Maldita Seducción

Seducción

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Nota del autor: ¡He regresado! (yieee) son dos semanas en los que no tomé mi note para escribir por la inflamación de mis tendones, pero ya no resisto las ganas de plasmar las ideas que me cruzan por la cabeza así es que hoy le daré continuación a dos shot que escribí en mi Fictober llamado Una extraña manera de amar, específicamente el capítulo 18 y 19 titulados "Tentación y locura" respectivamente. Si no los leíste puedes buscarlos para que entiendas esta continuación, sin más disfruten la lectura.

No sabía si maldecir reír o simplemente buscar un hoyo en el patio del campus y enterrar mi cabeza hasta el fondo. Aunque mis compañeros de clases no lo sabían a excepción de mis amigos, todos me vieron con mala cara cuando ella se me acercó hasta el oído solo para decir "no te preocupes no seré tan dura contigo" tragué en seco recordando aquellas palabras y es que si bien ella me gustaba y habíamos tenido una noche alocada la verdad era que no la conocía, no sabía nada de ella y eso me colocaba en una posición un tanto incómoda más ahora que sería mi compañera.

Luego de un duro entrenamiento nos fuimos a las duchas, durante toda la clase el maestro estuvo muy al pendiente de la alumna estrella y recién llegada Tendo... aunque mis compañeros no paraban de alabar su hermosa anatomía cosa que comenzaba a cabrearme de sobre manera intenté concentrarme en los ejercicios mientras Hibiki no paraba de hablarme para sacarme información con respecto a esa noche de viernes en donde ambos nos dejamos llevar. La clase trascurrió con normalidad y como de costumbre todos nos fuimos a las regaderas para asearnos, veía a grupos murmurando sobre mí y la "nueva" con mi toalla alrededor de mi cintura fui hasta donde se encontraba el antipático de Kumon quien desde el primer año hemos impuesto una especie de rivalidad, no solo por lo bueno que ambos éramos en esta disciplina sino que por lo popular con las chicas de campus universitario.

-¡La chica es una belleza! — exclamaba uno de sus amigos.

-La invitaré a comer— respondía Kumon muy a gusto mientras se introducía a la ducha y dejaba correr el agua.

-No te confíes Ryu, parece que Saotome ya le echó el ojo— dijo otro.

-Ese tipo no es rival para mí— respondió con suficiencia — ya sabes cómo le levanté a la belleza de Kodashi hace unas semanas— agregó como un maldito fanfarrón mentiroso, cosa que terminó por molestarme aún más.

Caminé decidido a darle su merecido cuando Ryoga se interpone posando su mano en mi hombro, negó con la cabeza impidiendo que avanzara.

-Sabes que lo hace para provocarte no caigas en su juego Ranma— dijo con la intención de convencerme y aunque tenía razón el muy imbécil hace rato que postulaba a un buen golpe.

-Él no me levantó nada y lo sabes— me defendí.

-Que diga lo que quiera, tú y ella saben muy bien como terminó todo sabes que siempre inventan rumores— suspiré cansado y voltee entrando a la ducha.

La verdad era que me llevaba bien... en realidad demasiado bien con la hermana de Tatewaki. Ella solo quiere diversión y por mi parte se la di, pero al cuarto mes se volvió un tanto obsesiva... no me dejaba respirar y terminó por ahogar la relación, se lo expliqué y ella lloró como cualquier chica que rompe con su novio, prometió respetar mi espacio y ser amigos... aunque eso último no ha funcionado del todo.

Cierro la llave y para ese entonces noto que me encuentro solo, ¡méndigo Hibiki! No me esperó para almorzar juntos— vocifero en voz alta — vuelvo a tomar la toalla pasándola por mi cintura y otra más para secar mi cabello, me acercó hasta mi casillero en donde guardo mi loción favorita y ropa limpia cuando siento que la puerta se abre pero no presto mayor atención, creyendo que es Ryoga exclamo "¡eres un cerdo hambriento Ryoga!" entonces siento algo muy suave que palpa mi húmeda espalda haciendo que me recorra una electricidad por toda la espina dorsal, abro los ojos sorprendido y volteo un tanto ofuscado por su estúpida "broma" cuando me encuentro con dos hermosos y grandes ojos de color chocolate que abanicaban sus espesas pestañas coquetamente.