Capítulo 4: Una Misión en el País de las Olas

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Capítulo IV: Una Misión en el País de las Olas

Cuando Naruto soñaba con ser un ninja, esperaba rescatar doncellas y luchar contra ninjas súper fuertes; ya sabes, misiones geniales e increíbles.

Incluso cuando hizo un pacto con el Kyūbi y se dio cuenta de que el mundo no es un cómic, todavía pensó que estaría haciendo cosas geniales que lo harían lucir bien.

Nunca esperó que pintar casas fueran misiones ninja reales.

Rango D, las misiones más bajas para los nuevos genins, en realidad no podrían llamarse misiones, más bien como tareas que los civiles imponen a los novatos genins porque son demasiados vagos para hacerlas ellos mismos.

Su reputación como demonio y bromista hacía que los trabajos fueran particularmente molestos.

Naruto suspiró mientras sacaba la mala hierba del jardín de algún imbécil al azar.

Sintió al energúmeno mirándolo por encima de su cuello, esperando que sacará algo que no debería y lo golpeará por ello.

A sus compañeras de equipo tampoco les gustaban estas tediosas tareas.

Hasta ahora, no se ha acercado más a ser Hokage, sin contar los diversos jutsus que aprende durante el mes.

“Ahora para la misión”, —afirma Kakashi— “Misión de escolta de rango C”.

Los ojos del Equipo 7 se iluminan con el rango C, la idea de una misión real, incluso si no fuera tan grande, llenándolos de anticipación.

“¡Espera!”. —Iruka objetó— “¿No es un poco pronto para darles misiones de rango C?”

“En la mayoría de los casos, sí”. —Dijo Sarutobi— “Pero Satsuki ha estado mostrando un gran progreso, y Naruto aún más; son más que capaces de defenderse de algunos matones”.

“Entonces, ¿a quién estamos protegiendo?”, —Pregunta Naruto emocionado— “¿Una princesa? ¿Un daimyo?”

“No, a él”. —Sarutobi dice, señalando detrás de ellos.

Un viejo borracho entró en la habitación— “Soy Tazuna, un Súper Constructor de puentes del País de las Olas”.

El ojo de Naruto tembló— “¿Es enserio?”

“Sí, lo soy”. —Tazuna farfulló— “¿Ustedes son los mocosos que me protegerán? Todos parecen niños”.

“No te preocupes Tazuna”. —Aseguró Sarutobi— “El Equipo 7 es muy competente para su edad”.

“Será mejor que lo estén”. —Tazuna gruñe antes de irse.

Naruto suspiró— “Mejor que el gato demonio, al menos”.

“¡Bien!”. —Naruto rugió— “¡Nos vamos!”

“¿Podrías haber dicho eso más fuerte?”. —Satsuki espetó.

“Vamos Satsuki, no seas tan gruñona”. —Dijo Sakura. Satsuki miró a sus compañeros de equipo con los ojos en blanco.

“Esto puede haber sido una mala idea”. —Pensó Tazuna.

Pronto, el Equipo 7 y Tazuna comenzaron a dirigirse al País de las Olas, con un ritmo bastante relajado.

Dicho relajo llegó a un abrupto final, cuando Naruto y Kakashi notaron un charco de agua bastante sospechoso en el medio del camino.

Teniendo en cuenta la falta de lluvia en el área, no se podría haber hecho un charco aquí a menos que fuera intencional.

Naruto le dio un codazo a Satsuki y Sakura, antes de señalar el charco, avisándoles.

Naruto the Breeder DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora