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Capitulo 1: Soy Valentina
CANCIÓN: Let Da Music — Quiero Club

La cosa de los sabores es algo verdaderamente loco, resulta que las papilas que se encuentran en la lengua, que son unas 10,000, solo hacen el 20% del trabajo en la función de hacer que el cerebro reciba señales de un sabor. Algo que mayormente se relaciona con la lengua, en realidad tiene su mayor función en el olfato.

El olfato es el responsable de que podamos sentir y relacionar los sabores. Cuando iba en la secundaria me dio gastritis por comer demasiado picante, me resetaron leche de magnesia y recuerdo que la primera vez que la tomé pensé 'rayos, esto sabe cómo huele el jabón'.

En ese momento no me importó pero ahora que incluso antes de que Eugenia entre por la puerta de mi oficina puedo ya saborear lo que trae para comer y mi estómago parece crujir de hambre, parece más importante de lo que era cuando leí uno de esos artículos que a Lucas le gustan.

Huele tan malditamente bien que podría jurar con una mano en la Biblia que es comida china.

Deliciosa, sublime y grasienta comida china.

— Hola Pixie! Ya llegué a salvarlas— Eugenia hace su magnífica entrada con algunos envases en su mano y con Nuria detrás. Ellas me llaman Pixie desde que nos conocemos. Es de familia ponernos apodos.

—Al fin Pot, te mandé el mensaje desde hace como una hora. Nunu y yo morimos de hambre— lo de los apodos es enserio.

Abro los paquetes que Eugenia dejó en mi escritorio y como una posesa tomo el que tiene mi nombre. Trabajar desde mi oficina es genial. Tengo a mis dos mejores amigas conmigo y lo hacen más llevadero. Nuria, a quien llamamos Nunu, es mi asistente, la conocí porque mi hijo y el suyo van a la misma escuela y después se postuló para el puesto en mi empresa sin saberlo.

Después está Eugenia, su nombre es genial pero a ella no le gusta y además su tolerancia al alcohol es nula por lo que un día después de un maratón de Avengers y un par de botellas de vino ella confesó que tenía un enamoramiento por Tony Stark y desde entonces comenzamos a decirle Pots que le parecía muy obvio y así su apodo evolucionó a Pot. Ella trabaja con Emilio quien es mi socio y hermano mayor

—Comidaaaaa— hablando del rey de Roma, Milo hace su aparición simulando ser zombie, con los brazos por delante y los ojos saltones.

—Exageran, solo me retrasé un poquito —dice Eugenia rodando los ojos

—Una hora no es un poquito. Sabes lo que es vivir esclavizada por Pixie y también sabes lo malvada que es con hambre.

Todos se ríen de mí y yo simulo estar enojada.

—Yo solo necesitaba un spring roll para ser feliz. Además no soy tan mala— me encojo de hombros mientras le pego una mordida al rollito. Emilio me ve con cara inquisidora y hago como que lo ignoro.

Está comida sabe deliciosa y yo me entrego a ella.

—¿No vas a ir por el torbellino hoy?— Nuria rompe el silencio, le pone nerviosa que no hablemos.

—No, hoy lo recoge Marcos.

—¿Por qué el estirado va por él?— a Emilio nunca le ha caído bien Marcos, nunca deja pasar la oportunidad de mandarle indirectas y se evitan lo más que pueden, pero por mi lo soporta.

—Es su papá y hoy es su turno, además tengo trabajo atrasado que espero terminar para no llevarlo a casa.

—¿Qué tienes que hacer? Quizá pueda ayudarte.

Nos encargamos a hablar junto con Eugenia, quien lleva la contabilidad, sobre un par de casos que nos llegaron esta semana. Mi hermano se encarga del el área administrativa y yo de las relaciones públicas.

MAR Y CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora