07. Celos.

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Había pensado que luego de esa tarde las cosas cambiarían entre ellos luego de haberse sincerado de esta forma tan abierta luego de años. 

Mas estuvo equivocado, de nuevo. 

Jungkook había dejado claro con una mirada severa que no quería ser descubierto por sus hermanos, verse vulnerable no estaba en sus planes y Seokjin respetaba totalmente lo que el menor decía. 

Las cosas sin embargo, cambiaron entre Jin y Jungkook cuando estos estaban solos.

Ya no había indiferencia de parte de Jungkook, ahora miraba a Seokjin con gratitud y algo que no llegaba a distinguir el mayor, pero estaba feliz de ya no ser invisible para aquel a quien más quería.

Al día siguiente por la tarde, era día de descanso en la familia. Soobin y Jungkook no tenían clases y Nayeon tenía el día libre, pero quien si tenía que salir era Jin que había recibido llamada de su jefe para pedirle que los apoyara este día.

El pequeño de la casa se había opuesto a la idea de dejar que le arrebataran el único día que podía compartir viendo películas y risas con aquel a quien le cogía mucho cariño. Pero Seokjin le había prometido que la próxima vez incluso saldrían ellos juntos a pasear y comprarían helados para pasar el rato.

Y mientras Soobin se hacía mayores ilusiones de el próximo fin de semana cuando tendría a Jin para el solo, Nayeon reía por la tierna actitud que su pequeño hermano había cogido, ahora siendo más dependiente de Jin casi como lo había sido de Xiumin, no significaba que estaba cambiando el lugar de su hermano mayor pero aún era pequeño y a veces solo quería un poco más de atención que el resto.

– ¿Irás de nuevo a verle? -la demandante voz le detuvo cuando cambiaba sus ropas por aquellas que eran solo permitidas en el empleo.

Al girarse vio al ceño fruncido del joven y como le miraba seriamente. Jungkook nunca le había cuestionado nada. Jamás.

– Estaré trabajando, él trabaja allí también -tomo un abrigo y echo sus llaves y teléfono móvil a sus bolsillos- ¿Qué pasa Jungkook?

– No me gustan los gatos, te lo he dicho antes -bufo y rodo los ojos.

– Yoongi no es un gato, solo parece uno -soltó una risita por aquello, nunca les había dicho sobre Yoongi y él tampoco les conocía- No es un híbrido como ustedes tampoco.

– ¿Entonces porque llegas a casa oliendo a él si no es un gato? -alzo una ceja mientras se cruzaba de brazos.

A pesar de ser un joven de 19 años, Jungkook no sabía mucho sobre el mundo humano aún. Las demostraciones de afecto eran algo que él veía, pero desconocía aún algo como el sexo. Esos temas habían sido pasados por alto.

Pero cuanto necesitaba Seokjin que ahora lo supiera.

– Yo... Yoongi y yo... somos... algo así como...

– ¿Son pareja? -susurraba

– No, no, es... algo complicado

El pelinegro había ladeado la cabeza. Seokjin se sentía como un niño de nuevo, siendo cuestionado por alguna travesura de la que obviamente era culpable. Pero no había hecho nada malo.

– Debo irme, volveré más tarde, dile a Soobin que no coma mucho, ¿si? -asintió.

Salió de la habitación y dejó solo allí al muchacho que comenzaba a pensar lo molesto que era no agradecerle como debería al chico que los había salvado y acogido.

Jungkook se sentía en deuda con él y sentía que debía pagarle de alguna manera.

Por eso luego de la escuela había conseguido un empleo en donde salía horas antes que su hermana y Jin, así solo Soobin era consciente de la ausencia de su hermano pero le había hecho prometer que no le diría a nadie, que sería un secreto de ambos para pagarle todo al mayor a escondidas.

Con pequeños recibos que ya estaban cubiertos o terminando de llenar lo faltante en comida.

Eran pequeños detalles que prefería cubrir antes de que a Jin y a sus hermanos les faltara algo. Desde que Xiumin le había hablado del amor más allá de la familia, él había buscado mucha información de eso, había visto vídeos y leído muchas historias.

Incluso se imagino a él mismo siendo feliz como Xiumin lo era con su esposa, con la diferencia de que a él no le gustaba ninguna chica sino a quien agradecía inmensamente toda su vida.

A Seokjin.

Él estaba enamorado de Jin.

Salió de la habitación del chico caminando a la suya que compartía con su hermano. Este al verlo alzó la cabeza de su libro y miró detenidamente al mayor que se había tirado a la cama boca abajo.

– ¿Otra vez no pudiste decirle? -dejo el bolígrafo a su lado y fue a sentarse a la cama junto a su hermano.

– ¿Qué diferencia haría? -giro el rostro viendo a la cara del menor- Le gusta ese tipo, siempre llega oliendo a él, no sé lo que se hace en las relaciones humanas tampoco.

– ¿Crees que Xiumin sepa de eso?

– No quiero decirle a Xiumin, me hará ver débil.

– ¿Por qué me cuentas todo a mi?

– Porque tú no vas a juzgarme ni a reírte, ¿verdad que no? -negaba rápidamente el otro- Jin es maravilloso.

– Lo se, será un gran padre cuando tenga hijos.

Hijos.

Los humanos no eran como ellos. Lo había visto en sus libros, los chicos como Jin no podían tener hijos como Jungkook pensaba. 

No, las cosas no eran así.

Seokjin debía buscar una chica humana para tener hijos si algún día los quería. Pero Jungkook deseaba que ese día no llegara. Porque si eso sucedía sería adiós para su mundo de fantasía en donde él y Jin compartían su amor como en las películas que Nayeon veía.

Entonces volvió a salir de la habitación y de la casa llevando su teléfono consigo y espero a que el pequeño viaje le calmara sus pensamientos y logrará quitar la pequeña molestia en su pecho que había sentido desde que Jin menciono salir junto a aquel que su sola mención le causaba escalofríos.

 𝐀 𝐡𝐨𝐦𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐢𝐞𝐬. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora