Capítulo 1: Fuga Casi Perfecta

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Había escuchado las noticias, nada bueno estaba pasando a fuera, el patriarca Shion estaba traumatizado de estar escuchando y viendo noticias que relataban la nueva amenaza hacia el mundo, un extraño virus estaba destruyendo la mitad del planeta, algo que Shion tenía desde siempre, era el ser ordenado y que detestaba enfermarse. Sin embargo trato de mantener la calma y no perder la razón en ese momento por lo que decidió apagar aquel aparato.

-Dioses –dijo para sí mismo –como algo tan pequeño es tan letal y para colmo quien sería el idiota que dejo escapar algo así –dijo sobándose la cabeza –pero bueno lo importante es que ningún civil puede ingresar al santuario –el patriarca estaba confiado en todo aquello, le daba paz el saber que su santuario estaba muy lejos de las ciudades o pueblos aledaños (según él), decidió no preocuparse y jugar con un crucigrama que tenía en su escritorio, algo que le calmaba era aquel juego y con ello se podría olvidar de todo aquel asunto.

Para el sumo pontífice era paz en aquel momento sobre el tema del virus, pues confiaba en sus caballeros dorados y todo aquel que habitaba en el santuario, pues estos debía pedirle un permiso a el, de lo contrario nadie podía salir de aquel lugar, pero había un grupito que se las ingeniaba para escaparse sin que el patriarca se diese cuenta.

Casa de Escorpio

En Escorpio, estaba Milo, Dohko, Deathmask, Aioria y Kanon tratando de idear un plan de "escape" de aquel lugar, llevaban días sin salir, pues la seguridad en el santuario se reforzó tras un incidente en Rodorio con uno de los caballeros de oro y un civil que termino en una clínica con severas heridas.

-¡Muy bien! –Exclamo el caballero de escorpio revisando nuevamente sus apuntes –lo importante aquí es apagar nuestros cosmos para que el ruco no nos encuentre.

-La verdad que me da igual si Shion se entera –hablo Deathmask –miren honestamente si quiero salir pero... ¿Ir a una dulcería? ¿Es enserio? Yo pensaba que íbamos a tomarnos unas cuantas copas.

-Es que si iremos –respondió Dohko –pero primero los dulces hermano, ya días eh querido comerme unos ricos dulces de leche rellenos de chocolate.

-Viejo tienes un severo problema con el azúcar –replico Aioria –y volviendo a lo otro, sería bueno aprovechar esta salida, no hay mucha gente en la calle por lo que se.

-Sí y eso es raro –respondió el gemelo menor –ni si quiera el bar donde vamos a tomar esta lleno como usualmente esta.

-¿Creen que paso algo? –Pregunto Aioria –porque son lugares donde pasan muy llenos pero de que nos preocupamos.

-¡Así es! –Respondió Milo con entusiasmo –entre menos gente, más para nosotros –los caballeros estaban muy decididos en salir de aquel lugar, estaban más que dispuestos a fugarse esa noche sin ser detectados. Mientras tanto el Sumo pontífice había terminado de jugar decidió llamar a uno de los guardias del santuario para darle unas ordenes sumamente importantes.

-¿Entonces quiere que vayamos a comprar literalmente todo un supermercado? –Pregunto un poco intrigado el guardia viendo aquella lista -¿Qué está pasando su ilustrísima?

-Necesito que nuestro Santuario este protegido de una nueva amenaza que está costando la vidas de muchas personas y no quiero eso aquí –el guardia ya había captado la indirecta del asunto, había escuchado de un extraño virus que se esparció en el mundo, que causaba una serie de síntomas similares a una tos y gripe pero sumamente agresiva y contagiosa -¿ya sabes a que me refiero no? –el guardia asintió se dispuso a salir no sin antes acatar otra orden –por favor usa esto –saca una mascarilla y un gel –cuando regreses con las cosas por favor de inmediato te me vas con todo a desinfectarlo y te das un baño si es posible de 1 hora para estar seguros –el guardia solo asintió y retirarse con el indumentario que le dio Shion –más vale prevenir que lamentar –Shion se dispuso a salir de aquel lugar para retornar a sus aposentos.

Cuarentena DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora