06. Menos uno.

1.2K 223 16
                                    

Los pequeños aún no comprendían lo que significaba ser parte de un vinculo de matrimonio, habían crecido fuera del entorno del mundo y no comprendían las mismas cosas que Xiumin o incluso Nayeon, sí.

Creían que luego de ese festejo su hermano estaría de vuelta en casa esa noche y dormiría en el departamento luego de darles las buenas noches y dar un par de besos en sus frentes.

Y que él estaría allí al día siguiente. Más eso no ocurrió.

Soobin aún seguía anhelante esperando cada noche por un beso que ya no le sería concedido. Pues aunque Xiumin no había querido dejar a sus hermanos de esta forma, Seokjin le había explicado que en la vida humana las cosas no funcionaban así. Al tercer día de la boda el mayor había vuelto a casa por la tarde siendo recibido por una euforia cegadora, incluso del pequeño más rebelde.

Seokjin se había conmovido tanto de esa escena.

También la esposa de Xiumin, quien lo acompañó a ver a la familia de su esposo, se había conmovido tanto por ver a todos a casi llorar. Ese día todos habían hablado sobre muchas cosas.

Soojin les mencionaba como ella cuidaba de bebés en la guardería más importante de Corea y como ansiaba tener ese tipo de afecto, Soobin había sido víctima de ese cariño. Xiumin y ella hablaron de un nuevo departamento en donde serían una "familia", intentar aligerar a todos luego de esa incomodidad fue casi imposible, pero Seokjin pudo lograrlo desviando la atención de todos a su nuevo logro en la cafetería.

Pero cada vez que mencionaba su trabajo, inevitablemente pensaba en Yoongi y sus orejas se volvían de un tierno tono rosado que no era invisible para ninguno de los presentes.

Nayeon había agregado a la conversación un tema que hasta ahora todos habían pasado por alto. ¿Qué camino tomarían luego de crecer como Xiumin? ¿Dejarían este agradable lugar? ¿Dejarían a Jin?

Y por mucho que no quisiera que le doliera, la verdad había sido que había perforado su corazón.

Les había dado todo su cariño a estos chicos. No se imaginaba ahora una vida sin ellos, se negaba a creer como sería su vida sin otro de ellos, ya era bastante difícil no tener a Xiumin en casa.

- Supongo, que el tiempo nos dirá todo, Nye -una mirada que pensó jamás recibir se hizo presente en la persona menos esperada.

Jungkook parecía al borde del llanto, pero al momento de conectar miradas con Seokjin, giro su cabeza a otro lado quitando casi  disimuladamente las pequeñas lágrimas que se avecinaban. El mayor quiso preguntarle pero prefirió esperar el momento adecuando, Jungkook no era alguien que parecía compartir sus sentimientos abiertamente.

Así que esa noche mientras todos dormían, Seokjin espero en la sala por si el menor aparecía, no era secreto que muchas noches le había visto allí pero nunca se había atrevido a hablarle o cuestionarle algo.

No se decepcionó cuando el chico había aparecido trayendo consigo esa pequeña libreta que cargaba en algunas ocasiones.

- ¿Qué haces aquí? -su tono hostil no encajaba con su aspecto tierno, pero eso era algo que Seokjin amo desde que lo vio.

- Eso debería preguntar yo, Jungkook -le mostraba unos libros que había traído de su habitación con la escusa de plantear un trabajo universitario si el menor preguntaba, que bien que lo había hecho- ¿Qué haces despierto a esta hora?

- No puedo dormir -pocas veces obtenía respuesta suya pero esta vez parecía sincerarse ante cualquier pregunta del mayor.

- ¿Tienes problemas en la escuela? -el menor negó sentándose frente a el sin mirarle- ¿Algo te preocupa?

- Si te digo esto, ¿prometes no decirle a nadie?

- Por supuesto, no tengo derecho a decir algo que no me corresponde -le sonrío cálidamente

- Extraño a nuestra madre.

Ninguno de los híbridos había comentado antes a la madre que les había dado vida y les había cuidado hasta que le fueron arrebatados, desconocía el motivo pero Jungkook había sido el único que ahora lo mencionaba y estaba curioso por eso.

- ¿Qué le ocurrió, Jungkook? -hizo un puchero y miro al mayor con los ojos más tiernos que alguna vez vio, cristalizados por el temprano llanto.

- Mami murió, Jin. Murió por mi culpa.

- No, no, Jungkook, no... -se acercaba para intentar consolarle pero se detuvo antes.

¿Estaba seguro de que no era verdad aquello? Pero Jungkook no parecía ser alguien que pudiera matar a otro ser vivo, ni siquiera dañarlo. Sin importarle lo que pudiera suceder, se lanzó a abrazar al menor y atraerlo a sus brazos. Este lo rodeó con los brazos y se aferró a él de una manera protectora.

- Mami no está, Jin -sollozaba en sus brazos- No quiero que tu te vayas tampoco.

¿Ese había sido el pensamiento del menor en el comedor esta tarde?

- No lo haré Jungkook, puedes quedarte aquí conmigo todo el tiempo que necesites.

Aunque sabía que estaba mal, le quería más que al resto de sus hermanos. Este chico había despertado un sentimiento de curiosidad hace tres años y eso solo había hecho que no se alejara nunca sino que creciera y creciera cada vez más preocupándole por saber a donde se dirigían esos sentimientos culposos que no debería estar sintiendo por un pequeño en aquel entonces.  

Muchas veces se pregunto si aquello estaba bien. Quizás vivir con los pequeños solo le había hecho ideas erróneas sobre el amor y todo eso. Pero si aquello era un error, ¿no debería sentir el mismo cariño hacia todos ellos? 

Se limito a acariciar su espalda y dejar que el muchacho llorara en su pecho.

Ya después meditaría sobre lo que había hecho, tendría una nueva charla casual con Yoongi acerca de que había alguien que hacia palpitar su corazón de una manera distinta al rubio, una charla en donde el veredicto de Yoongi siempre era el mismo. Aquel que Seokjin se negaba a aceptar porque no podía suceder ni aunque lo soñara. 

Porque eso estaba mal.

No era correcto enamorarse de esta forma de un chico 5 años menor a ti. No era correcto desear que te besara. 

Simplemente no.

 𝐀 𝐡𝐨𝐦𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐢𝐞𝐬. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora