un día raro.

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habían pasado menos de 24 horas desde aquel beso, el cual no salía de mi cabeza ni por un instante. las cosas eran algo tensas, o bueno, por mi parte ya que él parecía estar normal, como si nada hubiera pasado el día anterior. por suerte, él tenía que hacerse algunos exámenes por lo que casi no nos vimos. eso me dio tiempo de pasar un poco más de tiempo con los demás.

una media hora antes de irme, me informan que minho ya había terminado con sus exámenes por lo que lo fui a ver a su habitación.

-minho, buenas tardes, ¿cómo te fue?

-no lo sé, vos deberías saberlo.

suspiro algo cansada y me siento a su lado, aunque manteniendo una cierta distancia de él.

-mi hermana vendrá mañana.

-eso es genial, así tendrás una distracción aunque sea un rato.

me hago una coleta para que el cabello no me estorbe y acomodo mi bata, a la vez que lo miro de reojo.

-¿por qué nunca salís al patio o a hacer algunos de los talleres que hay?

-no te importa, así que no empieces con tus estúpidas preguntas.

-minho, sabes que es mi trabajo ayudarte, necesito que me digas algo, cualquier cosa.

-ya te dije que no te diré nada, no me hagas enojar.

-minho, no te estoy preguntando si querés contestar o no las preguntas, te estoy diciendo que las contestes.

-¿sos estúpida o qué?, ¿no estás escuchando lo que te estoy diciendo?, ¿esa cabecita no procesa bien la información?

-ya basta! vas a empezar a contestar las malditas preguntas, y no te estoy pidiendo tu opinión.

me levanto del piso y, en ese momento, siento cómo me empuja contra la pared y saca una navaja de abajo de su colchón, por lo que lo miro con temor.

-¿qué me harás?, ¿eh?, ¿me vas a matar? y claro, de un estúpido psicópata no se puede esperar otra cosa.

al ver como se acercaba a mi y ponía la navaja en mi cuello, lo miro directamente a los ojos, soltando alguna que otra lágrima en el proceso. ahogo un pequeño quejido al sentir como empezaba a clavar la navaja en esa zona.

-hazlo! vamos, ¿o acaso sos un cobarde?

-¡cierra la maldita boca!

tira la navaja hacia otro lado, me mira y pasa sus dedos por el pequeño corte de mi cuello.

-¿te duele? no quise lastimarte, no pude controlarme.

eso me resultó muy raro, estaba disculpándose(o eso quería pensar) y se estaba preocupando por mi, cosa que no es algo típico en los psicópatas, ya que ellos no sienten empatía, prácticamente, es como si no tuvieran sentimientos.

-estoy bien, no me duele...

susurré bajo y me quedo mirando sus ojos, parecía que sentía culpa, pero eso no podía ser, es un psicópata, carecen de culpa.

unos segundos después, chris toca la puerta para avisarme que ya era hora de irme, por lo que intenté cubrirme el cuello con la bata.

-hasta mañana, minho.

-hasta mañana.

salgo rápidamente de allá, dejo mi bata en mi casillero, agarro mis cosas y voy caminando hasta mi casa. por suerte el corte no era para nada profundo y no era grave. pero lo que si, fue uno de los días más raros que tuve en mi vida.

psychopathy- imagina con stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora