Capítulo 14: Completa.

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A la mañana siguiente un hambre voraz me oprimió el estómago y me hizo encogerme. Me eché las manos al estómago. Algo se movió a mi lado en la cama y Alexei me tocó el hombro con cuidado.

-¿Keila, que pasa?- me preguntó medio dormido.

-No lo sé, me duele el estómago.

-Tienes sed.

-¿Va a ser siempre igual?

-Normalmente vosotros necesitáis más sangre que los vampiros adultos.

Se levantó y se puso a mi lado.

-¿Qué haces?

-No podemos conseguir sangre de animal tan rápido y no te voy a dar sangre humana tan pronto.

Se sentó a mi lado y me ofreció la muñeca. Sentí el flujo de sangre correr por sus venas y mis ojos  se deslizaron hacía allí.

-No puedo beber siempre de ti.

-Y no lo harás, pero de momento no hay otra. Bebe.

Me acomodé mejor en la cama y cogí su muñeca con ambas manos. Clavé los colmillos en la vena y el delicioso sabor de su sangre me inundó la boca. Bebí con avidez y sentí el hambre de mi estómago calmarse un poco. Seguía ahí, pero quería comida humana.

-Despacio.- me susurró Alexei. Con la otra mano me acarició el pelo.- Si bebes tan deprisa te hará daño.

Cuando me sentí llena saqué los colmillos y me limpié los labios con la lengua.

-Si ahora soy así, seré un monstruo cuando mi parte de lobo despierte.

-¿Cómo crees que puedes conseguir despertarla?

-No lo sé. ¿Alistair sabrá algo?

-Me extrañaría.

Cogí las solapas de su camisa y le atraje hacía mí. Le besé fuerte y cuando su lengua entró en contacto con la mía me dejé ir para atrás. Le quité la camiseta… más bien le arranqué la camiseta con mi fuerza descontrolada y acaricié los duros músculos de su estómago. Él también me quitó la camiseta y me besó el pecho encima del corazón. Todo mi cuerpo pedía más. Nunca tenía suficiente de él y quería más. Quería a este ser perfecto entre mis brazos para siempre.

Alexei me empezó a desabrochar el botón de los pantalones cortos que llevaba ayer. Cuando me los quitó y me dejó en ropa interior, pensé que el corazón se me saldría del pecho. Con una mano bajó hasta mi muslo y lo cogió. Situó mi pierna encima de su espalda y me colocó mejor bajo él. Volvió a mis labios y me besó las comisuras de la boca. Enredé los dedos en las trabillas de su pantalón y tiré de él hacia mí.

Me besó el cuello y le sentí respirar hondo.

-¿Cuanto hace que no te alimentas?- le pregunté.

-Bastante.

Me posicioné de forma que pudiese ver mi cuello y le provoqué con las piernas. Esta vez no vaciló; cuando bajó la cabeza y me mordió, gruñí. Probó mi sangre y jadeó. Bebió con hambre y yo me agarré a su pelo para no gemir. Me dolía, eso tenía que admitirlo. Se notaba que el vampiro tenía hambre. No había bebido nada desde que me convertí en vampiro y me había dado de su sangre dos veces en muy poco tiempo.

Me quejé cuando me mordió más profundamente.

-Alexei.- le dije apretando un mechón de su pelo.- Me duele, Alexei.

Sacó los colmillos de mi cuello y se limpió la boca con la mano.

-Tu sangre es tan deliciosa que no me puedo controlar.

Vida eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora