segunda vez consecutiva, de forma inmediata.

-¿Q-q-qué estás haciendo? ¡C-c-cerrar la puerta no es n-n-necesario! -Acusó con su dedo índice y mucha dificultad. Su lengua trabandose siendo la causante de sus penosos titubeos causados por la desolado del lugar en el que había entrado.

La enfermera de la escuela o no existía o tenía una alarma Anti-Nayeon que la hacía desaparer cada que vez que la pelilila amenazaba con siquiera pasar cerca de allí pues nunca la había visto a ese punto de su experiencia escolar. Eso no le había molestado hasta ahora, cuando la idea de estar sola en esa aula con el causante de su creciente ansiedad le era terrorífica.

Por otro lado, haciendo caso nulo a sus preguntas y disfrutando de la miseria ajena, el muchacho se dedicó a continuar con su caminata hasta la primera camilla que vio disponible. Camilla que era familiar para la más pequeña debido a su estancia en el mismo sitio apenas el día anterior.

Tan pronto fue dejada encima del fino colchón del mueble, ésta procedió a alejarse los más rápido posible del cuerpo ajeno que su fuerza le permitió.

El pelirrojo sonrió con sorna para seguido volver a su expresión de desinterés usual, tomando asiento en la camilla de en frente y sacando su teléfono celular para buscar algún juego entretenido en el cual perder el tiempo. Nayeon no podía estar más intranquila con sus acciones.

Lo observó expectante por unos instantes esperando a que el muchacho emprediera su caminata de salida pero al ver que esto no ocurría decidió reunir coraje suficiente para hacerle saber sobre su preocupación.

-Y-Ya puedes irte. -El aludido levantó la vista de la pantalla para ver al lugar del que provenía el reclamo. La carita roja y enojada de su vecina le hizo sonreír con sorna.

-¿De qué estás hablando?, eres mi excusa del día para no ir a clases. -Se recostó en el acolchado mueble, reposando su cabeza encima de sus palmas. -Además, deberías estar agradeciendome.

-¡Y-Yo no te pedí nada! -Se quejó con cansancio, sus ojos empezando a pesar muchísimo más de lo que ya hacían. El sueño pegándole tres patadas en el cerebro.

-¿Las caricaturas infantiles esas de caballos con cuernos que seguro ves no te enseñan modales? -Inquirió interesado.

Nayeon no se paró a cuestionarse el porqué sabía él aquello (pues no recordaba haber hecho ninguna referencia a lo mucho que amaba My Little Pony delante suya) porque su prioridad en ese momento era otra, según ella, más importante.

-S-son Ponys, no caballos. Y enseñan... La magia de la amistad... -cubrió por completo su cuerpo con las sábanas cuando escuchó la sarcástica risa del contrario tan pronto había terminado por lo bajo aquella oración y empezó a arrepentirse de haber abierto la boca. -Déjame en paz... -Suplicó con vergüenza, tal vez activando sólo un mísero pedazo de la benevolencia casi pérdida del más alto, pues éste decidió dejar de atacar por ese medio.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2020 ⏰

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Through the Window - Akabane KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora