Cerebro para llevar

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Dejando al lobo solo en la ducha, la joven se vistió con unas medias de negras de gatitos, unas braguitas de encaje negras a juego con el sujetador y sobre este un vestido burdeos simple con algo de escote y vuelo. No le gustaba llevar tacones, así que escogió unas botas altas con algo de tacón, se colocó los anillos y collares que solía llevar y volvió al baño donde Peter se encontraba para coger su maquillaje y retocarse un poco.

Peter salió entonces de la ducha mostrando nuevamente su musculoso cuerpo, el cual volvió a tensarse al observar el modelito que portaba su joven amada mientras esta se maquillaba.

Excitado nuevamente, el lobo se acercó aún mojado a la espalda de la joven para besar el cuello de esta. Alice se sorprendió ante aquel beso, pero no contento con aquello, el lobo pasó la lengua por la marca de apareamiento de la joven lamiéndola y dándole caricias, al tiempo que paseaba sus manos por las nalgas de la joven y apartaba con cuidado la braguita de esta.

— Pet... deja las manos quietas, tenemos que irnos ya y aún no hemos desayunado —hablaba la joven queriendo sonar sería, pero los suaves toques de Peter hacían de aquella una tarea complicada.

—Habla por ti pequeña, yo pienso desayunar ahora —dicho aquello el lobo se arrodilló tras la joven y sin miramiento alguno acercó su boca a la entrada de la joven para empezar a degustar su desayuno.

Peter besaba, lamía y jugaba con la entrada de la joven, dejándola llena de saliva, así como degustando el sabor de aquella zona íntima de la joven a la cual se estaba volviendo adicto.

Por su parte Alice se encontraba agarrada con fuerza a la encimera del baño para no caerse, la atenta atención que Peter le estaba regalando era algo que la estaba volviendo loca. El lobo sabía mover tan bien su lengua, es más, Peter la estaba follando con la lengua. No sabía que algo como tal podía ser posible, pero el mal nacido de su lobo la estaba volviendo loca. Alice gritaba de placer, emitía gemidos tan intensos como ensordecedores que el lobo oía con ansias esperando así el culmen de la joven. Notando como el interior de la joven se contraía, el lobo desgarró con una uña la braguita. Y sin derramar una gota, se aferró rápidamente a la erección de la joven para tragarse toda la esencia de Alice, la cual estaba en shock por lo que acababa de ocurrir en el baño.

—La hostia Peter... Qué cojones ha sido eso —habló la castaña respirando con pesadez.

—Ha sido mi desayuno. ¿No decías que había que desayunar? Pues bien, yo ya lo he hecho y estaba delicioso.

El lobo colocó de nuevo la ropa interior de la joven y salió del baño como si nada rumbo a la habitación, en ella encontró ropa de su medida lista sobre la cama.

Se vistió con el pantalón tejano negro, bajo él unos bóxer ajustados rojos, una camiseta negra y sobre ella un suéter en cuello de V de color azul oscuro. Todo ello con sus zapatos negros que le daban un aire formal al conjunto.

Salió de la habitación, se enjuagó la boca con enjuague bucal y se sentó en el sofá del comedor esperando a que su caliente pareja desayunara tranquilamente. Recordó entonces el placer que le había dedicado a su pareja minutos antes y su entrepierna se endureció.

Aunque con mucho esfuerzo, intento no pensar en ello y centrarse en lo que debía decirles a la manada para que dejaran que se quedara ala lado de Alice. La cual cada vez que ambas miradas se encontraban, esta apartaba la vista rápidamente al tiempo que sus mejillas se coloraban.

Peter adoraba aquel acto reflejo dulce de la joven, y a riesgo de llevarse un buen manotazo por parte de Alice, decidió no picarla más y centrarse en su gran plan.

—Pet, tengo que ir a la comisaria. Voy a llevarle algo de desayunar a papá y a los chicos. Así de paso cogeré prestados algunos cerebros más para mantener tu apetito a raya.

Mi novio es un Zombi (Steter) [Finalizada] (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora