Capítulo 10

665 39 8
                                    

Abrí la caja que me habían enviado. No había podido hacerlo antes porque había tenido que ir a hablar con Nate, pero eso ya estaba arreglado. Quizá Nate no fuera tan idiota como yo creía.

Miré con entusiasmo el contenido de la caja. Había un sobre, pobablemente fuera una carta de Molly. También había una bufanda de lana, seguro que la había hecho mi madre. Había una nota al lado de la bufanda, ponía: Para que no pases frío. -Mamá.

La verdad es que me venía muy bien la bufanda, el invierno estaba a la vuelta de la esquina. Vi que también habían dos libros, me los enviaba mi padre, al fin tendría algo nuevo que leer. Se que no eran muchas cosas, pero me alegraba mucho recibir algo de mis padres y mi mejor amiga. Cogí el sobre y lo abrí. Efectivamente, era una carta de Molly.

Decía que el instituto no era lo mismo sin mí, y que me echaba muchísimo de menos. Y no solo ella, sino también Nick y... Chace. Eso me sorprendió un poco, ¿Chace? ¿En serio?

Chace era mi ex novio, y me había gustado mucho en su momento, sí. Pero eso cambió el día que lo vi besándose con la chica que yo más odiaba en ese instituto. No me lo podía creer, pero como dicen: "Una imagen vale más que mil palabras". Decidí que no quería volver a saber de él el resto de mi existencia. Me sentí traicionada, y estúpida al creerme todas sus mentiras, como cuando decía que me quería. Si me hubiese querido aunque solo fuera un poco, no me hubiese hecho tanto daño. Acabé superándolo gracias a Molly, y al helado de chocolate, era un buen remedio para curar un corazón roto. Me cruzaba con Chace todos los días por los pasillos del instituto, y él intentaba que lo perdonara, pero yo me limitaba a ignorarlo. Un día, mientras lo observaba en clase de Historia, me di cuenta de que ya no significaba nada para mí, me preguntaba que había podido ver en él.

Me puse un mechón de pelo detrás de la oreja, no quería volver a recordar cosas del pasado. Volví a mirar la carta, Molly también decía que estaba cuidando muy bien de Boby, mi perro. Yo sonreí, echaba muchísimo de menos a mi perro. Para terminar, decía que si no la llamaba un día de estos, vendría a la Academia personalmente y me mataría. La llamaría, claro que lo haría, cuando estuviera preparada. Me resultaría muy difícil no contarle nada de lo que me estaba sucediendo, ella era mi mejor amiga, y yo estaba rompiendo nuestro código, ese que decía que ella y yo siempre nos lo contaríamos todo, ya fuera bueno o malo. Pero se lo había prometido a Andrew, y era una promesa que tenía que cumplir, este sólo era un secreto entre Andrew, Nate y yo. Me tumbé en la cama, sujetando la carta en una mano y sintiéndome la peor amiga del mundo.

Al día siguiente, estaba a punto de dirigirme a mi clase de Lengua, cuando recordé que tenía que sacar un par de libros para las clases siguientes. Di media vuelta, y me dirigí a la zona de las taquillas. Aún había gente rondando por ahí, abrí la taquilla y saqué los libros que necesitaba. Me disponía a meter los libros en la mochila, cuando alguien me empujó y provocó que yo y mis libros cayéramos al suelo.

-Ten más cuidado, bicho raro. -dijo una voz masculina.

¿Qué tuviera más cuidado? Pero si había sido él el que me había empujado. Levanté la cabeza para ver al responsable de mi caída, era Kevin. Ese chico era realmente odioso, era el mismo que había empujado a Andrew el día que decidí hablar con él por primera vez.

Todos los presentes se reían, de mí, incluidos él y su amigo. Miré a otra parte y descubrí a Kayla colgada de un brazo de James, ella se reía a carcajadas, y él me miraba sin mostrar expresión alguna en su rostro. Me aparté un mechón de pelo de la cara, y miré al suelo avergonzada. Decidí que lo mejor que podía hacer era levantarme del suelo, recoger mis libros y marcharme de una vez de ese lugar, era exactamente lo que pensaba hacer. Si lo que esperaban era verme llorar, no lo iban a conseguir, ya no era esa Alyson que lloraba casi sin motivo alguno. Me levanté del suelo, recogí mis libros y los metí en la mochila lo más rápido que pude. Estaba a punto de irme, cuando vi que alguien se dirigía apresuradamente por donde se estaban marchando Kevin y su amigo. Lo observé mejor, y me di cuenta de que era Nate. ¿Qué pensaba hacer?

PoderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora