Una verdad oculta

87 14 10
                                    

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: este fics está catalogado para mayores de edad, si no es de tu agrado favor abstenerse.

Disfruten la lectura...

Aiko era una mujer bastante serena y simple, la conocí hace dos años en un concierto de piano que un amigo auspiciaba. Ella era la pianista principal, la música es parte de su vida y como una bella melodía de una pieza de Mozart me enamoré de su talento. No suelo oír ese tipo de música clásica pero fue una grata velada y una vez terminado el evento tuve el honor de conocerla en persona.

Fue como un flechazo, hablamos intercambiamos números y nos hicimos buenos amigos. Su forma de ver la vida era muy distinta a la mía que siempre estaba rodeado de trabajo seglar y compromisos debido a la alta demanda y crecimiento de mi empresa. Las cosas se fueron dando poco a poco y apenas llevamos seis meses como novios.

Ella es muy distinta a Akane, en realidad no se parecen en absolutamente nada. Sin embargo ahora las tengo a las dos frente a mí y como un cretino mis ojos no dejan de mirar a aquel amor ingrato...

Ryoga me golpea en la espalda para que reaccione y pronto oigo su tos forzada, lo miro desencajado y bien sabe que no sé qué mierda hacer.

-¿Ranma? — dice Aiko mirándome con sus ojos negros como la noche tan abiertos que creo perderme en un abismo.

Akane ni siquiera la mira solo tiene ojos para mí, sabe que debo responderle y que un paso en falso desatará su ira.

-Aiko ¿por qué viniste? Te dije que hablábamos luego— fue lo que salió torpemente de mi boca.

-Creo que todos podemos entrar — comenzó a decir Ryoga con la excusa de bajar la tensión— que tal si Ranma se entrevista con la señorita Tendo primero es que es una clienta en potencia— agregó mirando a Aiko que entonces le dedicó una mirada de arriba abajo a Akane.

-Claro, claro vamos a mi oficina— dije mirando la reacción de Akane que sin más comenzó a caminar con toda personalidad, avasalladora, desafiante y porque no dominante.

Junto a mi amigo y mi novia caminamos detrás hasta llegar al elevador, Aiko se apoderó de mi brazo cosa que nunca hacía. La miré de soslayo ofreciéndole una sonrisa para tranquilizar sus ansias pero creo que no fue efectiva.

Todos en la oficina nos miraban con horror, ayer salí corriendo tras esta mujer y ahora regreso con ella y mi novia colgada a un lado. Estaba seguro de que mamá me pediría una buena explicación, de hecho ya se había tardado en llamar y preguntar.

-Aiko ¿quieres tomar un café conmigo mientras esperas a Ranma? — preguntó el ojimiel muy cortes.

-No, esperaré aquí — dijo escueta.

-Solo será un momento— dije con el fin de amenizar su cambio de humor.

Akane no decía nada, en silencio observaba cada paso o línea que salía de nuestras bocas. Debía mantener la calma y lo peor de todo era que no sabía por cuánto tiempo podría manejarlo.

Fui directo a mi escritorio y bajo su atenta mirada encendí mi computador...

-¿Cuánto más debo esperarte? — preguntó cruzándose de brazos de pie frente a mí.

-Lo que sea necesario, no estás en mi agenda y además estoy haciendo una excepción al recibirte en mi lugar de trabajo— ella suspiró cabreada y abrió su bolsa arrojando un sobre en mi escritorio.

-Esa es la carta que me envió tu empresa, te doy hasta mañana para que decidas si vamos o no a hacer negocios— finalizó girando para irse.

-¡Espera un momento! — Exclamé molesto— ¿a eso viniste? Ayer te dije que no haría negocios contigo, eres la mujer menos confiable que he conocido en toda mi vida.

Maldita SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora