Poderes

Capítulo 3

El seguía mirándome sorprendido. Todo seguía moviéndose a mi alrededor, el suelo no paraba de moverse debajo de mi, era como si alguien lo estuviera moviendo.

 -¿De qué... estás hablando? -preguntó nervioso.

Por un momento, el mareo pareció irse. Intenté levantarme, solo para volver a caerme al suelo.

-Si me ayudas a levantarme, quizá te lo pueda decir.

Se acercó a mi indeciso. Yo lo miré, ahora lo veía borroso, me froté los ojos con las manos para intentar aclarar ni visión. Me tendió la mano, yo extendí la mía para cogerla... pero entonces recordé lo que pasó cuando nuestras manos se rozaron, no quería que eso se repitiera. Aparté la mano rápidamente.

-¿No querías que te ayudara? -preguntó él.

-Bueno, sí, pero no quiero ponerme peor de lo que estoy -respondí.

¿Por qué simplemente todo esto no paraba? "Que pare de una vez, maldita sea" pensé. Él cerró sus ojos durante unos segundos, los volvió a abrir, seguía con la mano extendida hacia mí.

-No te vas a poner peor, lo prometo. -Me aseguró él.

-¿Cómo lo sabes? -pregunté.

-Confía en mí.

Le miré unos segundos indecisa, luego extendí mi mano lentamente y cogí su mano. Esperé a que ocurriera algo, y si que ocurrió algo... el mareo se había ido, ya nada se movía. Todo esto era de lo más extraño. Me ayudó a ponerme en pie, nos miramos mutuamente, aún seguíamos cogidos de la mano. Aparté mi mano de la suya y... ¡maldita sea! el mareo había vuelto otra vez. Me di la vuelta para irme y sentí como si me cayera hacia adelante a cámara lenta, pero antes de que mi cara se estampara contra el suelo, Andrew me cogió por el brazo.

-Ten más cuidado -dijo.

-Es fácil decirlo, pero intenta tu dar un sólo paso cuando parece que todo se mueve a tu alrededor.

Me puse nuevamente derecha.

-Pues entonces no des un solo paso.

Vi como él se agachaba para coger mi mochila del suelo y se la colgaba de un hombro.

-Vamos -dijo.

-¿A dónde? -pregunté -tengo clase de Arte.

Puso los ojos en blanco.

-¿Y piensas ir en ese estado?

El mareo seguía ahí, pero ya no era tan fuerte como antes, tenía que admitir que tenía razón.

-Pero no puedo faltar a clase -lo intenté otra vez. -Y menos en mi segundo día.

-De nada te iba servir desmayarte en medio de la clase. -contraatacó él.

Suspiré sonoramente.

-Si faltara, cosa que no se si voy a hacer, ¿a dónde me llevarías? -pregunté -Y no pienso ir a la enfermería. Dudo que se crean fácilmente que cuando te toqué me pusiera en este estado, y viera, lo que fuera esa cosa oscura que te rodea.

De repente, su expresión se volvió seria.

-Aura -dijo.

-¿Aura? ¿ese no era el nombre de una princesa Disney? -pregunté.

El puso los ojos en blanco y resopló.

-El Aura es un resplandor, una vibración luminosa o un campo de luz surgida del cuerpo humano. Ella rodea al ser de una luminosidad coloreada, más o menos ancha y viva, que depende del estado de ánimo y de la salud de su propietario.-respondió.