Maldita Seducción

¿Jugamos? (parte 2)

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

¡Advertencia! Este fics está catalogado para mayores de edad puede contener violencia, escenas eróticas y lenguaje soez.

Recordar que es un AU, disfruten la lectura...

Pasaron dos días desde mi último encuentro con Akane, ella no ha regresado a la Universidad y de alguna forma esto me ha puesto un tanto inquieto... quisiera saber su número telefónico pero si me acerco a su hermana mi curiosidad podría tornarse incómoda y no quiero inmiscuirme más de la cuenta, camino por los pasillos en dirección a la biblioteca por un libro en particular que me ayudará con unos de mis exámenes, puedo divisar a las dos chicas con las que la conocí en aquella fiesta. Me acerco con el fin de saber algo de esta chica que revolotea en mi mente sin dejarme en paz pero entonces visualizo a Kumon acercándose antes de que pueda tomar acción, tan solo si me acerco un poco más y quizás escuche lo que dicen...

-¿Akane? — habla la peli lila dirigiéndose a Ryu.

-Sí, somos compañeros y quisiera ayudarla con algunas materias ya que hace dos días que no viene... — dice haciéndose el amable, pero cómo rayos no se me ocurrió antes.

-Lo que sucede es que debía hacer cosas personales, ella mañana regresará— saber que está bien me tranquiliza y más cuando sé que la veré al día siguiente.

-Toma Kumon— dice la castaña Ukío — allí puedes encontrarla— agrega al mismo tiempo que maldigo pues no tengo la certeza de qué es, su número o su dirección pero cualquiera de las dos ya se lo dio.

Salgo hecho un energúmeno me molesta Ryu siempre es así pero ahora más, ¿por qué tanta amabilidad? ¡Ash! Maldición qué me importa esa chica... solo soy su juguete de turno... he caído en una trampa como tantas veces lo hice con chicas... ellas venían a mí y nos divertíamos estupendamente eso necesito llamar a alguien que me quite estas ansias, tomo mi móvil y comienzo a mirar mis "posibilidades" pero entonces toman de mi brazo empujándome con fuerza a una sala oscura, no puedo ver nada pero lo primero que se viene a mi mente es "Akane" de seguro me vio y me acorraló... mi ego vuelve a inflarse como tantas veces,  siento dos manos delicadas subir por mi pecho sonrío y me dejo llevar por esas caricias toco su cara y busco sus labios pero ella me esquiva, como siempre quiere llevar el control de todo pero no se lo permitiré, entonces levanta mi playera y siento sus húmedos besos dejando huellas... mis manos se posicionan en sus muslos suaves y tersos estrujando sus nalgas pudiendo escuchar un jadeo suave y tentador que me llena de emoción, necesitaba esto me había dejado prendido la última vez pero esta sería mi revancha y la haría estremecer de placer en este lugar oscuro. Siento sus dedos bajar mi cremallera y palpa mi falo que comienza su ascenso en total tensión entonces ella se acerca a mi cuello y me entierra los dientes cerca de la clavícula eso duele pero me excita y justo cuando la voy a besar vuelve a esquivarme y baja de súbito a mi entre pierna liberando mi glande lo engulle de una sola vez provocando que gruña de placer — ¡Ah! — exclamo un tanto fuerte y ella lame de arriba abajo acaricio su cabello y de pronto en esos 30 segundos de goce doy cuenta de que mi caliente acompañante no es quien creo que es pues lleva una coleta y su cabello es largo, no frena su cometido y me tiene más que excitado pero necesito ver quién rayos es, tomo el celular enciendo la linterna y veo el rostro de Kodashi entre mis piernas, intento dar un paso atrás pero ella entierra sus uñas en cada de mis nalgas sin dejar de engullirme la fricción me descoloca y el deseo puede más y me rindo ante su fortuito placer, ella no para de jadear con cada succión y creo que estoy por correrme cuando sentimos que quieren abrir la puerta. Ella se levanta seca la comisura de sus labios y quedo a punto y con el deseo vívido logramos zafar que nos pillen en el acto, me escondo detrás de unas cajas pues es una especie de bodega y ella se va del lugar no levantando sospechas. Suspiro largamente y aliviado pero con un "pequeño" problema cuando miro hacia abajo, rodo los ojos y maldita sea mi suerte pensando en que era ella y no, soy un verdadero fiasco.