Habían pasado días desde que Naiara oyó la noticia de la guerra y todavía le impactaba como una bala en el cráneo. No sabía que hacer , ni que decir , había dejado de hablar con Iván. Cuando se veían , ni siquiera se miraban. El ruido de la puerta de atrás hizó que Naiara saliese de sus pensamientos , la única manera de olvidarlo todo, era huir como hacía de pequeña a su mundo en la imaginación. Era Iván.La escrutó con la mirada y rápidamente leyó su mente para averiguar si había ido a ver al maldito B. Lo odiaba , casi todo los del reino del mal , le odiaban pero él le odiaba porque sabía que Naiara también sentía algo por él. No aguantaba como se iluminaban los ojos de ella cuando lo veía o la sonrisa que traía cada vez que volvía de haberle visitado. El sonido de los pasos de Iván , la sacaban de quicio , lo quería pero no era justo lo que le estaba obligando a hacer. No le podía obligar a elegirle a él , a las tinieblas.Se levantó y se aproximó lo suficientemente para notar su respiración y como si toda la rabia que había guardado durante días le brotara, le pegó un bofetazó en la cara. Iván , no se movió , y Naiara incluso ni lo oyó respirar , si hubiera querido evitar aquel golpetazo lo hubiera echo , pero no deseaba hacer algo así.
-Pegame si así lo deseas , hinchame a golpetazos , pero no me odies. No podría soportar existir en un mundo donde tú me odiases.-Naiara miró a Iván y luego rompió a llorar en sus brazos. Ella era mucho más que una simple mortal , pero no podía soportar el peso de una guerra. No podía , ni quería.Entonces , frágil como una rosa recien cortada se tiró a los brazós de él, acariciandolos y lágrimas comenzaron a brotar por su cara. Iván , acarició su pelo suavemente y le besó la cabeza con toda la delicadeza que poseía. La amaba , estaba claro. ¿Pero cuanto podía amar a una persona para poner en peligro a su reino?. Entonces las dos manos pálidas de Nai agarraron ambas mejillas de el Ángel caido y comenzó a besarlo. Rozando sus labios suavemente sentía el miedo en cada beso que daba y la duda se apoderaba de aquella singular pareja.Cuando finalizó aquel beso los dos sabían que este beso , era el final de una etapa. De la etapa de la luz , de la tranquilidad y de la paz. Iván huyó a encerrarse hacía su cuarto , mientras que Naiara se sentó en el sofa con su única y eterna aliada: La soledad. Naiara hacía noches que no conseguía coger el sueño, sus días se resumían en pasar largas tardes con Bartolome y ratos cortos con Iván donde los sentimientos de ambos salían al exterior y acaban siempre discutiendo. Esa tarde en especial, Nai estaba tumbada en la cama de su cuarto. Había ratos en que el techo de aquel cuarto le hacían dormirse y soñar con la tranquilidad que en tiempos como ahora deseaba. Quería poder irse de esa casa, salir huyendo, no dejar rastro. Pero había una parte de ella que siempre ponía el freno de mano, que pensaba en Iván, en Bartolome, en lo que pasaría si ella se fuera. Estaba muy enfadada con su compañero de casa, era normal pues la estaba reteniendo como una adolescente de 15 años. Prohibiendole salir cuando le apetecía o poniendole unos estúpidos horarios que ella mucha de las veces se saltaba. Lo peor era que no podía recibir visita del exterior, no es que viniera mucha gente a verla pero deseaba la compañía de algún humano. Alguien que sus mayores problemas fueran, los estudios, el trabajo, la familia. Pero claro eso para ella ya era imposible. Oyó unos pasos por el pasillo, esos pasos no eran de Iván. Eran rápidos pero a la vez fuertes como los de una mujer con tacones, es más el sonido era el de una mujer. Naiara no sabía que hacía una mujer en su casa, estaba nerviosa. ¿Y si venía a hacerle algún tipo de daño a Iván o a ella? Y si ¿esa mujer era un ángel enviado para matar a Iván? A pesar de la orden de Iván, ella abrió la puerta y asomó su pequeña nariz por la puerta. Sus ojos pudieron ver por apenas un segundo el rostro de aquella mujer. Uau...era preciosa. Su sonrisa era deslumbrante de las antiguas actrices de los años 50. Unos ojos verdes que se clavaban en lo más profundo del alma. Y un cuerpo que insinuaba al pecado solo con verlo. Algo empezó a brotar dentro de Naiara, una mezcla se sensaciones: envidia, odio,rabia. Estaba celosa. Comenzó a sentir como si todo daba vueltas, como si era el fin de Iván. Iba a ir a ayudar a su amigo cuando Iván salió descalzo desde una puerta de las muchas que había en la casa y le dio dos besos. ¿Qué estaba haciendo Iván con aquella mujer? Era muy guapa, pero estaba claro que tenía más años que él. La mirada de Iván se poso sobre la de Naiara.Mierda, la había pillado. Los ojos de Nai esquivaron rápidamente los de el chico y con todo el sigilo que pudo cerró la puerta de golpe. No pudo llegar a la cama para evitar que las lágrimas le brotasen por los ojos. Ya había empezado a llorar y se cayó en el suelo, apoyando así su espalda contra la dura y fría pared. Se sentía humillada, defraudada y por una vez en la vida estaba sintiendo los efectos del amor.
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No sabía cuanto tiempo llevaba tirada en el suelo de su habitación. Ni siquiera sabía porque razón no podía parar de llorar. Pero solo sentía que se había roto en dos, que ya había terminado. No podía pensar en nada que le diera paz, tan solo en una rabia cegadora que no le permitía pensar con claridad. Pensaba que se iba a morir ahí, que iba a ver toda su vida en aquel suelo cuando la puerta del cuarto se abrió. Era Iván. Iván, estaba ahí, Iván había vuelto. No estaba sola, estaba con él, con el chico que quería y no podía permitirse perder. En los ojos de Iván pudo ver la lástima que le transmitía y también pudo ver el amor que sentía hacía ella. Tan grande como el dolor que la condenaba. Cerró los ojos y en menos de un nanosegundo, Iván la tenía abrazada entre sus brazos. Le cogió las dos manos, acariciando estas con su pulgar, mientras daba pequeños besos a la cabeza de ella. Su ceño estaba fruncido, algo le estaba preocupando.
-Oh, Naiara...no sufras, mi amor. Pensaba que te había perdido, cuando estaba con Úrsula en la habitación y te oía llorar pensaba que me iba a morir en ese momento.
Úrsula. Así qué la belleza que estaba en el pasillo se llamaba Úrsula. Naiara notó como cuando Iván decía el nombre de aquella mujer su boca se llenaba de desprecio. Él también la odiaba , eso era buena señal. Por lo menos no eran tan mala como pensar que se habían acostado juntos. Entonces como si llevará muerta toda la eternidad, como si todo lo que hubiera vivido hasta ahora no le habría enseñado nada, se abrazó a él y le besó. Le besó como nunca había besado, rozando sus labios, apretandolos, casi mordiendolos. Las manos de él se posaron sobre las caderas de ella. Sus labios pedían más y más. Se apoyó encima de ella, obligandola a tumbarse en el suelo. Durante un segundo, o menos, sus labios se separaron y sus ojos se encontraron.
-Te amo.- Dijeron los dos al unísono, y volvieron a besarse esta vez con más pasión que nunca. Las manos de él bajaron lentamente por su pecho hasta llegar hacía las caderas de ellas, y comenzó a quitarle la camiseta. Ella le ayudó durante todo el momento , sin separar sus cuerpos. Ella se comenzó a perder y el también. Y todas sus preocupaciones se esfumaron, todos sus límites se volvieron fáciles y ya como otra veces, se dieron cuenta de que no podían vivir el uno sin el otro. Lo último que oyó Naiara aquella noche fue la respiración jadeante de Iván en su oreja.
El sol comenzaba a entrar por la ventana, el sonido de los pájaros hizó que Naiara se despertarse de aquel sueño que había tenido. Por fin,había podido dormirse a pesar de todos los días intentandolo. Se dio cuenta que a su lado estaba Iván, mirandola y sonriendola como si todo se reduciera a eso. A ellos dos. Al amor incondicional que sentían el uno por el otro. No pudo evitar que una sonrisa se posara en su cara al verle dormir tranquilo. Eran pocas las ocasiones en que Naiara podía ver la belleza de Iván. Pero algo le preocupaba a Naiara, algo mucho más grande que todas las sensaciones que ahora mismo sentía y no le dejaban pensar con claridad. Tenía que hablar con Iván de Úrsula. Tenía miedo de que Iván se enfadase si la nombraba pero si no lo hacía , ella no podría seguir con la duda. Es verdad que jamás había querido atar a Iván a ella , ni siquiera comprometerse pero perderlo le partiría en dos. El sonido de la voz de Iván le devolvió de un golpe a la realidad. Él le miraba con aquellos ojos fríos y azules como el hielo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Naiara. Iván lo sintió, y quiso tranquilizarla, le cogió de la cintura y con sus delicados y fríos dedos la acarició.
-Iván...-Naiara tartamudeo.No era una persona de dudar a la hora de hablar, pero sabía que el tema le molestaría e Iván enfadado no era nada agradable y menos con ella.
-¿Qué Naiara?
-¿Qué quería Úrsula de ti?- Esa frase partió todo lo que Iván sentía en aquel momento, la realidad le golpeo a la cara. No quería pensar en aquello sin embargo tenía que afrontarlo y no sabía como, pero por primera vez en su vida no le salían las palabras.Tardó un rato hasta que pudo pensar con claridad y pensó que debería decirle la verdad.
-Verás Naiara, Úrsula es la encargada de vigilar a las personas como yo. Es una enviada de Satán, Lucifer como quieras llamarlo. Y si llorabas es porque caiste en la trampa de su engaño.
-¿Su engaño? No lo comprendo.-Naiara estaba intentando asimilar la información que le había dado, pero entonces Iván continuo.
-Ella era una simple mortal, igual que tú. Bueno no exactamente, ella había tenido la presencia del Jefe siempre. Y una tarde decidió vender su alma por aquella inmensa belleza de la cual es poseedora. Pero en poco tiempo se convirtió en una de las importantes y bueno ha venido aquí porque no estoy cumpliendo con mi misión.
-¿Tu misión?¿Qué misión? No entiendo nada.
-Pues Naiara, mi misión era matarte a ti.
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Light & Darkness
RomansaTodo era normal en la vida de Naiara al menos a los ojos de ella. Pero al cumplir los 18 años todo cambia y conoce a Iván, seguido de Bartolome. Naiara tendrá que elegir entre el mundo de la luz o las tinieblas. ¿Cuánto estás dispuesto a hacer por e...