Capítulo 7

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_¿Anne que haces aquí?
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_Vengo a hacerte compañía.

Gilbert levantó un ceja.

_¿Compañía?

_No, en realidad vengo a secuestrarte. -dije sarcástica.

_Si, tonto, a hacerte compañía. -seguido a eso me senté en la cama dónde el estaba.

El seguía sentado sobre la cabezera de su cama mirándome.

_Gracias, pero no necesito que me tengan pena. -contestó con la cabeza baja.

_No te tengo pena, Gilbert. Está bien si quieres estar solo, me voy. -Me estaba levantando de la cama pero alguien tomó mí brazo.

_N-no te vayas -Me dí la vuelta para mirarlo. Se veía tan vulnerable y triste que mí corazón se estrujó.

_Me agrada que estés aquí.

Le dediqué una media sonrisa.

Era la primera vez que lo veía así. Bueno, en realidad tratábamos de no pasar mucho tiempo juntos desde ese día... No quiero pensar en eso ahora. Solo que, trataba de evitar mirarlo mucho tiempo a los ojos ya que cada vez que los veo, me pierdo en ellos.

Pero ahí estábamos, mirándonos fijamente con unas sonrisas tristes en nuestras caras, sentados en su cama. En un silencio, un silencio cómodo.

Me giré para ver su habitación.

No era una grande, lo cual me sorprende ya que su casa era inmensa.

Estaba su cama, dos mesas de noche al lado. Un escrito, su armario. Había un juego de mete-gol y la puerta para entrar a su baño. También tenía una guitarra al costado del su escritorio.

+Interesante....

_¿Moody te dijo que vinieras?

_Moody fue a la casa de Daiana a contarnos la noticia. Preguntó si quería venir y bueno, aquí me ves.

_¿Y por qué aceptaste?

_Porque eres mí amigo, Gilbert. Y los amigos están ahí en los momentos más difíciles.

Sonrió.

_No sabía que éramos amigos, zanahoria.

Me quedé recalculando sobre lo que dije.

_Si, lo somos. Al carajo, eso de la Rivalidad y si me dices zanahoria una vez más te pego con mí zapato en la cabeza, y sabes que soy capaz de hacerlo.

_Esta bien, intentaré no llamarte más zanahoria, zanahoria.

_Gilbert, hablo en serio.

_Lo siento, lo siento. Pero espera, ¿ya no hay más rivalidad?

_Siempre la habrá, pero que seamos rivales no significa que no podemos ser amigos.

_Está bien.

Ambos sonreímos.

_Empezemos de nuevo.

_Hola, mucho gusto. Soy Gilbert Blythe. -dijo estirando su mano.

_Buenas, noches. Es un gusto señor Blythe. Mí nombre es Anne Shirley Cutbhert, no olvide agregarle la E en Anne.

Estrechamos las manos y nos quedamos fijos mirándonos a los ojos.

Fuimos acercándonos lentamente. Casi a punto de besarnos.

Te Eligo A Tí -Anne y Gilbert-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora