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 Alguna vez escuche que solo existen dos tipos de besos que te quitan el aliento y otros que te roban la vida. Pero Wei Ying descubrió en los brazos de Lan Zhan que existen mas de esos dos, existe un tercero, uno que te llega hasta el alma.

Sus piernas temblaban con anticipación, sus manos buscaban aferrarse al chico frente a él. Sus labios reconocían al ojisol, su alma lo aclamaba como suyo, aquel corazón que habitaba en su pecho gritaba emocionado y por primera vez la voz en su cabeza se detuvo, en paz. 

Sus manos entrelazadas toda la noche, el color rosa en sus mejillas y los labios hinchados eran solo una indicación de lo que definitivamente pasaría esa noche. 

(...)

-¿Te quedas o vuelves con nosotros Qing?

-Me quedo esta noche. 

-¿Y Ying? le daremos un aventón a casa. 

-Ya se fue, Wangji lo llevo a su casa. 

Wen Ning pidió quedarse en casa con su padre y su hermano mayor, sabía perfectamente que no le convenía volver al departamento.

(...)

La puerta roja aun no había sido abierta, las llaves estaban en la cerradura pero no se animaba a girarla y entrar, la mirada dorada sobre el era gentil pero la exitacion que habitaba entre ellos la había nublado. No querían ir rápido pero ¿realmente se podía ir mas rápido de lo que habían empezado?

-No tenemos que hacer nada si no quieres, podemos vernos otro día...

-¡No! yo...yo quiero hacerlo.

-No te sientas presionado.

-No lo hago.

Tomando un largo respiro por fin junto el coraje de verlo a los ojos. 

-Lan Zhan ¿quieres entrar?

Lan Zhan asintió. 

Todo era borroso, sus recuerdos enteros empezaron a borrarse entre las caricias de su amante ¿eran amantes? no le importaba, solo quería sentir mas de ese hombre quería todo, besarlo, tocarlo entregarse a el y a la mañana siguiente que fuera su rostro lo primero que viera al despertar. 

Torpemente y entre besos lograron llegar a la habitación del medicó, prenda por prenda fueron quedando desnudos, besando cada rincón del cuerpo ajeno como si de un templo de adoración se trataran, cada marca lunar y cicatriz fue adorada. Wei Ying descubrió puntos de su cuerpo que jamás creyó que podrían darle placer lo enloquecía por completo, descubrió que sus muslos se sentían realmente bien al ser apretados, que su espalda se podía arquear cuando besan detrás de sus orejas. 

Que cuando los fríos dedos de Lan Zhan tocaban sus caderas estas temblaban. Descubrió cosas que jamás creyó que podrían existir en su interior su alma, su deseo, todo su ser parecía crecer entre los brazos del ojisol, podía sentir la dureza ajena en su pierna, el calor del miembro contrario duro y goteante pero en ningún momento busco o pidió atención parecía que lo único que él necesitaba era complacerlo. 

Sus manos intentaron tocar el cuerpo ajeno pero no lo permitió.

-Esta es tu noche así que déjame cuidarte.

(...)

Jamás pensó que con simples caricias estaría tan cerca del éxtasis como lo estaba ahora pero no era suficiente, quería más. Quería sentirse unido en cuerpo y alma con Lan Zhan lo necesitaba desesperadamente.

-A-Zhan te necesito, te necesito ahora por favor, por favor Zhan.- suplicaba con lágrimas brillando en sus ojos.

-¿Tienes condones?

Apenas con suficientes fuerzas señaló el cajón de la cómoda donde estaban los preservativos y el lubricante, Lan Zhan abrió la gaveta llevándose una sorpresa cuando descubrió la vastedad de juguetes y cosas de uso aun desconocido en ese cajón dando un ultimo vistazo saco el bote de lubricante y los preservativos.

-Ya tendremos tiempo de jugar con ellos.

(...)

-Relájate.- pidió cuando el segundo dedo entro en su estrecha entrada, sus paredes apretaban sus dedos como si no quisieran dejarlos ir, Wei Ying se retorcia incesablemente en los brazos de su amante suplicando entre jadeos y lloriqueos lastimeros. 

-Por favor Zhan por favor.- ni siquiera el estaba por completo seguro de que era lo que pedía pero necesitaba algo, sentirlo por completo, sentirse lleno. 

Los dedos golpeando su próstata no eran suficientes, necesitaba más. Cuando fueron retirados de su interior un ruido de protesta salió de su garganta que pronto fue respondido con un beso, sus piernas fueron abiertas de una manera casi imposible el Lan se acomodo entre ellas. Por fin sus cuerpos podrían volverse uno solo, sus ojos plata bañados en lágrimas se abrieron con sorpresa cuando empezo a empujar contra su cuerpo. Era grande, demasiado para lo que su cuerpo podía tolerar en ese momento podía sentir sus paredes estirándose con dolor pero no se quejo por temor de que el realmente se detuviera, quemaba por dentro pero se sentía bien.

El dolor que lo llevara al extasis. Pronto su amante estuvo completamente dentro de el, y no pudo evitar llorar alarmando a Lan Zhan, gruesos lagrimones corrían por sus mejillas.

-¿te hice daño?¿quieres que me detenga?

-¡No!¡no lo saques!

-¿por que lloras?

Ying tomo su mano guiando hasta su vientre.

-Te siento aquí, estas unido a mi, me siento tan lleno ¡tan completo!¡A-Zhan, Lan-Er gege hazme el amor!

Lan Zhan no tuvo que preocuparse por golpear el lugar correcto, sus cuerpos se adaptan perfectamente. Un vaivén desenfrenado empezó, cada golpe iba enloquecía a su pequeño Ying, las dulces lágrimas de éxtasis corren por su hermoso rostro, sus dulces labios abiertos suplicando un poco más. 

-¿Se siente bien? tus caderas tiemblan cuando golpeo aquí.- dijo dando un golpe mas fuertes contra su próstata.

-Se siente maravilloso, A-Zhan.

(...)

El cálido semen de Lan Zhan abandonaba su cuerpo con sus últimos suspiros, estaba exhausto. Aferrándose al cuerpo ajeno cayo en los brazos de morfeo. 

(...)

Cuando los tibios rayos del sol tocaron su piel despertando se dio cuenta que estaba limpio, todo aquello le parecía un sueño pero alegremente descubrió que no lo fue, que el seguía allí durmiendo a su lado, y entonces decidió que esa era la vista que quería ver el resto de sus días.

Tras la vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora