Capítulo 4

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(Narra Gilbert)

Enojo.

Cualquiera puede enojarse... Es algo muy sencillo, pero enojarse, con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto... No resulta tan sencillo.

Dirigía el gran filósofo Aristóteles.

Con Paul, no sentía solo enojo, sino rabia.

Y bueno, si un hombre está bajo la influencia del enojo su conducta no será la adecuada.

Y pueden preguntar a cualquiera que estuvo ese día como fué mi enojo al ver a Paul hacer la cosa más repugnante que un hombre puede hacer, faltarle el respeto a una mujer.

Y si, efectivamente era Paul.

Nos levantamos rápido de nuestros asientos con Anne a unos más alejados y escondidos.

Nos sentamos he inconscientemente teníamos teníamos agarradas las manos. Eso me hizo sacar una pequeña sonrisa.

Los susurros de Anne me sacaron de mis pensamientos.

_¿Que diablos hace aquí?

_No lo sé, pero voy a averiguarlo. -dije dispuesto a levantarme he ir directamente con él.

_No, no vayas Gilbert. -tomó mi brazo para que no me parara del asiento- _Tengo miedo.

Nos miramos a los ojos y pude ver en ellos un pequeño brillo al mirarme.

Tenía mi brazo tomado con fuerza. Verdaderamente tenía miedo.

_Anne, mientras yo esté aquí nada va a pasarte.

_L-lo sé. Pero, no quiero que te vayas. Solo vas a causar más problemas de los que ya tenemos.

Asentí con la cabeza.

Quería ir y romperle la cara a ese sin vergüenza, pero Anne tenía un buen punto. Además, no me convenía hacer problema, uno porque ya estamos castigados y dos porque estamos en la rectoría, dónde el director está cerca.

Creí haberle dejado claro que no podía volver a pisar esta escuela.

Aún no sabemos cual es el motivo de su visita. Pero lo único que sé, es que no es nada buena.

_¿Puedes escuchar algo?

Anne negó con la cabeza

_Creo que está diciendo algo de unos papeles. -susurró

_¿Papeles? ¿Pero para que papeles?

Un garraspeo al lado de nosotros nos sobresaltó.

Giramos la cabeza lentamente con los ojos cerrados.

_No sé si estaban enterados, pero el chisme no es nada bueno. -dijo el director con los brazos cruzados y una ceja levantada.

_Lo sentimos director Roberts. -dijimos Anne y yo a la vez.

_Pasen a mi oficina por favor. -indicó abriendo la puerta detrás de él.

Anne soltó mi brazo que al parecer había olvidado de que me lo había tomado.

Nos sentamos en las sillas y acto seguido el Director Roberts se sentó en su gran silla detrás de su elegante y antiguo escritorio.

_¿A qué se debe el motivo de su visita? -preguntó entrelazando sus dedos arriba del escritorio.

Su mirada en serio era intimidante.

Anne tenía una mirada neutra, pero podía notar que estaba nerviosa. Tenía las manos en su regaso y jugaba con ellas.

_El señor Philips nos pidió que viviéramos por hablar en su clase. -se atrevió a decir

_Bueno, y ¿cuál era el tema tan interesante del que hablaban? Digo, porque si interrumpieron la clase, tiene que ser un buen tema.

¿Y a usted que diablos le importa? -dije en mi mente, por supuesto que no le iba a hablar así.

Anne me fulminó con la mirada, estaba molesta.

_Director Roberts, yo fuí quién molestó Anne. Ella no tiene nada que ver.

El director levantó una ceja.

_El castigo lo recibirán los dos.

_Deberan hacer un trabajo grupal, en el van a hablar de las consecuencias de hablar en clase y del chisme.

_¿Por qué del chisme? -pregunté con el ceño fruncido.

_No hace falta aclarar que cuando llegué los encontré chusmeando que era lo que hacía su compañero Paul.

Anne arrugó las cejas _Espere, ¿Compañero?

_Eso sigue siendo chisme señorita Shirley. Veo que el trabajo le va a hacer falta.

_Ahora por favor, retirense. El trabajo lo quiero el lunes que viene, por lo tanto tienen todo el fin de semana para tenerlo listo.

_Pero directores Roberts, el lunes que viene son las elecciones para el consejo estudiantil tenemos que prepararnos pa- el señor Roberts la interrumpió- _No me importa, absolutamente nada esa cosa de los populares, el líder, ect. ¡Quiero el trabajo listo para el lunes! ¿Entendió?

Bajó la cabeza- _Si señor Roberts.

Nos paramos y salimos de la oficina.

Vaya que ese hombre es intenso.

Estamos por salir de rectoría cuando una voz detrás nuestro nos interrumpió.

_Vaya, vaya. Miren a quien tenemos. A la linda princesa pelirroja y a su caballero de brillante armadura.

Estábamos dados vueltas. Anne tomó mi mano con fuerza.

_¿Que quieres Paul?

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Holaa, ¿Cómo están?

Bueno, primero perdón por tardar tanto en actualizar. Pero es que estoy apunto de terminar y estoy con los exámenes finales. Para luego tener las vacaciones de verano ahí me voy a poner todas las pilas para escribir.

Igual yo siempre les aviso por los tableros de mi perfil, peeero, nadie los Lee ✌🏼☹️ F

Les está gustando la historia? Por qué no me convence tanto.

Kisses

Te Eligo A Tí -Anne y Gilbert-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora