XXXVII

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Jungkook y Taehyung se quedaron tres días en Busan con Jimin, recorriendo la ciudad, hablando, jugando, viviendo, sintiendo lo que llaman felicidad y libertad, pero Taehyung apresuró la partida, extrañaba mucho a sus abuelos y no quería preocuparlos más.

La pareja partió de Busan prometiéndole a Jimin que cuando iniciaran todo el proceso de la denuncia iban a involucrarlo, él testificaría lo que vio y escuchó. Abrazos y promesas de volver a reencontrarse y pronto Jungkook y Taehyung estaban partiendo a Daegu.

—¿Estás bien vida?— Taehyung lo preguntaba principalmente porque sentía como la mano de Jungkook se llenaba de sudor al estar entrelazada con la suya, pero era más sudor que el normal.

—¿Ah?

—Te noto muy nervioso.

Jungkook se mordió la parte interna de su mejilla— Es sólo que no se... como lo vayan a tomar tus abuelos... yo simplemente

—Te van a adorar porque yo te adoro y ellos confían en mi criterio— Taehyung presionó mimosamente la mejilla de Jungkook, últimamente el menor había estado muy decaído en su ánimo, dejando que esas emociones negativas reprimidas salieran a la luz, iba a tomarle un rato desintoxicarse...

Jungkook se sintió verdaderamente ansioso cuando Taehyung le señaló la granja con el brazo desde el bus en el que iban, casi no puede pararse al sentir como le temblaban las piernas, se bajaron y el olor "a campo" los golpeó fuertemente, Tae tomó suavemente la mano de Kook y lo instó a avanzar para adentrarse en la propiedad.

Su abuela estaba en una mecedora en la entrada y Jungkook notó como los ojos de la mujer se cristalizaban al ver a su nieto, se paró con dificultad, con mucho esfuerzo, para darle un abrazo cálido al recién llegado— Cielo, te extrañé tanto— la señora revolvió el cabello de Taehyung  y dejo que algunas lagrimas se escurrieran por su rostro.

Y todos lloraron.

Taehyung porque había extrañado tanto esto, la sensación de la seguridad en su hogar, las caricias, los mimos, los abrazos, el olor a "amor" si, a eso olía la casa de sus abuelos y sufrió tanto, se dio cuenta de lo frío que estaba hasta que los calentitos brazos de su abuelita lo rodearon con fuerza, del miedo que lo había angustiado tanto, hasta que sintió la protección que el corazón de esa mujer siempre le había brindado, lloro de alegría, lloro de amor, lloro desbordándose de cosas bonitas.

Jungkook también lloró al ver como su novio se encogía en los brazos de esa mujer pequeña, para hacerse chiquito y que sus brazos lo contuvieran, lloró porque le recordó la visión de lo que había anhelado ¿así lo hubiera recibido su madre si viviera? agitó su cabeza, el sentirse agobiado por cosas que nunca iban a pasar... no era muy recomendado.

—Querido, nuestro bebé llegó— exclamó la señora cuando recuperó el aliento que la alegría le había robado—¡querido!—

Un señor casi de la altura de Taehyung salió de la parte de atrás de la casa con un azadón en la mano que dejó suavemente recostado en la pared y se unió al encuentro, un poco más reticente al contacto pero nadie negaría que su rostro volvía a brillar al ver a su nieto.

—Quiero presentarles a alguien— aclaró Taehyung, cayendo en cuenta que Kook podría sentirse un poco incómodo de estar ahí parado mirándolos, se recompuso un poco, apretó una vez más a su abuela y dio unos pasitos para acercarse nuevamente a Jungkook— él es Jungkook, es un amigo muy especial para mi, que conocí en el servicio y me ayudó mucho— Jungkook reverenció muy formalmente ante los mayores.

—Mucho gusto.

—¡Ay pero mira que es bonito! sus ojos parecen los de un cachorro, no comentaste eso cuando me llamaste.

Articulo 92.6 [Taekook]COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora